Capítulo 16 | Plan

114 16 22
                                    

... tengo que ser honesta, claro que tengo miedo. Ahora tengo una breve idea de para que Peter me trajo; soy prácticamente su trofeo, una muñequita que quiere tener. Me tocó, me besó y se propasó conmigo. Sé que pudo haber llegado a más y no sé qué fue lo que lo detuvo, pero gracias a la madre escocia que lo hizo.

No tengo un plan nuevo. Por ahora seguiré con la rutina de mañana y esperaré. Prometo por las luces mágicas que, si vuelve a tocarme, yo misma le cortaré las manos.

Para Hipo: Te extraño tanto, espero estés bien y en paz. Si soy honesta, una parte de mi quiere que pienses que estoy muerta, porque te conozco y sé que debes estar como loco buscándome y buscando respuestas.

Regresaré Hipo, regresaré a ti. Lo prometo. Te amo.

Varias lágrimas cayeron sobre el papel; Hipo llevaba un buen tiempo leyendo las anotaciones de Merida que Garfio le dio. Su pelirroja, prácticamente había escrito un diario. Era un desahogo de ella, además de anotaciones importantes, como si supiera que podría olvidar. Y cada escrito estaba acompañado por una pequeña carta a personas diferentes, en especial a Hipo.

Para Hipo: Creí haber visto un dragón hoy. Me quedé dormida en el pasto y al despertar había una enorme mancha negra en el cielo, pero cuando grité se fue volando; solo era una libélula parada en mi nariz...

Hipo rio.

... en fin, me hizo acordarme de ti y Chimuelo. Espero te esté cuidando bien, sé que él es el más responsable de los dos.

Para Rapunzel: No tengo idea de cómo soportas el cabello largo; no he tenido oportunidad de cortar el mío estando aquí y ya casi llega a mi cadera, no lo aguanto; también es algo que le preguntaré a mi mamá. En serio no sé cómo lo soportan. Espero estés bien Raps y que estés viendo a Hipo seguido, yo sé que él va a necesitarte y a Jack. Ese vikingo es muy cabeza dura y seguramente estará buscándome como loco y tal vez esté dejando su vida atrás. Tú no deberías tener esta carga, y lamento dejártela, pero sé que eres la más fuerte de los cuatro. Te quiero Raps.

Hipo comenzó a acomodar las hojas, las guardaría con sus mapas y sus propias bitácoras.

Para Jack: ¡Hey! Copo de nieve, debo agradecerte mucho. Nunca se lo dijimos a Hipo, pero ese entrenamiento que me diste en Overland, la lucha sin armas me ha ayudado mucho a sobrevivir aquí. También porque sé que consuelas a Rapunzel cuando se pone triste y es muy seguro que hagas sonreír a Hipo cuando piensa en mí. Solo espero que tú no te pongas triste por mí, voy a volver, Jack. Lo prometo.

Dio un respiro hondo y salió a cubierta del barco. Empezaba el amanecer; simplemente se recargó en la orilla y vio como salía el sol.

Para papá y mamá: Pelearé hasta el final, lo prometo. No quiero que se preocupen, deben tener suficientes problemas con los tres torbellinos rojos en el castillo. Cuídenlos mucho, no quiero que ellos sean los siguientes niños perdidos que vea aquí en la isla. Estoy bien y si alguna vez estos escritos llegan a todos ustedes, no le crean nada a Hipo, Rapunzel y Jack, en serio estoy bien. Los amo.

- ¿Hace cuanto estás aquí? –

Jack llegó a lado de Hipo. El vikingo se limpió el rostro, tenía algunas lágrimas.

- No mucho. Me he pasado toda la noche leyendo. –

- ¿Leyendo? ¿Leyendo qué? –

- Luego te digo, debo compartirlo también con Rapunzel. -

Jack asintió y se recargó en la orilla del barco junto a Hipo.

- ¿Algo que quieras decirme? –

- El niño despertó. Al parecer Varian lo ayudó con sus memorias. –

Nunca JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora