I'm (not) okay

21

Cuando Frank llegó al burdel divisó a lo lejos esa cabellera rojiza que nunca se perdería en la multitud. Estaba emocionado, quería contarle las buenas nuevas del lanzamiento ya que el debut de los Dunes estaba siendo un éxito en ventas y los chicos se empezaban a codear con otros famosos, sin embargo, a medida que iba acercándose notó que Gerard se veía algo raro y estaba sin playera. Eso lo desconcertó pues el esmeralda nunca estaría vestido así en este lugar. Además de que el contexto en el que ellos se encontraban estaba muy desconectado del lugar.

Fue de pronto que Gerard se desmayó, cayendo en el suelo dándose un fuerte golpe en la cabeza y llamando la atención de unas personas que estaban a su alrededor a parte de la suya, que de por sí iba a su dirección.

Frank rápidamente corrió hacia él apartando a todos y trató de hacerlo reaccionar, pero antes de sacudirlo notó que un poco de saliva con espuma le estaba saliendo de la boca y sus ojos estaban en blanco, se alarmó más. De inmediato pensó que había quedado inconsciente, pero una chica reconoció eso y gritó que debía llevarlo a urgencias, entonces entre varios lo auxiliaron para sacarlo del burdel mientras le ayudaban a llevarlo a su auto.

Frank trató de conducir lo más rápido posible mientras lo veía de reojo y lo sostenía con la mano libre para asegurarse de que no empeorara la situación, entendió la vida del pelirrojo estaba en juego.

Cuando llegaron al hospital lo pusieron en una camilla y lo llevaron de inmediato a una sala aparte, el castaño sólo escuchó que Gerard había tenido una sobredosis y necesitaban usar terapia con oxígeno para ayudarlo a respirar, pero luego de eso no le dejaron ver. Estaba preocupado, no entendía cómo Gerard había llegado a eso, o por qué lo había hecho, no entendía nada. Le rezaba a un ser supremo que no pasara a algo más grave.

***

Gerard había caído en coma.

En ese lapso le habían informado que habían utilizado un medicamento llamado flumazenil, el cual ayuda a revertir algunos de los efectos del clonazepam, cuya pastilla era la que había ingerido el chico en gran cantidad. Ahora su cuerpo estaba actuando a la velocidad que él mismo se permitía, y los doctores le dijeron que sólo podían esperar a que despertara.

Frank seguía sin creerlo, luego de algunas horas lo dejaron pasar y lo encontró en otra camilla, más "cómodo", con la típica bata de hospital y unos tubos en su respingada nariz para que pudiese respirar, pero estaba con los ojos cerrados.

El castaño se agarró el cabello y se sentó en un sillón individual a un lado de él. Quería quedarse a su lado hasta que despertara. Se sintió triste, preocupado, nervioso y tenía ganas de llorar. Sabía que muchas personas morían de esto, pero él no podía hacerlo, Gerard no podía morir ahora.

Él no.

Era de madrugada, en los hospitales el clima siempre es frío, pero en ese momento Frank estaba más atento a cualquier reacción del esmeralda en lugar de concentrarse o preocuparse por ponerse una manta sobre sus hombros. No fue más de tres horas cuando el pelirrojo despertó.

Pasaron diez horas aproximadamente desde que llegaron al hospital, y cuando el pelirrojo abrió los ojos, la máquina en automático comenzó a sonar reflejando los latidos acelerados. Gerard había despertado asustado y sentía cosas encima de su cuerpo, Frank se levantó como resorte y se colocó a un lado de él diciendo que todo estaba bien, que no se moviera mucho para no dañarse. Que estaba con el y que respirara contando en regresiva en su mente.

Que no estaba solo.

***

Cuando las cosas estuvieron más serenas Frank se atrevió a preguntar qué había sucedido, lo había pensado mucho porque no quería ser imprudente, quizás había algo que lo iba a lastimar. El castaño estaba muy preocupado, quería saber de primera mano qué había pasado para que tomara esa decisión, también tenía que saber por qué habían surgido otras observaciones a medida que intentaban hacerlo reaccionar y que los médicos le dijeron tomara en cuenta.