Inventario Maldito Jujutsu Kaisen (One Shots)

Satoru Gojo I

Capitulo 8. Comienzo.

Antes de conocer a Gojo, habías escuchado como le describían: un dios terrenal con una belleza a la altura y una personalidad atroz.

Ni en un millón de años te hubieras imaginado estar sentada en su regazo, ni siquiera estabas segura de cómo habían empezado esta "relación" si así podías llamar a unas cuantas citas.

Pero esta ves era diferente, estaban ustedes dos solos en su casa, lejos de la escuela o de la gente en general.

- ¿Puedo quitarte eso?

Él asintió y tiró de una de las vendas.

Tomos aire y ves su expresión cambiar. Sabes que es mucho para Satoru. Tocas su pecho y tratas de calamarlo, pero en su lugar aquel contacto pareció estremecerte a ti, subiendo el calor a tus mejillas.

Hay un movimiento sutil de sus muslos debajo de los tuyos que te hace reflexionar.

- No tienes que hacerlo - pusiste tu mano sobre su rostro - debe ser mucho...

Te preguntas en silenció cuanto tiempo ha pasado desde que compartió calor con otro humano y te consideras afortunada de tocar su piel es como algo sagrado.

-Nah esta bien - su expresión tensa se desvanece aunque todavía está tenso quita el resto de las vendas haciendo que al instante calleran mechones de su cabello sobre su frente.

Aún no te encuentras con su mirada. En sugar inspeccionas su mandíbula hasta su oreja recorriendo con una mano aquel camino una y otra ves.

Es hermoso, piensas.

Su palma cálida y grande toma tu barbilla y te gira hacia él chocando sus frentes y sientes pequeñas gotas de humedad.

Una chispa de orgullo caliente tu vientre, la habitación sigue templada así que aquella reacción inconsciente de su cuerpo es por el efecto que causas en él .

Puedes sentirlo mirándote tan profundamente que te sentiste desnuda por un momento, aunque el único contacto piel con piel que tiene es atraves del ligero toque al rededor de su cuello y sus frentes.

Ni sabes bien que hacer.

-Puedes tocarme más, ya sabes- Satoru te empuja, agarrando tu muñeca y colocando tu mano en la parte posterior de su cuello. - Me gusta cuando lo haces.

-¿Estás jugando conmigo ahora? ¿Te estás impacientando?

Satoru tararea y se encoge de hombros - ¿Contigo? Yo siempre lo estoy.

Oh, Dios. Sientes que se derrites y entonces te das cuenta, qué no te ha quitado los ojos de encima. No estás seguro de lo que está viendo (la forma en que tu energía maldita se derrite en charcos, el latido rápido de tu corazón, el temblor en tus manos), pero asumes que es todo. Estás a su merced. No hay nada que puedas ocultarle y es desalentador.

Satoru es bonito. Especialmente su cara. Todo el mundo habla de los legendarios ojos cristalinos de Gojo Satoru, pero en realidad no le hacen justicia. No querías mirarlos demasiado , pero es la primera vez que los observas así de cerca y estás embelesado.

Durante la mayoría de sus citas, Gojo mantuvo la venda en los ojos por comodidad. Nunca tuviste la oportunidad de verlos. Pero podías jurar que aquellos ojos color topacio refractan la luz desde el interior.

-Adelante, mira un poco más- sonríe sentándose contra los cojines.-Tengo todo el día.

Levantas una ceja, te sientas en cuclillas en su regazo - Estoy feliz de hacerlo. Eres hermoso.