▭▬ ❛ pernicioso, perniciosa; que causa mucho daño o es muy perjudicial. ❜
𝙀𝙉 𝘿𝙊𝙉𝘿𝙀 𝘼𝙂𝙐𝙎𝙏𝙄𝙉𝘼 comienza a sentir una fuerte atracción por el padre soltero más codiciado de su trabajo, llevándola a una catastrófica perdición.
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Estábamos muy cerquita del mundial y se notaba con facilidad porque el país se acoraba por completo con los colores de la albi celeste. Cada negocio que veías, tenía algo relacionado con la selección. Cada casa existente tenía una bandera de nuestro hermoso país y no hablar de los parlantes al máximo en dónde sólo se escuchaba una única canción: Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar.
También se sentía cerca nuestro queridísimo noviembre porque en mi trabajo estábamos a full con las organizaciones para el fin de clases. De un abrir y cerrar de ojos, los días y meses habían pasado de forma inconsciente que casi ni siquiera se sentía como un año para finalizar. Trabajé tanto estos últimos meses que me concentré solamente en mi profesión y no llevé la cuenta de que otra vez otro ciclo lectivo terminaba.
Me ponía nostálgica por todo lo que había vivido y lo que había logrado. Más allá de las relaciones que inicié y algunas que terminé, la vida siempre seguía sorprendiendome a más no poder, brindándome oportunidades que veía nulas. Pero, a medida que enseñaba en el jardín, se me ocurrió la idea de seguir estudiando para así en algún futuro abrir mi propio consultorio psicopedagogico. Cosa que me sorprendió porque mis notas en la universidad no paraban de ser altas. Amaba ser maestra, claramente, pero eso no le sacaba la gran oportunidad de ejercer algún otro tipo de profesión más allá del que yo tenía.
Hay que pensar más allá del presente y por eso me aproximé tanto al trabajar y estudiar al mismo tiempo.
Y bueno, con respecto a las relaciones que tuve, mi relación con Emi se quedó en ser amigos. Después de la charla que había tenido con Santi y de haberme dado cuenta que Emi quizás podría llegar a tener otra oportunidad con su ex-esposa; dejé de buscarlo con aquella intención de que en algún momento volveríamos a lo que éramos. De vez en cuando él y su nene me visitaban, comíamos algo y después se marchaban. No salíamos, no paseabamos, ni iba a la casa de ellos y no porque yo no quería, sino porque al estar tan cerca de Qatar, a Emi le empezaron a exigir más.
Tuvo la oportunidad de irse por completo a Birmingham y ahora teniendo a la mamá de Santi presente, nadie lo frenó para que por fin dejara esa vida nómade que había tenido desde que su hijo llegó al mundo. Al enterarme me entristecí pero, lo mejor para él y su familia era que estén todos juntos, a pesar de que yo me encuentre en el otro lado del mundo sin poder verlos ni abrazarlos.
Me mantenía en contacto con el castaño y de vez en cuando hacíamos llamada para que pudiera ver lo mucho que Santi había crecido. Cabe aclarar que después de tanto tiempo, no volvimos a cruzar esa línea en la que nos llevaba a tocar el tema de nosotros dos juntos y eso me tenía tranquila. Y no porque lo haya olvidado, sino porque ambos sabíamos que estábamos lo suficientemente ocupados con nuestras propias vidas para darle un poco de atención a los deseos de nuestro corazón.
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