Satoru Gojo II

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Cap. 13 Debilidad.

Satoru se había despertado antes del amanecer. Suavemente pasó su mano por tu costado, con cuidado de no molestarte mientras dormías.

Te sintió extrañamente caliente, pero él asumió que se debía a que eran las primeras noches de verano y se olvidó de configurar el aire acondicionado correctamente.

Se arrastró fuera de la cama, atravesando el frío suelo de madera hasta la cocina. El pequeño tintineo de un collar lo siguió, y sonrió sacando la comida para perros.

Kima, su perro schnauzer habia sido el regalo de él hacia ti en primer año de novios cuando vio como te habías enemorado de ese cachorro en la tienda de mascotas.

Si había algo parecido a celos era lo que sentía cada ves que lo recibías primero a esa pequeña bola de pelos qué a él.

Pasó las siguientes horas en la oscuridad, admirando los colores del cielo cambiante mientras bebía su café. Debatió si hacer el desayuno, pensando que podría sorprenderte con algo grande para que ambos comenzaran el día, pero necesitaba esperar hasta que estuvieras despierta.

Eran alrededor de las 9 cuando te escuchó salir de puntillas de la cama, tosiendo mientras te dirigías a la ducha. No pensó en nada hasta que empezaron los estornudos.

-¿Estás bien?- preguntó, asomando la cabeza por la puerta.

-Mi nariz no deja de moquear y me hace sentir como una mierda- gimes, apoyándote en el baño enfermo antes de estornudar de nuevo. Entró al baño, poniendo una de sus manos en tu frente.

-No pareces tener fiebre, pero estás caliente- murmuró, alternando entre la palma y el dorso de la mano, frunciendo el ceño. - Vamos- tomó tu mano, llevándote de regreso a la habitación y haciéndote sentar en la cama.

-Ponte cómoda y te conseguiré algunos medicamentos y algo de comida- sonrió, ahuecando tu mejilla y frotando su pulgar sobre el pómulo. Asentiste letárgicamente y él regresó a la cocina. Se decidió por solo huevos revueltos con tostadas, esperando al menos poner algo un poco pesado en tu estómago, para que pudieras pasar la mayor parte del tiempo descansando. Dejó a un lado su tetera mientras trabajaba y cuando terminó, regresó con platos llenos de comida y una taza.

-Té, para tu garganta-, respondió, entregándote la taza primero.

-Gracias- sollozas, tomas la taza de él y luego tomas un sorbo. Lo dejaste en la mesita de noche, tomando el plato en su lugar y él se fue a buscar tu medicina y su plato. Una vez de regreso, los dos comieron en silencio; entregándote pastillas cuando terminaste. Llevó los platos a la cocina y volvió y se metió debajo de las sábanas contigo, para tu sorpresa.

-Ven aquí- te atrajo hacia su pecho.

-Te voy a enfermar- te quejas.

-Yo no me enfermo. - sonrió - soy Satoru Gojo

-Por supuesto, el hechicero más fuerte del mundo no enferma - te ríes y él hace un suave 'ujumm'.

-Bueno, cuando estés sollozando, no esperes que venga a abrazarte- acaricias tu rostro contra su pecho y él resopla.

-Me parece bien.

Parecías lo suficientemente contento como para no refutar su negativa; respirando suavemente y mirando por la ventana hasta que te quedaste dormido.

-Descansa, cariño-, susurra en tu cabello, mientras mira hacia el techo. Enfermo o no, siempre se aseguraría de cuidarte porque tu eras su unica Debilidad.

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Inventario Maldito Jujutsu Kaisen (One Shots) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora