Capítulo 23 | Nadie ve venir la oscuridad

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Pitch estaba sorprendido

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Pitch estaba sorprendido. Jamás creyó que Peter Pan se atreviera a encararlo de esa manera, al final no dejaba de ser un mocoso arrogante.

- ¿Qué? ¿Sorprendido? Te he superado con tus propias sombras. –

Black no lo soportó más. Lo tomó por el cuello y lo estrelló contra la pared. La sombra de Peter de inmediato iba a atacar, pero fue inútil; solo con una mirada del hombre de las pesadillas bastó para que desapareciera. Pan trataba de zafarse, de que lo soltara; había jugado con la furia de Black.

Le apretó más el cuello y se acercó a él.

- Jugar... con sombras ¡Con mis sombras!... no es un chiste ni un juego de niños ¿Entiendes?... ¿Debo recordarte lo que le pasó a Facilier? –

Lo soltó. Peter cayó al suelo tosiendo y trataba de jalar aire.

- Te volviste alguien ambicioso y eso lo respeto... pero eres estúpido y caprichoso. –

- Claro... ¿De quien lo abre aprendido? –

- ¿Acaso me has visto secuestrar niños? ¿Interferir con una profecía? ¿Satisfaciéndome con una princesa? –

Hubo un silencio, lo cual sorprendió a Pitch. Agachó la cabeza y observó a Peter.

- No... -

Y sonrió de forma burlona. 

- ¡Te enamoraste de la Princesa de DunBroch! –

Se burló y rio muy fuerte. Peter aun sobaba su cuello, se levantó y vio serio a Black; el hombre no paraba de reír y burlarse. Aplaudía y no se contenía.

- ¿Peter Pan tiene sentimientos? –

Con un movimiento de manos hizo que la sombra de Peter Pan apareciera de nuevo, la tomó por el cuello y la apretó hasta disolverla sobre él. Fueron unos cuantos segundos, pero Pitch había visto todo, ya sabía todo.

- Vaya... ay Peter, Peter, Peter... Lo que uno hace por amor. –

Pan se cansó de las burlas. Sabía que había cometido un error. Quería a la Princesa para llenar el hueco de la niña perdida en la isla, cómo un capricho; pensó así desde el principio, pero poco a poco fue cambiando su pensamiento. Attina y Tinker Bell tuvieron razón; él empezaba a quererla incluso antes de su hechizo de memoria y cuando menos lo notó se había enamorado.

- ¿Vas a hacer el trato o no? No necesito tu sermón o comentarios. –

Ambos se pararon erguidos frente al otro.

- ¿Qué es lo que quieres? –

- Todas las sombras que puedas darme. Esta isla volverá a ser completamente mía y destruiré a esos elegidos. –

- No puedo dejar que destruyas una profecía. –

- Piénsalo, Black... alguien tendría que tomar el lugar de esos patéticos jóvenes. –

Nunca JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora