Harry Potter Y La Intrusa.

IV

23/Junio/1991

"Todavía no ha empezado y yo ya me quiero aventar de algún lugar. Como que voy haciendo tradición el caerse de la torre de astronomía".

—Dioses clemencia—. Me volvían loca esos muggles, estos no entienden.

"Cierto hoy es el cumpleaños del puerquito, digo Dudley, ¡Ahhh! Este día va a ser pesado". Petunia me despertó de mala gana, no le caía en gracia que tenga una habitación y en sí, que tenga algo. Baje encontrándome con el berrinche de puerquito, "Este niño va acabar con mi paciencia, ya ni mi hermana menor hacia tremendo berrinche".

—Ahí dos regalos menos, el año pasado fueron treinta y seis—. "Dios mío callen a ese mocoso, iluminen o eliminen".

—Pero son más grandes—. Intento excusarse Vernon.

—No me importa...

—Cállate por piedad de Salazar, si son menos este año ni modo, te chingas y punto—. Le mire mal "Gracias, por ti ya tengo dolor de cabeza".

Es cierto, hoy va a ser la famosa escena de la serpiente, las cosas han estado tensas desde aquella vez, Vernon todavía no aceptaba que fuera tratando como un ser humano y no como su sirviente o un “fenómeno”, pero la verdad no me sorprende, es mejor así además no es que esperará más. Así que prácticamente es como si viviera “solo”, lo único que debo de encargarme es de mi, nada fuera de otro mundo o en este caso, vida.

Otra cosa buena, es el hecho que descubrí el hecho que al parecer mi celular ha sido modificado para tratar con la magia y no se descomponga ante esta, junto a poder acceder a información de mi mundo, tanto a conexiones como lo es el internet y datos, extraño un poco mi “mundo” al fin de cuentas es donde crecí, mi realidad aunque nunca fui apegada a mi familia, mis tíos me criticaban por parte de mi madre y mi padre ni los conocí a todos, siento que nunca conecte tan fuerte con alguien de mi mundo.

—¡MOCOSO!—. Me llamaron, no sé acostumbrado a dirigiese a mí por “Harry”, es como si se les revolviera la bilis por decirlo. Me dirigí al coche y antes de subir me amenazó la ballena, me tuve que contener de responderle, pero bueno ¡Hora del zoológico!.

El camino se me hizo corto, y a la vez tan largo, definitivamente no contemple al amigo de Dudley, ese con cara de rata, igual de insoportable que un mosquito en media noche "recuerdo que en Yandere simulador, la historia decía que el agua oxigenada es buena para eliminar el rastro de sangre, tal vez lo ponga a prueba".

Despeje mi mente, necesitaba calcular mis pasos desde ahora, ya empezó la cuenta regresiva.

Fuimos de un lado a otro, viendo los animales, hasta que llegamos a la sala de los reptiles, pase una por una, hasta que ¡Bingo! La encontré.

—Isshee eeeshh assshuieesss (Criada en cautiverio)—. Trate de hacerlo como la película, hablándole a la serpiente.

—Usssh assshaan (Un hablante)—. Siseo, irritada ¿Do? No sé, talvez por se una atracción aquí.

—Hoossh, oosh ejeessh shaaa aassh esss ahh, eedooss eeash aissh (Hola, ¿No te gusta estar aquí, verdad? Seguro extrañas a tu familia)—. Nadie me ponía atención a mi siseo, un alivio para mí.

—Essh iisshhoo eesuua ihha... (Es cierto pequeña cría...)—. El maldito barril sin fondo me empujó.