VI

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Clases de pociones ✓

Llegamos a las mazmorras, hoy la clase de pociones, "ahí te voy San Pedro" nos acomodamos en los lugares, me senté a lado de Draco, no podía dejar la posible amistad hecha añicos.

—Malfoy—. Le llamé pero al parecer me hacía la ley de hielo. —Si no me haces caso me voy a cortar con una galleta—. Saque una galleta de bolso y la rompí a la mitad. —Espero que mi alma te jale los pies en la noche—. Ahí está la reacción que quería, se aguantaba la risa, me miró y yo le ofrecí la otra mitad.

—Sigue soñando Potter.

—Okey soñaré contigo, mi
Slytherin—. Vi como sus mejillas se tornaron rojas, no pueden culparme, los comentarios pícaros son el pan de cada día en el bachiller.

No pude hablar más ya que llegó la pesadilla de los alumnos, el famoso Severus Tobías Snape Prince con ese aire oscuro y misterioso, y sin olvidar el terror que se desprendía por su presencia "definitivamente ese hombre no le funciona Sevy, yo que usted lo cambio por un moreno de 2 metros, yo solo digo nomás, ya que si supieras cuántas veces te he ukeado, don tiene material pa' sumiso".

—Están aquí para aprender el delicado arte de hacer pociones—. Su voz se escuchó por todo el salón, estaba tan silencioso que se podría oír perfectamente el caer de un alfiler, muy diferente a mi vida pasada.
—Aquí no habrá insignificantes e innecesarios movimientos de varita, sé que algunos dudarán de este sutil arte como un tipo de magia. La verdad no estoy ilusionado en que alguien de ustedes entienda la belleza de un caldero hirviendo armoniosamente mientras desprende sus vapores—.
"Se nota que ama las pociones".
—El delicado poder de los líquidos deslizándose por las venas humanas, hechizando la mente, cegando los sentidos... Le puedo enseñar el como embotellar la fama, preparar la gloria, incluso detener la muerte... Claro si son más que los alcornoques que generalmente tengo que enseñar.

Empezó a pasar lista hasta que llegó a mi nombre. —Harry Potter, nuestra nueva celebridad—. "Ni me dejó decir presente, y eso de celebridad ni que nada, no he visto mi alfombra roja, pésimo servicio".

Me miraba fijamente, era como si quisiera saber la profundidad de mi alma.

—Señor Potter, asumo que tuvo la decencia de abrir sus libros durante las vacaciones... Así que ¿Qué se obtiene cuando agrego polvo de raíz de asfódelo a una infusión de ajenjo?.

La clase se quedó en silencio, pudia sentía como Snape disfrutaba viendo como supuestamente no sé.

—Crea una poción de sueño tan fuerte que deja a los afectados “muertos en vida”—. Dije con énfasis las últimas palabras, ví como se sorprendió aunque lo oculto "eso te pasa por zorraaaaa, na te pasa por jugarle al vergas".

—Veo que por lo menos hojeo su libro, pero ¿Dónde encontraría un beozar?

Así pasamos a la siguiente pregunta.
—La encontrará en el estómago de una cabra, el cual elimina la mayoría de los venenos—. "Ahh verdad, pensaba que no sabía, pos como le quedó el ojo".

—Al parecer si tomo enserio su educación, Señor Potter. Pero ahora dígame la diferencia entre el acónito y la luparia—. "Mendigo cucaracho".

La última de mi martirio, ¡Wii!. —Son la misma planta señor—. "Lo sé, soy tan genial".

—Bien, cinco puntos a Gryffindor—. Vi como se tensaba su mandíbula, le cayó en la punta del hígado esos puntos, "pero que tacaño Sev, ¡Ah! Pero si fuera un Slytherin hasta 15 sino es que más, verdad"

Harry Potter Y La Intrusa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora