New Horizons

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Estando en el parque como acordaron verse, Giyuu y Sabito hablan estando sentados en los columpios, sin poder evitar el sol, pues le afecta mucho al alfa. La resaca aún le pega al azabache y el hecho de haber salido le ha empeorado el dolor de cabeza.

Pero eso no le importa mientras escucha a Sabito expresar su sentir y el porqué no volvió anoche. Puede que sea un tonto que no se dé cuenta de lo que está ocurriendo, que su necesidad de estar cerca del omega depende muchísimo de su estabilidad emocional lo esté cegando, pero no quiere que él se vaya de su lado.

Y por lo que escucha, Sabito tampoco quiere irse de su vida.

—Yo sé que tu y yo no somos destinados, que en algún momento las cosas podrían cambiar si conoces a tu pareja destinada —habla Sabito, notándose con tristeza.

—¿Y si lo encuentras tú primero? ¿Qué harás? —inquiere Giyuu con un hilo de voz, que apenas se puede escuchar.

Esa pregunta se siente con un golpe en el estómago. Cierra los ojos con fuerza al recordar todo lo que hablaron él y Uzui después de la intervención con Iguro.

Ellos quedaron en que no pasó nada, nadie más sabrá que son destinados, continuarán sus vidas. Si él tiempo lo decide, podrán intentarlo más adelante. Pero la dureza en las palabras de Tengen le ha dolido demasiado a Sabito qué no tuvo opción más que aceptar sin qué le preguntaran qué es lo que siente al respecto.

Levanta la vista para ver al azabache, pero el otro solo tiene el rostro agachado, con algunas lágrimas en los ojos. Le duele verlo así, y más sabiendo que es él quien lo lastima. Se tiene lástima por ser tan patético e ingenuo. Es claro que Tengen Uzui no dejará a Kyojuro y Sabito no tiene el corazón para lastimar a aquel chico que ama para marcharse.

—Si las circunstancias me permiten conocer a mi destinado te lo diré, pero soy de la idea que prefiero estar lejos de él. Solo me lastimaría si él o ella está con alguien más —contesta Sabito.

Giyuu suspira con profundidad, nunca ha pensando en cómo será su futuro, no tiene ni idea de que es lo que hará el fin de semana o lo que comerá al día siguiente. No conoce el significado de encontrar a tu destinado, así que no sabe cómo contestar ante lo que dice Sabito.

—Entonces, ¿tu quieres continuar está relación? —inquiere Giyuu.

—Si, yo quiero seguir —contesta Sabito, alzando la mirada para buscar a Giyuu.

Por una parte, Giyuu se siente aliviado de no separarse de Sabito. Solo espera que las cosas continúen como han planeado.

Se levanta del columpio para abrazar a Sabito, quién le devuelve el abrazo. No puede evitar derramar algunas lágrimas, sintiéndose mal de tener que mentirle a Giyuu para no herirlo, no quiere que esa estabilidad emocional en la que ha trabajado en años se rompa con facilidad.

Se detienen por unos minutos, disfrutando de esa cercanía qué tienen, un abrazo qué consuela las heridas de ambos: de Giyuu la soledad que le ha dejado marcado de por vida; de Sabito las heridas que se ha causado por aferrarse a una relación con Tengen qué jamás pasará.

Vuelven juntos, hablando sobre las cosas que deben comprar, la ropa que deben lavar y el menú de la cena. Todo va bien hasta que Giyuu menciona a Kyojuro.

Escuchar del omega rubio lo pone mal, es el preferido de los dos hombres que ama. Siempre es él y no se siente listo de encontrarlo en el departamento, mucho menos pedirle una disculpa aunque... no siente que debería hacerlo, él acapara la atención de Giyuu y por supuesto que la de Tengen también.

Espera que Tengen haya logrado reconciliarse con Kyojuro y estén fuera de casa para no encontrarlo.

Para cuando entran al departamento, se sorprenden al ver unas maletas y un par de cajas sobre el corredor. Giyuu reconoce de inmediato qué son de Kyojuro, por lo que suelta a Sabito para ir en busca de su amigo.

I Hate My Self For Loving YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora