Detestaba las juntas, afortunadamente no eran tan comunes para él pero lastimosamente había unas a las que no podía mandar algún representante o posponerlas; esta era una de ellas y no entendía por qué, si solo tenía que aprobar nueva publicidad pero por lo menos no era tan extendido como cuando tenía que atender inversionistas uno a uno.
Lo que más hervía en su sangre en esos momentos era que en ese día en específico y con ese horario tuvo que tener esa junta, cuando su esposo estaba por llegar al país luego de que él tuviera que atender a sus respectivos negocios en Europa, a veces sentía que Lionel vivía más en Francia que en México pero ahora el mismo argentino se encargó de liberar toda su agenda lo antes posible, quería pasar tiempo en familia, ambos lo querían.
Y Guillermo odiaba tener que estar atrapado en esas cuatro paredes, sin prestar atención a la presentación frente suyo por pensar en que ahora debía de estar recibiendo a su Omega en el aeropuerto en lugar de estar escuchando al lelo delante suyo.
—Eso es todo, señor, ¿lo aprueba? —La titubeante voz del Beta delante suyo lo sacó de su trance.
—Lo hago, ya pueden retirarse todos. —No sabía de qué hablaron, él quería irse ya. —Les informo que estaré ausente hasta nuevo aviso, cualquier cosa a menos que sea de urgencia, comuníquenselo a Guardado.
Los presentes estuvieron de acuerdo y el Alfa salió disparado hacia su oficina para recoger sus cosas e ir al encuentro con su pareja, metiendo todo de forma descuidada en su portafolio hasta que el característico sonido del teléfono en su escritorio lo hizo gruñir.
Tuvo que responder. —Señor Ochoa-
—No recibo visitas de nadie, Esmeralda, necesito irme ahora. —Cortó de inmediato.
—Pero señor...
—Llama a Andrés o Javier, ellos se encargarán.
Colgó, a veces desearía no ser el líder de esa tequilera.
Pasó sus dedos por su rizado cabello para peinarlo un poco, tomó sus cosas y estaba más que dispuesto para irse pero la puerta de su oficina fue abierta y la figura que entró redujo de inmediato todo su coraje.
—¿Entonces yo tampoco puedo visitar a mi esposo? —Un puchero se formó en los labios del menor.
—Leo... —No terminó pues el menor ya había tomado lugar entre sus brazos, no dudó en corresponder el gesto. —Creí que estarías ya de camino a casa, me pudiste avisar que vendrías.
—Era sorpresa... no pudiste ir por mí al aeropuerto, pero sí podés acompañarme de camino a casa. —Se separó para tomar entre sus manos el rostro del mexicano. —Te extrañé mucho.
Guillermo afianzó su agarre en la cintura de su Omega. —Y yo a ti, mi amor... ¿quieres ir a comer algo? No, debes de estar agotado por el viaje, mejor comamos algo en la casa y con los cachorros.
—¿Ya estarán ahí? —Preguntó emocionado de ver a sus hijos.
—Lo estoy pensando, aunque por la hora quizás les ganemos, ellos salen a eso de las dos y-
Sus palabras fueron cortadas por los labios del menor sobre los suyos que lejos de ser dulce era cargado de deseo; después de un mes era claro que reaccionaría así apenas percibiera el aroma de su pareja.
Mejor aún si no tenían tanta prisa de llegar a su hogar.
El Alfa lo entendió y no tardó demasiado corresponderle, poco le importaba lo inapropiado que pudiera ser la situación pues no sería la primera vez que se coge al Omega en su oficina ni la última.
Los dirigió a ambos hasta que el cuerpo del menor se recargó contra el escritorio y Guillermo aprovechó para levantarlo y dejar que se sentara en este importándole poco tirar las cosas encima de este, él solo estaba enfocado en devorar al menor.
Pudieron haber continuado pero la puerta siendo abierta los interrumpió.
—Memo, ya sé lo que dijiste pero- ¡Virgen santísima! ¡Espérate a llegar mínimo a la camioneta, no mames! —La voz de Javier los sacó por completo de su burbuja, ambos gruñeron por eso.
—¿Qué les dije sobre mi ausencia? —Preguntó Ochoa con la voz enroquecida, claramente molesto pero al otro Alfa poco le importó.
—Esto es una urgencia. —Aclaró. —Dejaste tu cel en la sala de la junta y llamaron de la escuela de tus chamacos, te quieren ahí, por cierto hola Lionel, que gusto verte por aquí de nuevo.
—Hola, Javier... —Contestó aún sentado sobre el escritorio, algo cohibido por la situación pero eso no importó cuando escuchó la mención de sus hijos. —¿Qué le pasó a mis hijos?
—Solamente me dijeron que querían hablar con ustedes, pero tienen que ir a la de ya.
El matrimonio se miró entre sí, ya habían tardado en recibir una llamada así desde que sus hijos habían entrado a la prepa, pero tardó más de un semestre, eso era un logro.
—Donde sea lo mismo que con la secundaria yo mismo los mato. —Fue lo único dicho por Guillermo mientras volvía a tomar sus cosas. —Vamos, Leo, y de paso vayamos buscando otra escuela para esos pendejos.
—¿Qué te dije de llamarles así, Guillermo? —Reclamó el Omega mientras salía de la oficina seguida por su Alfa.
—Perdón, cariño.
Al salir el matrimonio, Javier se quedó agradecido de no estar ni enlazado ni comprometido con nadie, la relación de Ochoa y Messi era tan envidiable como atemorizante por parte de ambos.
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The Family Jewels
Fanfiction•͈ ┈─ Falling down like dominoes Hit by family jewels Pass it down from kid to kid The chain will never end No existe familia perfecta. Y la familia Ochoa lo tiene claro desde hace algunas generaciones atrá...