La noche ha sido un infierno. Tras el desliz todo se volvió denso en el rodaje. Adam solo abrió la boca para dar órdenes concretas con un tono bastante cortante. Todo el equipo se tensó y, cuando acabamos de rodar, casi salimos corriendo de allí. Agradecí muchísimo no tener que ir al club, mi mente y mi pecho estaban a punto de reventar. Lo peor es que en parte me siento feliz porque, si ha ocurrido, es que no le desagrado a Adam. Lo que no sé es si él me gusta a mí. Pensando objetivamente, ha habido más veces que me ha tratado bien que mal pero es que, para que quiera a alguien en mi vida, no debe haber ningún tipo de trato como el que él tiene a veces conmigo. Puedo entender que la primera vez tuviera un mal día y por eso fuera tan desagradable al caerme pero, ¿qué hay del cambio de humor en el coche cuando me encontró?¿Y que ayer me besara con muchísimas ganas y, de la nada, se aparte y me diga que no lo cuente? El techo de mi habitación conoce el problema al milímetro, por desgracia no puede aconsejarme.
La localización de hoy está un poco lejos así que decido ir en bus. Casi he llegado cuando veo que me llega un correo electrónico al móvil. En el asunto solo pone "Gran trabajo" y cuando lo abro, mi humor cambia de inmediato. Tengo que controlarme para no gritar como si me faltara un hervor. El spot dura un minuto exacto y los maquillajes de retrospectiva se ven alucinantes. En persona todo era genial pero la cámara ha captado todo de forma increíble y la edición es brutal y perfecta. Descargo la carpeta adjunta y veo que son las sesiones de fotos de las modelos, todas con mis maquillajes. Me encantan.
Veo a Lola esperándome en la parada y, en cuanto bajo, le enseño todo emocionadísima. No es hasta que termino de hablar sobre cómo fue y de pasar todas las fotos, que recuerdo cuánto le molestó que me dieran aquella oportunidad y a ella no.
- ¿Lo has hecho adrede? - dice en tondo acusatorio.
- ¿Qué?
- Restregármelo por la cara - echa a caminar -, yo también puedo presumir de todo lo que tengo y tú no.
La alcanzo en un par de zancadas e igualo su paso decidido.
- No era mi intención, solo quería compartir mi alegría, si no lo hago con mi mejor amiga, ¿con quién lo voy a hacer?
- A una mejor amiga no se le hace esto.
- Oye, yo no tengo la culpa de que me lo ofrecieran - su actitud empieza a molestarme -. Si te lo hubieran dicho a ti me habría alegrado y ya está.
- Lo dudo mucho - frena en seco y me mira de frente -. Te habrías hundido, como siempre. Habrías ido corriendo a casa para tirarte en la cama a llorar.
No sé en qué momento se ha desviado tanto la conversación. Esto no va sobre cómo gestiono o me afectan las cosas sino de una oferta de trabajo. Es ella la que se lo está tomando mal, ¿cómo puede culparme por lo que le está pasando en este momento?
- Mira, Lola, no entiendo a qué viene un enfado tan grande de repente pero si hay algo más que te haya molestado, mejor dímelo.
- Claro que hay algo más porque la que no entiende cosas soy yo. ¿Cómo es posible que sigas aquí después de caerte delante de todos, cambiar el maquillaje de la actriz principal y hacer que despidan a nuestro amigo? ¡Si apenas te tocó!
Me quedo en blanco. Siempre he sido algo torpe y me ha costado concentrarme. Mis experiencias con hombres no superan lo superficial y no se me da bien hacer amigos. Pero de eso a todo lo que estoy comprendiendo ahora, creo que hay un mundo.
- Tú cambiaste el bote de maquillaje - pone los ojos en blanco y se cruza de brazos -. Y te fuiste justo antes de que Perti llegase y me atacara. ¡Lo sabías!
- ¡No te mereces todas las oportunidades que estás teniendo! - Eres un desastre y tenía que hacer algo para que dejases de estorbar, solo pretendía asustarte.
Siento el ardor en mis ojos y hago un esfuerzo enorme por contener las lágrimas. No pienso llorar delante de ella esta vez.
- Te equivocas - creo que nunca había escuchado esta seriedad en mi voz -. Tú eres la que no merece nada porque eres mala persona.
- El buen corazón no te llevará a ninguna parte, Gala - vuelve a caminar y me da la espalda -. ¡Cuando tus buenas acciones consigan lo mismo que mi tarjeta de crédito me avisas!
Tardo varios minutos en calmarme lo suficiente como para aparecer delante de todos. Hoy se graba en una urbanización de casas enormes y bonitas. Las cámaras están delante de una blanca con jardín. Tiene un camino de piedras en forma de ese y un porche pequeño con un banco y muchas macetas. La típica casa de película. Me imagino viviendo en ella. Subir las escaleras para ir al dormitorio y no porque mi piso esté en un cuarto y el ascensor funcione menos de la mitad de las veces. Berta me saluda con la mano desde la puerta principal y me indica que entre. Recorro el caminito de piedras evitando pensar en el contraste de mis zapatillas negras de deporte con el estilo del jardín. Si fuera mío cambiaría muchas cosas. Me molesta que todo parezca de diseño, no invita a jugar en el césped ni a sentarse a leer. Me recuerda a la película Mi tío de 1958. Ahí sí que llevan al extremo el absurdo de tener una casa supuestamente bonita pero nada práctica. Al entrar veo que todo está vacío y la magia del cine me saca una sonrisa. Tiene sentido: Todas las estancias están creadas en los sets del estudio. Aquí solo necesitamos el envoltorio. Subo las escaleras donde han montado varios tocadores y una mesa de catering. Preparamos a siete actores secundarios que harán de niños del barrio y a Lola le toca el que maquillé yo la vez que me caí. Curiosamente, en la secuencia él se cae con la bici y se hace una herida bastante fea en la rodilla. Me habría encantado ocuparme de eso. Cuando terminamos, nos indican en qué zona debemos esperar durante el rodaje. Se repite la toma hasta seis veces, grabar en exterior tiene sus complicaciones y, cuando no pasa una nube que cambia la iluminación es que suena el campanario. En la que parece que va a ser la buena, Adam corta antes del final y todos nos miramos extrañados. Se queda callado observando con el ceño fruncido la pequeña pantalla del combo donde nuestro niño espera quieto sentado en el suelo, como si algo no encajara en la imagen.
- No sé exactamente por qué - dice señalándolo - pero no me creo esa herida.
Todo el equipo de maquillaje se gira hacia Lola. Mario le hace señas para que vaya a retocarlo y, al ver su cara mientras camina, sé que no tiene ni idea de qué hacer. Me acerco al combo todo lo que puedo y me fijo detenidamente. Tiene sentido. Lola sombrea alrededor de la herida creando un falso moratón que, en la vida real, no habría podido salir tan de inmediato. Lo está empeorando. Adam se lleva la mano a la cara y niega con la cabeza.
- Por favor, efectos especiales - dice más cortante que antes -, ¿nadie más está viendo lo que yo?
En algún momento y por un motivo que desconozco, me siento atrevida y abro la boca sin pensar en la inminente desaprobación de Berta y Mario.
- Creo - todas las miradas, incluidas las de Lola y Adam, se dirigen a mí -, que hay que quitar sombra y cambiar la sangre. Hay por toda la herida y, como se acaba de caer, solo debería haber en el centro y, en todo caso, un poco cayendo hacia abajo.
Lola parece estar a punto de asesinarme con los pinceles y el resto me observan con cara de circunstancia. No me parece tan difícil el funcionamiento de una herida, ¿es que nunca se han caído? Adam parece meditar sus opciones durante unos segundos y, finalmente, me hace un gesto con la mano para que ocupe el lugar de Lola.
- Arréglalo.
Lo corrijo de la mejor forma que sé y, la siguiente toma, es la buena. Mario se acerca a darme una sutil enhorabuena y lo interpreto como una tregua entre el día que fastidié el rodaje y hoy, que he hecho que pueda continuar. Me siento bien a pesar de que Lola me debe odiar aún más que antes pero me da igual. En ningún momento ha sido sincera conmigo, ni siquiera era realmente mi amiga, así que supongo que no habrá ninguna diferencia si competimos conscientemente.
Gran parte de la plantilla me desprecia porque no creen que esté a la altura de la situación. Algunos sienten pena por mí. Otros me odian porque piensan que Perti ha sido la víctima. Lola me ha mentido desde el principio. Adam me confunde y parece avergonzarse de mí. El único que me transmite algo positivo es Will y no le he visto desde que grabamos fuera del estudio. Así que no tengo nada que perder, es el momento de tirar con todo hacia delante. Por raro que parezca, esta vez sí siento que haya tomado la decisión correcta. Mi futuro está escondido dentro de este caos y voy a encontrarlo, cogerlo con fuerza y hacerlo mío.
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¡Prevenidos!
Romance¿Qué ocurre cuando descubres que tu amor platónico no tiene nada que ver con lo que habías imaginado? Una joven en busca de su propio camino. Un hombre perdido que necesita que lo encuentren. La eterna lucha entre mente y corazón que nunca acaba bie...