Capitulo [3]

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(...)

Uraraka Ochaco estaba en un lugar desconocido. No tardó mucho en concluir que se había despertado en un hermoso bosque de árboles frondosos y rojos, con una neblina misteriosa que le dificultaba un poco el caminar con cuidado en el suelo boscoso. El sol apenas daba sus rayos hacia donde podía mirar, pero, aun así, se podía apreciar la belleza de este.

Ella tenía recuerdos borrosos de la razón por la que quedó desmayada. Solo podía recordar que fue por una noticia desagradable y simplemente pasó. Para su sorpresa, ella había despertado en este bosque misterioso. Cómo era de esperarse, tenía que reunir todo su autocontrol para evitar caer presa del pánico. Por lo que su primera acción fue intentar salir del bosque.

Lástima que sus nulas habilidades de supervivencia la estaban en contra. Desde pequeña siempre ha fallado cualquier intento de aprender, a pesar de las súplicas de su padre para enseñarle las maravillas de la naturaleza.

— ¿Dónde estoy?, ¿Qué es este lugar?-Preguntó así misma Uraraka, mientras se recargaba en un árbol para descansar un poco de su caminata inesperada.

Poco a poco temía que su caminata fuera inútil, y que este bosque fuera a ser su laberinto de pesadilla. Dejándola con la única opción de tener alguna esperanza de que no fuera así.

— ¡Debo continuar!...

De repente, al caminar unos cuantos pasos entre el frío suelo boscoso, una risa de un niño se oyó muy cerca de su posición.

— ¿Qué?-Dijo Uraraka volteando a todos lado buscando el origen de ese ruido.

Inesperadamente, el dueño de esa risa había hecho otros ruidos que alertaban de su posición en diversos lados. Tales como, el sonido de una rama rompiéndose o un las hojas siendo pisadas.

— ¡¿Quién es?! Si eres un niño, no te preocupes. No te haré daño-Dijo Uraraka, quien estaba preocupada de que hubiera un niño en la mitad de un bosque misterioso.

Incluso, ella tenía esperanzas de que si lograba comunicarse podría saber en dónde estaba. Aunque, para su sorpresa, él se comunicó primero.

— ¡Eres divertida! La forma de tu cabello es rara, ¿Toda tu familia lo tiene de esa forma?

Uraraka por su parte, no pudo determinar rápidamente el origen de ese sonido.

— Eh mm, lo heredé de mi mamá. Me comentó que incluso mi abuela tenía esa forma — Dijo ella con sinceridad para que él poco a poco le tuviera confianza —.

— Tienes un uniforme raro, ¿Vas a una escuela? — Preguntó el niño una vez más, sin ser visto todavía.

— Sí, pertenezco a una Academia en realidad. Es el uniforme obligatorio que tenemos que llevar los alumnos.

— Suena aburrido. Vestir lo mismo todos los días.

Sin previo aviso, un niño apareció boca abajo, agarrado firmemente con sus piernas en una rama de un árbol, desde una altura baja Dejándose ver desde muy cerca del rostro de la chica, casi dándole un infarto debido al susto repentino.

— ¿¡Que!?-Exclamo Uraraka asustada.

— ¿Nunca viste a un niño? Somos pequeños y hacemos la vida imposible a los adultos. Ya sabes...

Ella, al verlo más cerca, le pareció todo menos normal. Tenía un cabello plateado que caía hacia abajo debido a la gravedad, una piel verdosa con un tono parecido a la de las hojas y estaba vestido con traje parecido al del personaje de ficción, Robin Hood. Por último tenía una capa de color rojo de un material extraño. Mientras tanto, su edad parecía rondar los 7 u 8 años.

El regreso de los invocados (Izuku x harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora