Capítulo 20.

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—Esta noche has sido muy valiente, señorita Lyra, lamento profundamente tu pérdida, pero tienes que seguir viviendo por él, por su legado. —me ofreció de nuevo su brazo. —Esta noche quiero que te la pases en la enfermería como Harry, te darán una poción para que puedas dormir y un poco de paz...

Dumbledore me despidió como a Harry afuera de su despacho, había comenzado a temblar y me sentía más exhausta que nunca, el hecho de revivir aquello no había sido nada grato, pero al parecer ahora sí me había quedado sin lágrimas. Unos cuantos Weasleys se encontraban todavía afuera esperándome, pensé que para ese entonces ya estuvieran en la enfermería con Harry, pero Bill, Charlie y Aleksandar me esperaban.

—Lyra. —Bill susurró.

—Amor... —Aleksandar vocalizo.

—Al igual que Harry no quiero que se le pregunté nada, hasta que ella decida hacerlo. Señor Aleksandar Kostadinov, le sugiero que regrese al barco de Durmstrang su director lo está buscando. — Al notar que iba a protestar. —No sé preocupé su amada está en buenas manos. —Y con esas palabras nos mandó a la enfermería. Aleksander me dio un beso en la coronilla.

—Vendré pronto. —Me aseguró y se fue de ahí.

—Vamos... —Murmuro Bill Weasley mientras pasaba un brazo por mis hombros y nos guiaba a la enfermería.

En la enfermería, los Weasleys, Hermione rodeaban la camilla de Harry, él ya se encontraba dormido, me llevaron a una de las camas de al lado para que estuviéramos próximos. Me subí a la cama y abracé mis piernas, parecía como si mi cerebro se hubiese desconectado y solo veía las cortinas largas blanquecinas que dividían una cama con la otra, solamente que esta se encontraba enfrente. Sentía las miradas de los presentes y deseé estar sola, no quería su lástima, solamente quería dormir y nunca despertar, como lo ha hecho él.

—Hola, cariño. —Molly Weasley acarició mi cabello. —Te quería decir que... Lo siento mucho. —Metió un mechón detrás de mi oreja y sentí mis ojos ponerse llorosos, pero no quería llorar. —No pudimos contactar a Jenna, al parecer sigue en misión.

Cerré los ojos ante su comentario y asentí. La señora Weasley siguió cepillando mi cabello con sus dedos por un buen rato hasta que llegó Bill con un frasco de vidrio que contenía un líquido color lavanda, después ella se sentó en la silla de en medio de las dos camas.

—Esto te ayudará a dormir. —Me aseguró, pero ni siquiera le estaba prestando atención, mi mirada se encontraba perdida entre aquella cortina. —Lyra, mírame. —Dijo con suavidad mientras tomaba mi barbilla con su mano derecha y me hacía mirarlo.

Mis ojos se perdieron en los suyos, había muchas emociones en su mirada y no sé si se debían a mí. Él apoyó el frasco en mis labios y yo tragué aquel líquido, sabía lo que era, era difícil no darse cuenta, más cuando en los libros de pociones eso era lo primordial lo que todo el mundo o el alumnado le llamaba la atención aparte de las pociones de amor. Bill me ayudó una vez más a tenderme en la cama, me arropo bien y lo siguiente fue que él se acostó a lado mío

Me abrazo. —Te tengo amor... Duerme...—fue lo último que escuche porque todo se puso negro.

Abrí los ojos con pesadez, la luz de la ventana se filtraba un poco en la cabecera, la cama de Harry está vacía, las sabanas estaba deshecha, ninguno de los Weasleys se encontraba en la enfermería, di un largo suspiro, me sentía vacía y agotada, pero no quería volver a dormir, noté que la ropa que había usado ese día se había cambiado por una bata que dan en los hospitales muggles, lo único familiar eran los calcetines de color palo de rosa que me quedaban hasta los tobillos, me quedé un rato mirando el techo de la enfermería por un buen rato hasta que la señora Pomfrey hablo.

Solo es un presentimiento. [Bill Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora