XIV

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Desperté solo en aquella cama, no tenía ganas de nada, si el mundo estaba ardiendo que lo hiciera, no me importaba o por lo menos, hoy no.
Me quedé mirando el techo, sin saber que hacer.

—No sabía que el techo era tan interesante, señor Potter—. Su sarcasmo se escuchó desde la puerta.

—Y yo el hecho de que fuera tan conversador, señor—. Seguía mirando el techo.

La habitación se sumió en silencio.

—¿Cómo durmió?—. Pregunté, intentando quitar la incomodidad de la recamara.

—Bien en lo que cabe al tener a un intruso—. Sonreí ante sus palabras.

—Al menos soy un buen intruso ¿Verdad?.

—Me va a decir específicamente de que trato su sueño—. Me cambio el tema, así sin vaselina "nombre, sutileza es su segundo nombre ¿Verdad?".

—Pensé que el ataque de “Él”...—. No me atreví a decir su nombre ante Sev, no cuando sé el rol que tiene. Aunque generalmente me vale. —Era historia nacional, que todo el mundo ya sé lo sabe de memoria.

Mi voz salió cruda y cansada, desde que llegué a Hogwarts me lo recuerdan como disco rayado.

—Usted. ¿Qué soño?—. También su voz salió cruda pero también dolida, si fuera otra persona quien lo escuchará, estoy seguro que la escucharía hostil.

Solté un suspiro, no podía huir aunque quisiera. —El como mamá suplicaba por mi vida, el como mi padre gritaba para que escapará, el grito de dolor y furia de Sirius—. "En como Lily suplicaba por la vida de su hijo, la tristeza e impotencia de James por no poder salvar a su familia, el como Sirius lo perdía todo. Desolación pura" Sentí mis ojos picar, quería volver a llorar, de nuevo las emociones me ahogaban. —Y el como “ÉL” la mató.

Las lágrimas se deslizaron sin permiso alguno, tan silenciosas como la habitación que me rodeaba, nada rompía el sepulcral silencio.
Me limpie con rudeza las lágrimas "Como odio llorar" debo dejar de llorar, bastante mayorcita estaba como para llorar.

Respiraba violentamente, reprimiendo el llanto, "Como que ya he llorado demasiado ¿No?" Ya me estaba cansando de ser una masa de mocos y lágrimas.

—Hey, hey, hey tranquilo—. Sentí su mano sujetando las mías, haciendo que dejara de secarme la cara violentamente.

Seguía mirando el techo, respirando profundamente, tratando de encontrar calma donde no la tenga.

—¿Mejor?—. Pregunto al verme más tranquilo, yo solo asentí. —Creo que lo mejor sería almorzar, ¿Le gustaría acompañarme, señor Potter?.

"¿Tanto dormí? Bueno siempre me a gustado dormir".

—Si, Profesor Snape. Aunque...—. Señale mi piyama. —No me gustaría almorzar con piyama.

Él solo asintió, mientras reducía un conjunto de ropa y me señalaba donde estaba el baño. Como que al final eso de no venir a las mazmorras se fue al retrete.

Ya había terminado de alistarme me dirigí a la cocina "Quiero ponche", todo el trayecto pude apreciar sus aposentos, tenía un toque obscuro, misterioso, cautivador y elegante, además de tener negro, plata, verde esmeralda y azul electrico como colores principales.

Al llegar lo ví ya sentado esperando mi llegada.

—Siéntense, señor Potter—. Obedecí.
—Lux—. Llamo al elfo.

—El amo Severus a llamado a Lux, ¿Lux en qué puede ayudar al amo Severus, señor?—. "ª".

—Trae la comida.

Harry Potter Y La Intrusa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora