Capítulo 6

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El cuerpo se me ha enfriado, ¿soy capaz de decirle a alguien esto? Suena el timbre e intento salir, pero Max no me deja. El se sienta en el suelo con la espalda apoyada en la pared y yo lo imito.

-Tengo miedo de...- se me seca la garganta pero sigo hablando- tengo miedo de quedarme sola, de que llegue algún día y no importarle a nadie. Soy estúpida al tener miedo de eso, pero Max, yo vivo con este miedo. Al despertarme cada mañana. Después de la muerte de mi padre, nadie se interesa por mí. Me he quedado sola, el miedo me esta consumiendo todos los días.

Siento caer varias lágrimas, pero sigo hablando. Me estoy quitando un peso de encima y eso alivia bastante.

-Siento que llegará un día donde, nadie se preguntará si sigo viva. Seré un espejismo pero para males de algunas personas, seguiré viva. Tengo una gran carga detrás, con todos los malos ratos que he pasado.

-Julie, a mi me importas aunque no lo veas. Eres muy importante para mí.- Se acerca a mí y me abraza. Siento el calor de su cuerpo envolviendome, quiero quererlo, quiero que sea mío.- Puedes hablarme de tu padre si quieres, te desahogarás.

Siento estar flotando en el aire durante unos segundos, es la gloria y de repente, unos brazos musculosos me envuelven y los labios suyos se posan en mis mejillas rosadas. Su recuerdo sigue dentro de mí. Me abraza fuerte. Me gusta. Al dejarme en el suelo, noto que he vuelto a tener 8 años.

-Prométeme que nunca me dejarás, papi.- digo entusiasmada.

-Nunca, te lo prometo cariño.- me responde con una voz dulce.

El recuerdo se desvanece y sigo llorando. Me lo prometió. Me prometio que nunca me dejaría. Suelto a Max y dudo si contarle sobre mi padre.

-Confía en mí, te desahogarás- acaricia mi mejilla, secándome las lágrimas.

-A mi padre le asesinaron- y suelto un sollozo. ¿Puedo seguir de verdad? Sigo hablando.

'El apostaba y se jugaba el dinero; y la vida. La última conversación que tuvimos fue una tarde cuando me explicó que debía dinero a la persona con quien apostaba. Tenía miedo, ya que había matado a muchas personas. Esa noche sobre las diez, salió a tomar el aire. Yo me quedé mirando por la ventana, cuando ví a cuatro hombres vestidos de negro que se acercaban a mi padre con unos bates y palos. Me quede inmóvil sin saber qué hacer. Minutos más tarde, mi padre sé quedó inconsciente en el suelo, en nuestro jardín. Llame rápido a una ambulancia y salí a estar con él. Mi madre no estaba esa noche y yo no sabía lo que hacer. Lo llevamos al hospital en la ambulancia y una hora más tarde, me comunicaron:" Tu padre fue un luchador, es un gran héroe pero, lastimamente ha fallecido." Pensé: "Él no fue un héroe y tampoco un luchador. El fue, es y será mi padre." Me quedé en shock y mi madre vino a buscarme.

Sorprendentemente, ella no derramó ni una lágrima pero, a diferencia de mí , lloré semanas. Era tan duro para mí ver como machacaban a mi padre y yo ahí frente a la ventana sin hacer nada. Me siento una inútil total. La última imagen que recuerdo de él es cuando estaba arrodillada junto a él llorando, él con la cara machacada. Me siento idiota por confesarte esto, Max.'

El frío recorre mi cuerpo y siento que estoy llorando más de la cuenta, así que trago saliva y me secó las lágrimas. Siento los labios de Max posándose en mis mejillas y sus brazos se encajan a mi cuerpo haciendo que no pare de llorar.

-Si te consuela, mi padre maltrato a mi madre cuando tenía 10 años y ella se fue sin dejar rastro y yo me quede con él. Le odio.- me dice con la voz muy seca.

-Lo siento.

-No tienes por qué sentirlo. He sido un completo gilipollas al no estar contigo, apoyándote. Perdóname.- se aparta de mí y se sorbe la nariz.

Pídeme un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora