Love Hurts | 1

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No se atreve a entrar al hospital. No es por los nervios de que será tío y el apoyo moral de Mitsuri por ser el amigo más cercano a ella. Si no por lo que acaba de ocurrir con Tengen.

Siente demasiadas náuseas y dolor estomacal. Estos días han estado llenos de muchas emociones que todos se han enfocado en su estómago. Ha tratado esa gastritis con la medicina que su madre le recomendó, pero últimamente no ha ayudado.

Sus sentimientos no dejan de abrumarlo, aún siente su corazón muy agitado. Tiene marcada la mirada de Tengen sobre él, nunca lo había visto así y debe admitir que da miedo.

Va caminando en el interior del hospital, buscando el cuarto qué Mitsuri está con su familia, pensando en cómo va a entrar a su casa, cómo va a volver allá sí no le dio ni tiempo de tomar su cartera. Solo queda hablarle a Giyuu para que vaya por él y que le dé asilo.

Llega al pasillo donde está la habitación, pero no quiere entrar a preocuparla. Este momento es más importante para ella y él sólo va a estar de apoyo.

Va primero al sanitario para ver cómo luce su aspecto, dándose cuenta que Giyuu tiene razón. Luce delgado y con los ojos muy hinchados, algo que no se puede ocultar ya en esos momentos. No le contó a nadie lo que pasó en casa de sus padres, solo su mejor amigo lo sabe.

Se lava el rostro para quitarse las lágrimas secas, respira profundo, mandando todos sus sentimientos tristes a un lugar escondido de su corazón para ser fuerte para Mitsuri.

Vuelve hacia la sala de espera, donde yacen algunos miembros de la familia de la chica pelirrosa. Reconoce a unas pelinegras sentadas lejos de los Karonji, por los rasgos se da cuenta que son la familia Iguro.

Tengen tiene razón, hay muchos miembros de ambas familias. Él no debió ir y mejor tomar el vuelo con él para evitar esta enorme tristeza e impotencia que siente.

—¡Kyojuro! —la mamá de Mitsuri se levanta para recibir al rubio con un abrazo—. ¡Qué bueno que ya llegaste! ¡Mi niña no deja de preguntar por ti!

Ese abrazo se siente bien en esos momentos, es maternal y muy cálido. Se muerde los labios para no llorar en esos instantes ni alertar a los demás. Quiere que toda la atención sea solo para Mitsuri.

—Ven, aún está en espera con Obanai dentro —la mujer le toma de la mano.

Escucha la explicación del estado de Mitsuri, pero se pierde absolutamente todo lo que dice la mujer por pensar en Tengen. No puede evitar sentirse mal, ni culparse de que se haya enojado demasiado con él. Seguro en estos momentos él ya está en el aeropuerto en el área de abordar.

Abren la puerta de la habitación y ven a Obanai y a Mitsuri teniendo una charla para distraer a la chica del dolor y las contracciones. Al ver al rubio, los ojos de Mitsuri brillan y alza la mano para que su amigo se acerque a ella.

—Los dejaré charlando —dice Obanai levantándose de la silla, sin antes dejarle un beso en la frente a su futura esposa.

—Gracias —sonríe levemente Mitsuri.

La señora Karonji y Obanai se salen de la habitación para dejar a los chicos solos. Kyojuro se acerca a Mitsuri para poder tomarle la mano e intentar dedicarle una sonrisa a la beta.

A la chica le han recogido sus trenzas para que no le moleste el cabello en su rostro. Puede percatarse de que está pasando un mal momento.

—Estoy feliz de que vinieras, pero a la vez estoy muerta de miedo con el nacimiento de este bebé —unas pequeñas lágrimas resbalan de sus ojos verdes, mientras aprieta su mano—. Necesitaba a mi mejor amigo conmigo.

I Hate My Self For Loving YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora