Capítulo 17.

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... Y lo hice, le escribí al día siguiente antes de ir a desayunar, le pedí prestada a Pigwidgeon a Ron, él accedió algo nervioso y le juré que solo lo utilizaría para mandarle una carta a mi madre, Ron al final aceptó.

El bonito me hizo fiesta cuando llegué a la lechucería, parecía que sabía que me dirigía hacía él porque comenzó a ulular, le acaricie su cabecita y le ofrecí comida que me había dado su dueño.

—¡Hola, Pigwidgeon! ¿Cómo has estado? Hace mucho que no nos hemos visto, ¿no es así?—Saqué la carta de mi bolso —¿Me has extrañado? Porque yo sí, eres muy bonito. —Comenzó a volar un poco. —Ok amiguito, necesito que lleves esto. —Le enseñé la carta, la puse en su pico. —Necesito que lo lleves a mi madre. — La última palabra salió con un enorme suspiro. —Por favor.

Él emprendió vuelo, mi mirada lo siguió hasta que desapareció en el cielo y después me dirigí al Gran Comedor a desayunar.

Agarre pan recién salido del horno, huevos, tocinos, yogurt con fruta, me había sentado a lado de Harry. Todo parecía ir bien hasta que llegó el profeta y la conmoción en la mesa de Gryffindor comenzó.

—¿Qué demonios...? —exclamó Hermione.

Levanté la vista, ella se veía agitada, su rostro empezó a ponerse rojo, Ron, Harry y yo nos miramos fijamente intentando saber qué le pasaba.

—¡Esto...! ¡Esto es ridículo!— Los ojos cafés de Hermione escaneaban rápidamente el trozo de pergamino y tenía más cartas cerca de su plato.

—¿Qué es?— Se atrevió a preguntar Harry.

Ella le pasó la carta y yo me acerqué a mirar lo que le habían mandado. El mensaje decía: "Eres una chica malvada, Harry se merece mejor", las letras eran recortadas de algún periódico o revista.

—¡Son todas iguales! —Dijo Hermione mientras había otra carta, un líquido amarillo oloroso se filtró en sus manos provocando que le salieran granos.

—¡Oh no! —Harry y yo verbalizamos parándonos rápido de los bancos e intentando hacer algo.

—Pus de bubotubérculo! —Ron intentó alejar la carta con cuidado.

Los ojos de Hermione se pusieron llorosos.

—Ven, será mejor que vayamos a la enfermería. —Intente tranquilizarla.

—Sí, nosotros le avisaremos a la profesora Sprout... —señaló Harry el desastre.

Me sentí mal por ella camino a la enfermería, Hermione soplaba sus manos como si ardieran y la brisa de su aliento provocará un alivió temporal a sus manos estropeadas.

—¿Quién te pudo haber hecho esto? —Le pregunté intentando ser cuidadosa.

Un sollozo salió de su garganta e hizo un ademán para limpiarse las lágrimas, pero se detuvo. Agarre la manga de mi túnica y la pase por sus mejillas mojadas.

—Gracias. —dijo con abatimiento. —Escribieron sobre mí... En Corazón de bruja...

—¿Corazón de bruja?

—Sí, piensan que he jugado con Harry, que él y yo somos pareja y que lo cambié por Viktor.

—¡Oh! Pero eso no es verdad.

Entramos a la enfermería, la señora Promfrey al verla corrió a auxiliarla y a mí me mandó a clases. Hermione no regresó a clases ese día. En cuidado de criaturas mágicas, Pansy iba cuchicheando y riéndose, nos miraba a cada rato. Con ella venían Malfoy y sus guardaespaldas Crabbe y Goyle.

Solo es un presentimiento. [Bill Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora