Especial — Lágrimas del cielo.
—¡Papá, papá! ¡El fenómeno tiro el florero de mamá!—. Un Dudley de 7 años se vió, sonriendo con malicia.
Vernon había llegado. —¡Tú, maldito mocoso inútil!—. Estaba rojo de la cólera. —No sabes el esfuerzo que realicé para comprar ese caro florero, pero ya lo vas a aprender—. No era un florero de otro mundo, sí, era bonito, pero ¿Caro? Era igual al que se encontraban en el tianguis de los lunes.
Vi como se quitó el cinturón, instintivamente quise apartarme pero no era mí cuerpo sino de Harry. Veía en forma espectador, queria protegerle pero solo era un recuerdo, no hay mucho que pudiera hacer, por no decir que me sentía inútil.
No podía hacer más que ver con el cuero del cinturón tocaba su piel, adornando con marcas rojas y líneas de sangre. Sin soltar ningún sonido, seguro se lo quitaron de igual forma.
Después de eso, lo encerró en la alacena, dejandolo sin comer una semana "bendita magia, si no fuera por eso, talvez... Bueno está aquí y punto".
. . .
6 años.
Se encontraba limpiando la sala, después de las visitas del inhumano que tiene por tía, llevaba a lavar el juego de té, cuando se cayó una de las tazas, ví como temblaba ligeramente, al igual que se puso a recogerlo tan rápido como se escucho la porcelana rompiéndose.
—Inutil—. La voz de Petunia era fría, y se podía percibir lo enojada que estaba, note como el temblor del menor de los Potter se hacía más visible. Aunque era visible que le tenía más miedo a Vernon, que a Petunia.
No contesto al llamado, mantenía la cabeza agachada, como muestra de sumisión.
—Ven—. Sentí como no quería ir, sabía que le esperaría un castigo y eso, nunca auguraba nada bueno.
Le siguió de forma rígida, estaba alerta como si en algún momento le fueran a llover los golpes, recordé que asi me ponía cuando pasaba cerca de un lugar con muchos perros, aunque en su caso, esto es mucho peor.
Se pararon frente al fregadero, él seguía con la mirada abajo, Petunia tomo una tabla de madera, como las reglas de la escuela, pero está era menos del metro.
—Arriba—. Ordenó.
Harry levanto las manos y se escuchó el primer golpe junto a un pequeño chillido, siguió así hasta dejar sus manos rojas, de ahí le ordenó que lavar los platos.
Cuando se fue, se permitió llorar.
Y yo le acompañe, sintiendo como se me estrujó mi corazón.
. . .
Veía a un pequeño, bueno más pequeño, Harry, talvez de unos 2 a 3 años, encerrado en la alacena, jugando con unos soldaditos deformes, los cuales habían sido destrozados por Dudley, escuchaba afuera como los Dursley festejaban a su hijo.
Veía como se ponía triste, tenía tantas ganas de abrazarlo y cuidarlo, pero no podía y eso, me dolía.
También ví como tenía pegado un dibujo, en un rincón obscuro de la alacena aunque ¿Cuál parte no era así? Aún así vi detalladamente el dibujo, no era el mejor dibujo de la historia como cualquiera cuando es pequeño pero no evito que soltará un sollozo, ahí estaba un dibujo de la “feliz” familia Potter. Mamá, papá y yo.

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Harry Potter Y La Intrusa.
FanfictionHarry Potter y la piedra filosofal. Un nuevo cambio, una intrusa en el juego, nuevas opciones, y talvez nuevas reglas. Llegó por equivocación, nunca pensó que verdaderamente funcionará, pero de nada sirve llorar... lo hecho, hecho está. Ahora las du...