13. Gala

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- ¡No me lo puedo creer!

Siseo mientras hago gestos para que baje la voz. Lola es muy exagerada y siempre se sorprende mucho por cualquier cosa, es cierto que lo de ayer es algo bastante gordo para mí pero tampoco quiero que se entere todo el mundo.

- Déjame, estamos solas, todo el mundo está abajo terminando la escena de Héctor y Clarisa. ¿Ves a alguien? No. ¡Puedo sorprenderme a gritos si quiero!

- ¡Calla, loca! - me tiro encima de ella intentando taparle la boca y terminamos tumbadas riéndonos en el sofá.

- Es que ha ido demasiado rápido - dice sentándose y terminando su café de un sorbo -. A ver, ¿y quién se ha creído que es para confirmar tu desgracia?

- Y para creer que la solución a mis problemas es liarme con él.

- Exacto - se levanta y camina hacia la puerta de espaldas -, me parece bien que le hicieras una cobra. Que se lo hubiera currado más. Voy al baño.

Veo tumbada cómo desaparece tras la mesa de cátering. Me quedo un rato mirando el móvil hasta que escucho unos pasos cerca y me giro preparada antes de que Lola intente asustarme. Sin embargo, el susto me lo llevo de todos modos al comprobar que no es ella quien se ha acercado hasta mí, sino Perti.

- Hola Gala - se sienta a mi lado y yo hago lo propio -, no te he visto durante el rodaje.

Mi humor cambia repentinamente y me siento incómoda. En realidad, tampoco es justo que sea desagradable con él, podemos seguir siendo amigos.

- No nos requerían, sólo había dos personajes. ¿Ya habéis terminado?

- Obviamente, sino no estaría aquí. Todos se han quedado revisando y recogiendo material. No tardarán en subir. Aunque - pasa un brazo por detrás de mí apoyándose en el respaldo -, seguramente tengamos un rato para hablar sobre lo de ayer, creo que no quedó muy claro.

- M-mira, no es que no me gustes pero no me apetece estar con nadie.

- No te he pedido que seas mi novia - se pega a mí y coge mi mano izquierda con la suya -, solo quiero que nos divirtamos juntos.

Sujeta mi brazo derecho con la mano que tiene en el respaldo y me empuja hasta dejarme boca abajo contra el sofá. Su cuerpo me pesa en la espalda evitando que pueda salir.

- ¡Lola! - grito lo más fuerte que puedo pero la presión me impide coger el aire suficiente - Ayud...

Tapa mi boca con su mano mientras hunde su cara en mi cuello. Desliza la lengua hasta mi oreja y tira del lóbulo de con sus dientes. Cierro los ojos con fuerza esperando a que pase rápido lo que sea que quiera hacer. En cualquier momento alguien subirá al segundo piso y tendrá que soltarme. Intento resistirme de nuevo cuando noto sus dedos por debajo de mi pantalón, retirando la tela de mis bragas arañando mi nalga. Trato de levantarme. Grito aun teniendo su mano sujetando con fuerza mi boca. Lloro. Caigo del sofá y lo primero que hago cuando noto que su cuerpo se despega del mío, es coger una gran bocanada de aire. Al girarme veo a Perti en el suelo con Adam encima. Lo primero que pienso es que se joda. Ahora sabrá lo que es que te retengan contra tu voluntad. Pero después me fijo  bien en la situación. Los nudillos de Adam están llenos de sangre y, como por arte de magia, Will aparece y lo coge desde detrás, apartándole del chico que hace unos segundos me estaba haciendo algo peor a mí.

Adam se zafa de él y viene directo a mí. Me coge del brazo y me levanta haciéndome caminar rápido. Varias personas se han amontonado en la zona de descanso, curiosos por ver qué ocurre. Entramos en su despacho seguidos por Will y me sienta en un sillón pequeño. No me fijé en él la otra vez. Revisa mi cara y las zonas visibles de mi cuerpo en busca de alguna marca de violencia.

- ¿Estás bien? ¿Qué te duele? ¿Puedes hablar?

Asiento respondiendo a la primera pregunta y sacudo la cabeza por la segunda, encojo los hombros a la tercera.

- Adam - Will intenta hacerle entrar en razón pero sigue con la mirada en mi cuerpo y una expresión que, realmente, asusta.

- Adam - digo casi en un susurro. Sus ojos se encuentran con los míos -, está bien. Estoy bien.

Se da cuenta tarde de que me ha manchado con la sangre de sus nudillos. No se si es suya o de Perti pero se disculpa a la vez que se aparta de mí como si ahora le quemase.

- Perdona - me da la espalda y mira a su amigo -. Puedes... Ocúpate de ella, por favor.

Sale disparado del despacho y cierra de portazo. Una vez más, Will se asegura de que me vaya tranquila y de una pieza a casa después de otra mañana catastrófica. Quizá Perti tenga razón con que estoy en una mala racha pero, si lo pienso, todo empezó cuando empecé las prácticas en este sitio. Puede que sea hora de hacer caso a las señales y cortar de raíz el problema.

- No se lo tengas en cuenta - se acerca a la mesa y coge varios pañuelos de papel de una caja -, le molesta mucho ese tipo de conducta. ¿Y a quién no?

Me sonríe con ternura y limpia las pequeñas manchas que Adam ha dejado en mi cara. Después de tirarlos a la papelera, coge una silla y se sienta a mi lado. Al principio me parece raro pero no tardo mucho en sentirme cómoda con él.

- Siempre actúa extraño - digo sin más.

- Ya, es parte de su encanto - me contagia la sonrisa -, al final es fácil quererle.

Nos reímos juntos. Me doy cuenta de que hacía mucho tiempo que no tenía esta sensación de calma y hogar al estar con una persona. Una punzada de nostalgia me arrebata el momento y bajo la mirada para que Will no vea que se me han cristalizado los ojos.

- Apartar la vista no hace menos evidente lo que tu cara refleja desde  hace más rato del que crees - se inclina hacia mí -. ¿Quieres un abrazo?

Y sin pensármelo dos veces, me lanzo. Mi escudo se rompe en mil pedazos y lloro abrazada a este hombre que no conozco. Lloro por todo. Por la incertidumbre de mi vida. Por mi familia. Por el dinero. Por todas las veces que he metido la pata. Por haber confiado en alguien que creía que era mi amigo. Por odiar y querer a alguien que todavía es un extraño. Por recordar a la persona que más amor me ha dado en mi vida y porque nunca volverá conmigo.

¡Prevenidos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora