II

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"Voy a pedirle a Dios que los ilumine o los elimine, cualquiera de las 2 me sirve". Estábamos dónde vendían cosas de segunda mano, porque Vernon dijo “no voy a gastar en ese mocoso más de lo necesario” y la verdad no me importa, mientras me quedé y no sea de la ballena.

—Mamá cómprame algo—. Le ví señalar algo.

—Mi niño solo...—. Respondió desde el otro lado, seguro viendo algún tupper.

—He dicho que me lo compres—. La interrumpió empezando su berrinche.

—Cállate, al menos que quieras no tener todos tus dientes—. Lo mire seriamente, como cuando mi hermana no quería hacer su tarea.

—No me mandas fenómeno.

—Mira, desde hace tiempo tengo unas ganas de darte un golpe que hasta te reinicie la vida—. Me acerque lo suficiente para poder poner mi mano cerca de su cuello.

—¡Mamá!—. Fue corriendo hacia ella.

—Dios sálvame—. Lo dije al aire.

Seguí buscando pantalones y demás, hasta que bingo, pude encontrar 2 cobertores de tigre.

—Calientito, listo ya chingue—. Pronuncie lo último en español.
♪Ayer tuve un amor, que hoy me abandono, porque no me quería♪.

Cuando conseguí todo me acerque a Petunia.

—He acabado—. Le avisé.

Mientras ella pagaba, yo acababa de acomodar todo para llevármelo, bien sabía que no me ayudaría.
Todos me miraban mal, al parecer difamaron a Potter con que es un malcriado, grosero, y lo culpaban de las travesuras de su primo.

Una de las señoras me quedo mirando.
—¿Le puedo ayudar en algo—. Le pregunté de la misma manera que hacía con los insoportables profesores del bachiller, de modo tranquilo y amable, y finalizando con una sonrisa, bien hipócrita.

—No.

Pinche vieja amargada—. Hablé en español.

—¿Qué?—. Preguntó como si la hubieran ofendido, osea si pero no debe saber.

"So... rra". —Que tenga un buen día .

Salimos de ahí, no creía aguantar más, la otra parada fue para los útiles, compré todo lo de una lista escolar, Petunia intento inútilmente que Dudley agarrara un libro. Ya no sé si reírme o que me dé pena, bueno la verdad las dos.

La otra parada fue para los lentes, mi visión sigue igual a la que tenía yo, solo necesitaba poco aumento.

Al llegar encontramos a Vernon, yo me dirigí al cuarto, "definitivamente, necesito ejercicio, ahhh ya me cansé".
Empecé a limpiar y acomodar cada cosa, me llevo alrededor de una hora para todo "01:02 p.m" todavía estaba a tiempo para comer.

—Tú—. Llamó Vernon, se notaba poco contento.

—¿Si, tío?—. "Ahora con que mamadas me va a salir". Me puse a la defensiva.

—¿Cómo se dice?—. "Pérame ¿Del qué?".

—¿De qué, tío?—. Mi voz salió como un gruñido, altas ganas de lanzarle un crucio no me faltan.

—De lo que hizo tu tía—. "Ah ya".

—Si hablas de hoy, creo que te falta mucho más días por los diez casi once años en esa alacena, ropa vieja, los dramas de Dudley y las mentiras a todos, pero si, ya le agradecí por lo de hoy—. Me dirigí a preparar mi comida, unos ricos y deliciosos tacos dorados, lo bueno de poder hacer tortillas de harina de trigo.

Harry Potter Y La Intrusa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora