4

2.4K 178 27
                                    

Mi pelo pelirrojo estaba recogido con dos trenzas de raíz. Sostenía la maleta con mi mano izquierda, leyendo el cartel con la hora de mi avión y con sus noticias.

Había una fila enorme de gente con destino a Barcelona. Estaba nerviosa ya que hacía muchísimo tiempo que no viajaba en avión. Desde los 15 años.

La fila iba moviéndose, acercándose a la recepcionista que le daba permiso a entrar en el avión. Había un aire acondicionado que pasaba por mi cara, ya que había empezado el verano.

Por fin llegó mi momento, la azafata me atendió

—¿DNI? ¿Pasaporte? ¿Billete?—

Saqué de mi bolso los documentos que había pedido. Tras escanearlos, la chica me los devolvió y me dio permiso para subir al avión. Tragué saliva, recogiendo mis cosas para meterme en el avión.

Era extraño ver todos los asientos azules, el olor del avión, la sensación de la ansiedad en mi pecho al pensar que pronto estaría en el cielo volando.

Me senté en el asiento, echándome atrás en la silla y pasando mis manos por el pelo. Eso lo hacía cuando me sentía nerviosa.

Inma estaba en el aereopuerto de Barcelona esperándome para llevarme al nuevo alquiler de piso. Y al día siguiente empezaba mi primer día en el nuevo instituto privado.

Tras unos minutos preparándome mentalmente y físicamente, escuché la voz de un hombre mientras se sentaba a mi lado. Le eché una mirada rápida, pero eso fue suficiente para poder examinarlo.

Tenía uno de sus brazos lleno de tatuajes, los ojos estaban tapados con unas gafas de sol de color azúl. En su mano sostenía un móvil con el cual se reía de vez en cuando con sus cosas.

Una azafata de repente apareció, demostrando como sobrevivir a un accidente de avión con un salvavidas.

El chico de mi lado se rió.

—Joder, odio esta parte de los aviones.— susurró.

No respondí a pesar de estar de acuerdo, simplemente le miré nerviosamente y seguí mirando a la chica. La chica empezó a soplar en el salvavidas, llenándolo de aire.

—Claramente lo primero que pienso al estrellarme es soplar eso.— dijo irónicamente, susurrándome.

Me reí un poco.

—Creo que estaríamos muertos antes de hacer eso.— le susurré de vuelta.

Me imitó, intentando esconder su risa con su mano. La azafata le echó un vistazo corto, pero rápidamente terminó con su discurso. El avión estaba a punto de despegar.

Me eché atrás en la silla, poniendo mis auriculares en las orejas. Cerré los ojos, dejando que la ansiedad y los nervios pasasen por mi cuerpo.

¿Qué dirá Inma al ver que no me acuerdo de nada? ¿Qué pasará si alguien me reconoce por las calles?

La música sonaba mientras el avión se movía. De repente sentía como aceleraba, cada vez yendo más rápido hasta que podía ver por la ventana cómo salíamos disparados en el aire.

Agarré la silla, casi clavando las uñas en el asiento. La gente a mi alrededor estaba tan calmada, pero yo por dentro estaba muriéndome. No podía entender cómo podían estar tan tranquilos.

Cuando el avión por fin se calmó, me relajé.

—¿Ya estás tranquila?— preguntó el chico.

Le miré con una sonrisa nerviosa agotada.

—Sí sí, estoy bien.— dije.

—Casi has destrozado la silla con tus uñas.— sonrió.

Intenté reirme, pero aún seguía estando nerviosa. Me fijé que el chico se había quitado las gafas, y sus ojos eran un color marrón oscuro igual que su pelo.

—Ya, es que hace mucho tiempo que no me meto en un avión.—

El chico se echó atrás.

—Tranquila, siempre que me monto en un avión nunca se estrella. Me ves vivo, ¿no?—

Me reí.

—Supongo.—

Me eché atrás en la silla. Poco a poco cerré los ojos, intentando todo lo posible dormirme con tantos nervios.

¡Hola chicos! Estoy un poco mejor. Sigo mal pero al menos no tanto como en el último capítulo.

¿Qué tal? ¿Qué pensaís del compañero de avión de Ainoa?

Mis redes por si quereís hablar.

Instagram: chrisinrota

Pelirroja De BoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora