Capítulo 22

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-A lo mejor quieres hablar de tu padre- dice Max acariciandome el pelo.

Sonrío con tristeza al recordar el rostro desvanecido de mi padre.

-No, no quiero estropear este momento- contesto mirándole a los ojos.

-Tal vez quieras desahogarte- insiste.

-Max...

Nos quedamos en silencio, juntos, abrazados, desnudos. Piel con piel. Podría decirse que este momento es memorable.

-Mañana es el baile, ¿nerviosa?

-Que va, no creo que ocurra nada en especial.

-Puedes ser reina- dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-No creo, hay cientos de chicas más populares y más guapas que yo.

-Este año han hablado mucho de ti. Sobre tu ruptura con Liam y un montón de cosas más.

-Son puros chismes- digo indiferente.

Miro la habitación y esta hecha un verdadero desastre. Unos días más y seria una auténtica pocilga.

-Max.

-¿Qué?

-A limpiar.

Rueda los ojos y yo río divertida. Max odia la limpieza y cada vez que toca una fregona y pone esa cara de oler mierda, no puedo parar de reír.

Me levanto y me visto con mis braguitas de mono,  mi peto vaquero y una camiseta negra. Me hago una coleta alta y lista.

-Dale, ¿a qué esperas?

-A que anochezca y volver a tenerte en mi cama.

-Que bonito- me agacho a darle un beso rápido- y ahora a limpiar.

Se levanta de la cama desganado y se pone sus jeans rotos. Corro por la casa hasta ir a un pequeño armario de la cocina para coger todo lo que necesitamos.

Max se aproxima y me abraza por detrás. Me suelta un lindo beso en el cuello que me derrite por dentro.

Le tiro la bayeta para limpiar y él se queja.

-Me da mucho asco- dice cogiendo la bayeta con dos dedos. Río divertida ante la escena.

***

-Creo que voy a llorar- dice fregando el suelo de la sala de estar.

-Eres una niña llorica.

-No me llames así- lloriquea mientras que yo no paro de reír.

-¿Crees qué esta limpio?

-Pues claro, llevamos tres horas.

Me dejo caer en el sillón y Max suelta la fregona en un instante.

-No voy a hacer esto en mi vida- se queja. Me está poniendo muy nerviosa.

Se inclina hacia mí, apoyándose en el sillón, y me da un beso marca Max. Suave pero a la vez salvaje, lento pero con ansias. Me encantan sus besos. No me cansaría nunca.

-Me voy, galletita mía.

-Cada vez eres más mono- le suelto un montón de besos por toda la cara.

Me despido de él y subo a mi habitación. Huele a limpio, a flores y mi aroma favorita: a Max.

Saco el vestido del armario y lo coloco en una percha cerca del espejo. Ansio por verme con él.

Recibo un mensaje de Jeremy:

¿Comemos?

Reviso mi agenda imaginaria durante un segundo y contesto a su mensaje.

Dale. Peggy's Café 3.15 p.m.

Miro mi reloj. Sólo me queda media hora para vestirme.

Me miro por quinta vez en el espejo para comprobar si voy bien con el peto. Me maquillo un poco, tampoco muy exagerado.

Cojo mi móvil y algo de dinero suelto, me pongo mis queridas Vans y salgo.

Camino tan tranquila hasta Peggy's Café cuando veo a Jeremy.

-Pensaba que quedábamos ahí- suelto al tenerle en frente.

-Iba para allá.

Bromeamos por el camino hasta llegar a la cafetería esencial de la cafetería, burritos fritos.

-¿Cómo te va con Max?-me pregunta sonriendo mientras le da un mordisco a su burrito.

-Cuando estaba con Liam, pensaba que él era el definitivo pero creo que es Max.

Jeremy comienza a reírse y yo frunzo el ceño por su actitud.

-Seguramente, lo dejareís dentro de unos meses.

-No lo sabes bien, no nos has visto.

-Julie, eso de las almas gemelas, las medias naranjas y el amor verdadero; son una chorrada.

-Es increíble que no creas en el amor- suelto indignada.

-Es devastador. Te arruina, te hace ver todo de color rosa cuando no es así. Tú, amiga mía, estás en el mundo rosita pero cuando despiertes y veas la cruda realidad del mundo vas a sufrir, y mucho.

-¿A qué viene esto ahora?

-A Max. Hay muchos rumores- dice centrando su mirada en el burrito a medio comer.

-No me interesan.

Nos quedamos en el temido silencio incómodo y sin saber qué decir después de esto.

-¿Tienes pareja para el baile?- le pregunto intentado olvidar el tema.

-Owen de química me lo ha pedido.

-Te van los chicos inteligentes- río con tristeza.

Por primera vez desde que nos han traído los burritos, le doy un mordisco.

-Julie, lo siento.

-Da igual, es mejor oírlo de ti que de un desconocido.

Nos despedimos con dos besos y volvemos a nuestra casa.

El amor te arruina según Jeremy. Es mentira, el amor puede llegar a ser maravilloso.

Me miro los tatuajes con añoranza. Hace mucho que no piso el estudio de Gail. Podría hacerme uno. Uno que marcara cuanto amo a Max Roshe.

No, hoy no. No me apetece pero estoy pensando el lunes. Sí, ¿qué mejor forma de declarar amor eterno hacia una persona que un tatuaje?

No le pido matrimonio ni tener cinco hijos, podría pedirle que nos hagamos los dos un tatuaje con nuestras iniciales.

Me vienen tantas ideas a la cabeza que me emociono.

Entro en casa y me tiro en el sillón. Pongo mi película favorita otra vez y entretenerme un poco.

Mañana, es el esperado baile.

***

¡Hola gente! Bueno, sólo quería deciros que me estoy desmotivando un poco porque no hay más votos ni más comentarios.

Me gustaría saber qué os parece la historia y bueno si tenéis algo en contra decírmelo para poder arreglarlo ya que pienso que hay muchos errores.

El caso, que plis comenten y voten.❤

Pídeme un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora