Together Until Death

†Capítulo 10†

–¡Giselle!– grité.

Ella llegó corriendo y sonreí.

–A comer– hablé.

Asintió y entramos a la casa.

–Sí, Giselle y ella se parecen en todo– habló Leo riendo.

–Sí, dios ambas son...– Luka pensó en la palabra adecuada.

–Locas– habló Leo.

–¿¡Locas?!– hablamos las dos.

–Oh no– habló Luka.

Giselle se tiró encima de Leo y yo de Luka, le hice cosquillas y luego me tomó de las muñecas.

–Ya basta– rió Luka.

Reí y me dió un beso, fuimos a comer y empezamos a jugar con Giselle, luego se fueron y yo subí a la habitación, me tiré a la cama y me quedé dormida, Luka estaba abajo, estaba viendo unos papeles y yo en la habitación.

–Bonita– murmuró Luka.

–Quiero dormir– murmuré.

–Bonita tenemos que irnos– habló apurado.

Me levanté y lo ví guardando todo en maletas.

–¿Luka qué haces?– pregunté.

–Adivina qué, nos encontraron, los asesinos de mi madre y de tus padres, vienen a matarnos– habló Luka– Tenemos que irnos ya.

Me levantó y me dió un beso.

–Vamos– murmuró.

Asentí, bajó las maletas y yo cargué a Atenea.

–Vamos preciosa– sonreí.

Luka subió y le dí a Atenea, se la llevó y regresó apurado.

–Vamos– asentí.

Salimos de la habitación y escuchamos disparos.

–¡Ahhh!– grité.

Entramos de nuevo a la habitación y Luka cerró la puerta con seguro.

–Por la venta, ya– habló.

Me acerqué pero ví a uno de los hombres.

–No, están ahí– murmuré.

Escuché disparos afuera de la casa y miré a Luka.

–Tranquila, no está ningún empleado– habló Luka.

Fuimos al baño y subí a la ventana, él me siguió y salimos por ahí.

–Ven, vamos– susurró.

Corrimos al auto y Luka subió adelante, lo seguí y prendió el carro, salieron y nos vieron.

–¡Arranca!– grité.

Empezaron a disparar y grité.

–¡Luka!– grité.

Arrancó y luego nos detuvimos en la pista de despegue.

–¿Estás bien?– preguntó.

Asentí, bajamos corriendo del carro y subimos al avión, las cosas ya estaban ahí y empezó el despegue.

–¡Señor, hay problemas!– gritó Julián.

Miré a Luka y luego por la ventana.

–¡Carajo!– gritó Luka.

Me levanté y Luka me llamó, seguí avanzando hasta la salida y abrí la compuerta del avión.

–¡Adeline!– gritó Luka.