†Capítulo 21†

18 1 1
                                    

–Un bebé, wow– habló Julián.

Asentí.

–Ya vamos a tener a alguien corriendo por aquí– murmuré sonriendo.

–Ay no– murmuró Julián.

Reí y suspiré.

–¿Y Luka?– pregunté.

–Dijo que iba a salir a comprar unas cosas, salió hace tres horas, que raro que aún no vuelva– murmuró él.

Arrugué mi entrecejo y lo llamé.

–¿Hola?– escuché, vos desconocida.

–¿Luka?– murmuré.

–¿Qué pasa?– preguntó.

¿Y el bonita? No es él.

–Ammm, ¿dónde estás?– murmuré siguiendo la corriente.

–En la oficina– respondió.

Y así me dí cuenta que Luka corría peligro.

–A ver, escúchame muy bien, me vas a decir exactamente dónde está mi hombre, no vas a jugar con la reina de la mafia Rusa, te conviene decirme dónde lo tienes– hablé seriamente.

–Ay Adeline, tan inocente como siempre, te recordaba más inteligente, de pequeña eras muy, muy bonita, inteligente y ahora nada– habló.

–Deja tranquilo a Luka, si quieres llévame a mí, a Luka déjalo tranquilo– pedí.

Julián había empezado con el rastreo y faltaba 4 minutos.

–¿Y qué gano yo?– preguntó.

–A la mujer del mafioso más temido, todos me desean, todos me quieren, todos quieren tenerme en su cama y el único que lo puede hacer es Luka– miré a Julián.

2 minutos.

–Tentador, vamos a ver qué opina Luka de esto– rió sarcásticamente– ¡Traigan a Ivanov!

Me regresó el alma al cuerpo al escuchar su voz.

–Bonita– murmuró.

–Mi amor– murmuré al borde de las lágrimas.

–Bonita no hagas nada, por favor– pidió.

–Luka por favor, tengo que hacerlo, no quiero que mueras– murmuré llorando.

40 segundos.

–No lo haré bonita, por favor no hagas nada– murmuró.

–Bueno, mucho blablablá– murmuró el chico.

–Por favor, déjalo libre y ven a llevarme a mí, por favor– murmuré.

9 segundos, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1... Ubicación encontrada.

–No preciosa, despídete de tu novio– murmuró.

Escuché un disparo y colgó.

–No, no, no– murmuré llorando.

–¿Qué pasó?– habló Julián.

–Lo mató– murmuré llorando.

Julián se levantó y ordenó que vayan al lugar, me quedé en la casa llorando, habían matado al amor de mi vida, al padre de mi bebé y ahí me dí cuenta que no todo dura para siempre.

–¡Que lo hagan ya!– gritó Julián.

Colgó y se acercó a mí, lo abracé y lloré.

–Tranquila, tranquila– murmuró.

Together Until DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora