57 (aviso)

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Una chica de quince años y pelo pelirrojo corto se quedó un tiempo observando los coches que pasaban por debajo de sus pies. Cada vez que pasaba un coche a alta velocidad, hacía vibrar ligeramente el puente que separaba la autovía del parque por el que caminaba.

No tenía pensado saltar, simplemente se quedó un tiempo apretando la barandilla en un estado pensativo. No podía evitar preguntarse a sí misma cuales serían las consecuencias si realmente saltaba; si sobreviviría, cuáles serían las reacciones, cómo cambiaría la vida de sus padres, incluso de la persona que tuviera la mala fortuna de ser el causante de su muerte.

La chica soltó la barandilla y dio dos pasos atrás, asustada al pensar en las consecuencias de una muerte joven e innecesaria. Le asustaba darse cuenta que realmente estaba pensando en cosas tan horribles, ella no quería morir.

No. pensó. Jamás haría eso.

—¿Pelirroja?—

....


—No es un buen momento para dartelo, lo sé.—

Saqué el colgante y lo alcé, extendiéndolo para verlo brillar en la luz del amanecer. Raúl pausó el videojuego. Una sonrisa se me dibujó en la cara al ver que se trataba de un atrapasueños.

—¿Por qué es un mal momento? Es... precioso.— comenté.

Raúl me pasó la mirada.

—Porque Anaïs está aquí y sé que esto te dejará muy confusa.—

Alcé una ceja.

—¿Y qué pasa con Anaïs? ¿Por qué estaría confusa?— pregunté, sentándome a su lado.

—Pues porque es tu ex, tu única pareja y... aquí estoy yo y parece que te estoy haciendo escoger entre ella y yo. No quiero ser ese tipo de persona.—

¿Y por qué tendría que escoger a uno de los dos? A no ser... Mis ojos se agrandaron al darme cuenta de lo que se trataba, de lo que ocurría. Raúl trataba de pedirme salir.

—Auron... yo... ¿yo te gusto?— pregunté.

Raúl soltó una pequeña carcajada, como si le hiciese gracia el hecho que no me había dado cuenta de sus avances.

—Claro, llevo unas semanas intentando buscar una manera de acercarme más a ti. Sé que no es un momento bueno, considerando que está aquí la única persona que has querido.—

Pasé una mano por mi pelo pelirrojo, sonriendo de oreja a oreja. Me sentía extraña, jamás me había sentido atraída por otra persona que no fuese Anaïs, pero me gustaba.

—Auron, es verdad que Anaïs está aquí, y que ella ha sido el único amor del que me acuerdo. Pero, he pasado de página, no... ¡he pasado de libro! Anaïs es sin más un recuerdo, una parte de mi pasado. Quiero seguir adelante.—

Auron sonrió. Su sonrisa era triste, como si quisiese creerme.

—No dices eso en serio, ¿no?—

—Lo digo muy en serio, creo que estoy lista.—

—¿Lista?—

Me lancé, sonriendo mientras nuestros labios se unían en un tierno beso. Auron titubeó un momento antes de abrazarme por la cintura. Formamos una sonrisa al ver que, por fin, estábamos juntos.


......


Me levanté repentinamente buscando con desesperación el aire que me faltaba. Otra vez había ocurrido, otra vez me despertaba de una pesadilla bañada en sudor frío a mitad de la noche. No podía dejar de temblar debido a la ansiedad y los nervios, intentaba recuperar mi compostura respirando hondo.

Pelirroja De BoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora