Solo es un presentimiento. [Bill Weasley]

Capítulo 7.

Los días se fueron rápido y en un abrir y cerrar de ojos se acercaba más el mes de Octubre, ese pequeño episodio no volvió a ocurrir y esa conversación con Cedric tampoco, los dos olvidamos que sucedió y el rumor que se esparció como hot cakes calientes ese día de mi accidente murió a la siguiente semana, las miradas furtivas de repente se hacían presentes, pero al parecer les deje de tomar importancia, las pesadillas llegaban más seguido por la madrugada lo cual olvida una vez en la mañana. Mientras tanto Cedric se ponía más eufórico porque la fechas para el Tornero de los Tres Magos se encontraba a la vuelta, su interés por participar me provocaba escalofríos, pero él ya estaba decidido lo cual significaba que nadie lo podía convencer de lo contrario. La escuela iba bien para mí sorprender, no iba retrasada en mis deberes como años pasado y las clases con el nuevo profesor de DCAO eran aterradoras lo cual me provocaba estrés que me volteara a ver y que me preguntará algo con respecto a la clase como cuando preguntó acerca de las maldiciones más castigadas por la ley mágica, en sus clases todo el mundo guardaba silencio e intentaban no hacerlo enojar. Mientras que en Adivinación seguía inventando predicciones y no era la única, Ron y Harry lo hacían igualmente, las que se tomaban en serio la materia eran Lavender y Parvati. Y bueno Pociones no era mejor que todos las anteriores, Snape pensaba envenenarnos en cada clase que daba, no hacía probar las pociones para ver si las habíamos elaborado correctamente... Menudo idiota, por su culpa un viernes casi me iba a la enfermería nuevamente pero ahora por probar la poción del estúpido de Ron.

El día estaba nublado y me había parado ya desde hace una hora, era sábado así que aproveché para ir a la biblioteca a leer un libro muggle ya que ahí nadie me molestaría debido a que era día de Hogsmeade, la mayoría del alumnado iría yo sin embargo decidí quedarme, llevaba mi bolso colgado en mi hombro y había hecho una parada en el Gran Comedor a conseguir un panecillo por si me daba hambre durante mi lectura, lo envolví en una servilleta y lo guarde bien, hoy me encontraba de buen humor puesto que anoche había dormido bien y me sentía fresca como una lechuga lo cual empeoro cuando casi llegaba a mi destino, mi cabeza comenzó a doler que pensé que me iba a desmayar en cualquier momento, mis piernas cedieron en algún momento y mi rodillas se fueron a estrellar contra el piso, solté mi bolso y tantee la pared para no golpearme más, mi corazón latía de forma rápida que sentía que me moría, mi vista se nublo y yo sólo pude pegar mi rostro al frío muro para intentar calmarme. Imágenes sin sentido comenzaron a pasar por mi vista parecían reales que comencé a temblar, mi cuerpo se puso rígido, cuando volví a ver esa luz verdosa y una luz negra al poco rato atrayéndola para dejar todo oscuro, me pareció eterno y comencé a inquietarme, el grito desgarrador se escuchó después, alguien lloraba y se lamentaba y una voz armoniosa como si ya hubiera aceptado su destino se escuchó: " [...] a mi familia". Me dolía y no sabía porque, salí de aquel trance y mis lágrimas resbalaban por mi rostro, mis sollozos en algún momento se escucharon más fuerte, el dolor de cabeza desapareció, pero me sentía como si me hubieran robado un pedacito de mi alma.

Bill y Charlie me encontraron al poco rato, había dejado de llorar el único rastro de lo ocurrido fueron mis ojos hinchados, seguía sentada en el suelo ahora mi espalda recargada en la fría pared, hacía ejercicios de respiración para tranquilizarme.

Ellos venían hablando tranquilamente cuando me miraron.

—¿Lyra? —Bill fue el primero que me vio y su voz salió preocupada.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntó su hermano en forma delicada. Los dos se acuclillaron a mi lado.

—... Yo... Ah... No sé —Mi voz salió temblorosa, y los recuerdos de lo sucedido me hizo estremecerme. —Estoy bien... Me dio dolor de cabeza... decidí sentarme un ratito. —mentí, no sabía cómo explicarlo y toque mi cabeza, intenté calmar mis pensamientos pero fue imposible . —Lo siento.