Capítulo 13

129 11 0
                                    

Abro los ojos lentamente. Pongo los ojos en blanco al ver que estoy en el césped. ¿He dormido en el césped? Estoy enfrente de la casa de Max. ¿Y mi coche? ¿Y qué coño hago aquí? La cabeza me sigue dando vueltas.

Me pesan los músculos y no puedo moverme casi. Sigo preguntándome como he llegado y donde está mi puto coche.

Las lágrimas resbalan por mis mejillas estoy frustrada con todo esto. Me acuerdo de que me tome unas cuatro copas y luego me acuerdo de qué grite Feliz Año Nuevo y después ... ¡Me he acostado con un desconocido! Dios mío. Soy gilipollas.

Las lágrimas no paran de salir de mis ojos. Veo a un chico vestido de negro, está despeinado y se sienta a mi lado. Es Max, lo que me faltaba.

-Peter se aprovechó de ti- me dice tapándose la cara- Siento todo lo que ha pasado, necesitaba hablar contigo de mis sentimientos o no sé como llamarlos.

¿Acabo de oír bien o el efecto del alcohol me hace oír cosas raras? ¿Peter hizo qué?

-¿Peter qué?- pregunto confundida y con un dolor de cabeza horrible.

-Lo hicisteis ayer, estabas borracha.

Me tapo la cara avergonzada de mi comportamiento. ¿Qué persona en su sano juicio se acuesta sin saber con quién?

-Si quieres reírte, este es tu momento.

-Te quiero Julie. Te necesito. Ayer estuve con una chica intentado olvidar lo que siento por ti pero, no lo he conseguido- se pasa la mano por el pelo. Después de mucho tiempo sus ojos verdes se encuentran con los míos- Necesito que me perdones.

Que alguien me pegue porque estoy alucinando. Es imposible que Max Roshe haya dicho que me quiere.

-No puedo creer lo rastrero que eres, pasas de mí cuando te digo que me he enamorado de ti y me humillas y ahora vienes y... Y me dices esto. Yo... Ya no sé que hacer- me tumbo boca arriba y sigo llorando.

Max se coloca encima mía y antes de que pueda decir nada se inclina y me besa. Sus labios son carnosos y muy apetecibles. Desde que le conocí, soñé con que sus labios se juntaran con los míos.

Somos como dos piezas de puzzle. Encajamos perfectamente y si una se pierde el otro se queda sólo y no puede vivir sin la otra pieza de puzzle. Amo a Max Roshe.

-Perdóname, a veces puedo ser un poco gilipollas- dice separándose de mí. Ya echo de menos su boca.

-¿A veces o siempre?- pregunto sonriendo. Lo atraigo de nuevo hacia mí. Nos besamos hasta que necesitamos respirar. Tengo que ducharme, huelo a alcohol y a tabaco.

Pero, ¿qué estoy pensando? Max ha pasado de mí hasta ahora mientras que yo sufría y ¿ahora hago cómo que ni ha pasado nada?

Sí, haré eso porque cuando amas a una persona le perdonas todo y aún más.

-Te dejaste el coche ahí, no te deje que lo cogieras estabas demasiado borracha. Te llevo hasta ahí.

Me encuentro en el asiento del copiloto mirando a mi ¿novio? Es precioso y por fin es mío.

-Por fin volvemos a ser amigos - digo desviando la mirada hasta un paquete de condones de fresa.

-No, somos novios. Es mejor ¿no?- apoya su mano caliente en la mía y entrelaza los dedos. Ahora si soy feliz pero, mi sexto sentido dice que por poco tiempo va a ser así.

Nos separamos un momento ya que tengo que llevar mi coche a casa. Aún tengo que ducharme y cambiarme. Desde que Max me dijo que siente algo por mí, no he parado de sonreír como una tonta.

Aparco delante del garaje de casa. Veo a Max plantado delante de la puerta con las manos en los bolsillos y sonriendo. Su sonrisa es mi droga. Me da un leve beso y entramos en mi casa.

-Tenemos mucho de que hablar- dice él sentándose en el poof de mi habitación.

-Ya, han ocurrido bastantes cosas desde que no nos hablamos- me quito el vestido y busco en el cajón la píldora. Me la trago y me dispongo a ir al baño.

-No puedes ir en pelotas así delante mía, me pones mucho- me dice rodeandome con sus brazos. Me gusta la sensación de estar tan cerca suya. ¿Desde cuándo estamos así? Muero. Muero de amor por mi novio.

-Tenemos que ir poco a poco Max- me suelto y le oigo maldecir. Me río y me voy al baño.

-Al menos deja la puerta abierta.

Cierro la puerta y él se queja. Dejo que el agua me limpie de la suciedad. Ayer me pase, me volví a acostar con Peter. Dios mío santo.

Salgo y me pongo un pantalón de chándal gris con una camiseta de tirantes negra. No veo a mi novio. Sonrío al saber que ahora sí puedo llamarlo así.

Bajo las escaleras y me lo encuentro comiendo un cupcake.

-Como en los viejos tiempos, que sepas que ahí me gustabas- dice apoyándose en la encimera.

-Pues bien que te follabas a otras.

-Lo mismo te digo. Y ayer que quería declarar mi amor hacia ti, tú vas y te lo montas con tu ex o lo que sea.

-No me acuerdo de nada. Sólo quería olvidarte y ser feliz, no sabía que era Peter mi cabeza no procesaba- me pongo unos cereales y me siento a comermelos.

-¿Qué vas a hacer? Digo en el futuro- me pregunta con sus ojos fijos en mí.

-Dejar el Instituto y no sé. Me buscaré algún trabajo o ir a la Universidad. Mi madre cogió plaza en Stanford antes de irse. Me cogieron pero, no me quiero ir.

-No puedes dejar el insti, ¿por qué?

-Porque estaba mal y decidí no ir más a ese vertedero. Max, me lo hiciste pasar muy mal. Casi me quito la vida, me robaron lo poco que tenía de mi padre.

-Lo siento de verdad- se encoge de hombros y se acerca a mí. Me da un beso muy pasional y se va- me tengo que ir, muñeca.

Me río y me despido de él. Me gusta quererle y me gusta que él me quiera. Tengo que hacer muchas cosas y la primera es limpiar la casa.

Horas más tarde, la casa está impoluta. No puedo mantener esta casa yo sola. Tengo que ganarme mi propio dinero, no puedo aprovecharme del dinero que mi padre me dejo. En un futuro lo necesitaré. Nunca me he planteado que quiero ser, nunca.

Me miro al espejo, me gusta la moda y el modelaje; y no estoy nada mal para dedicarme a ser modelo. Pero, por ahora seré camarera o dependienta de alguna tienda.

Voy al sótano, no he entrado desde que robaron. No queda nada, sólo el testamento colgado de la pared. Me arrodillo en el suelo y me pongo a llorar. Lo poco que tenía de mi padre, me lo cogen. No puede ser, ni una camisa ni el colgante de oro que tenía. Sólo me viene a la mente una persona e iré a buscarla. Esto ya es personal.

Me pongo las mayas de correr y una sudadera, me hago una coleta alta y por último, me pongo las zapatillas. Dejo el móvil pero, me cojo las llaves y me voy a correr un poco. Hay que estar en forma.

Los músculos me pesan y decido parar. He recorrido unos 3 km y ya no puedo más. Que floja soy. Paso por delante de un parque y veo a un grupo de chicos y chicas. Los "guays". Veo a Max también. Me acerco a ellos sólo para saludar y seguir adelante.

-Pasa la tarde con nosotros- dice una y Max me enlaza sus dedos con los míos.

-No puedo, estoy cansada y necesito ducharme...- me interrumpe Liam: Sería guay si te piraras de una puta vez.

-¿Mañana te vienes al insti conmigo?- me susurra Max al oído. Asiento y me despido de todos. Ya anochece y necesito ir a casa.

***

Holiii. ¡¡Wii!! ¡Max y Julie juntos!

Sinceramente, no quería que acabasen juntos pero he pensado una cosa más emocionante aún y bueno... También pensaba hacerlo más interesante y aún más triston para llorar pero eso de llorar sale desde los capítulos 20, 21.

Bien, ¿qué os parece el capítulo? Comenten plis y si pueden compartan esta historia con sus amigos o conocidos.

Sigan leyendo y voten.❤

Pídeme un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora