7-Juego

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Se miraron fijamente, y en un impulso que sorprendió incluso a ella misma, Amy rompió el silencio.

—Me gustan tus ojos, Kai —las palabras se deslizaron de sus labios antes de que pudiera detenerlas, pero la verdad era que se sentía embriagada por la profundidad de su mirada.

Kai, por su parte, luchaba con un deseo que amenazaba con desbordarse. Necesitaba saber algo crucial, y aprovechando el estado de vulnerabilidad de Amy, lanzó la pregunta sin tacto.

—¿Eres virgen? —era esencial para él saber si Kyle y ella habían compartido algo más que amistad.

—No —respondió ella simplemente.

Kai sintió un golpe de rabia, había esperado ser el primero y el último. Pero entonces ella continuó.

—Tate fue el primero, y el único.

Esa revelación le dio a Kai un atisbo de esperanza; Kyle no la había tocado. En los tres años transcurridos, sin que ella lo supiera, había estado esperándolo.

—Eres perfecta —susurró Kai, y Amy sintió un escalofrío familiar. Esas palabras resonaron con un eco del pasado, un eco de Tate, y la alertaron. Se apartó bruscamente, recordando su juramento de no volver a amar, de protegerse de futuras tragedias.

La reacción de Amy desconcertó a Kai. Había esperado que cediera, tal vez incluso que respondiera con un beso. Pero Amy no era como las demás, que caían rendidas ante su atractivo o su persuasión. Incluso había conquistado a hombres con facilidad, pero Amy era diferente.

—¿Crees en Dios? —preguntó Kai, una pregunta que solía hacer a sus reclutas.

—No, ya no. Si Dios existiera, no permitiría los asesinatos. ¿Y tú, crees en los fantasmas? —la curiosidad genuina de Amy se reflejaba en su voz.

—No, en nada —respondió Kai con firmeza.

—Dicen que los espíritus quedan atrapados donde mueren. Si mueren en su casa, quedan ahí para siempre. Eso me da esperanza de otra vida, pero la idea de estar atrapado eternamente en un lugar... es triste —Amy reflexionó en voz alta antes de levantarse para preparar un té.

En ese momento, Kyle irrumpió en la escena, envuelto solo en una toalla, ignorando por completo a Kai y dirigiéndose directamente a Amy.

—¿Qué vamos a comer? —preguntó, rodeando el cuello de Amy con sus brazos.

Amy se sobresaltó y, con una cuchara en mano, lo apartó.

—Kyle, estás mojado. Vístete, pareces un niño. ¿Qué va a pensar Kai? Vete ya —le dijo, golpeándolo suavemente con la cuchara mientras él reía. Pero para Kai, esto no tenía nada de gracioso; estaba claro que Kyle estaba enamorado de Amy.

—Bueno, Amy, me gustaría quedarme más tiempo, pero tengo cosas que hacer—dijo Kai, levantándose con una mirada desafiante hacia Kyle— cosas de la candidatura

—¡Ah! Sabía que te había visto en alguna parte, eres el golpeado —bromeó Kyle, recibiendo un codazo de Amy.

—Pero que yo sepa, no hay puesto disponible. No podrás ser candidato hasta dentro de tres años —dijo Kyle con tono burlón.

—Eso puede cambiar en cualquier momento. Amy, ¿me acompañas un momento?—pidió Kai.

—Sí, te acompaño a la puerta. Vamos —respondió Amy.

Kai y Kyle no se despidieron; ambos sabían que se volverían a ver. Kai estaba decidido a alejar a ese imbécil de Amy, y Kyle pensaba lo mismo.

—¿Saldrás esta noche? —preguntó Kai.

—Tengo que ir a la universidad, tengo que...

—¿A qué hora vuelves? —interrumpió Kai.

—Como a las 21:00.

—Bien, no te quedes hasta tarde. Las calles están peligrosas, te lo digo por experiencia propia.

—Sí, gracias por preocuparte. Adiós —Amy extendió su brazo, pero en lugar de un apretón, Kai tomó su mano y besó el dorso de esta.

—Es un 'hasta pronto', no un 'adiós', Amy—dijo Kai, y al escuchar su nombre pronunciado por él, Amy sintió que se desvanecía.

Tras cerrar la puerta, Kyle estaba detrás de ella.

—Recuerda tu promesa —le recordó.

—Siempre lo hago —respondió Amy, mientras Kyle sonreía, consciente de que Kai representaba un peligro.

—Siempre lo hago —respondió Amy, mientras Kyle sonreía, consciente de que Kai representaba un peligro

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Nuestra Rota Historia (Kai Anderson/ Kyle Spencer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora