-Mi reina, te he echado mucho de menos- digo cariñosamente a mi Scarlett. La estrecho entre mis brazos con delicadeza, es tan frágil. Lleva ya un mes con nosotros y no podemos ser más felices.
-Dame al pequeño ángel- me dice Max con una sonrisa brillante. Le entrego a la niña y me dispongo a deshacer las maletas.
Suena el móvil y voy corriendo a responder. Número desconocido.
-Buenos días, ¿señora Roshe?- dice una voz femenina al otro lado.
-Sí, soy yo.
Sinceramente, sigo sin acostumbrarme al apellido de Max. Me va más mi segundo apellido, Roberts.
-Soy la secretaria de la gran empresa Dior, a mi jefe de departamento cosmético le gustaría comentar varios puntos con usted.
-Bien, ¿cómo tiene mi número?
-Su mánager nos llamó.
-Esta bien, ustedes confirmarme la fecha y ahí estaré- digo no muy convencida de esto.
Tras la despedida cuelgo y por naturaleza, me pongo a saltar y gritar de felicidad aunque no me emociona esto.
Hace mucho tiempo que congele mi carrera y oír esto me mata.
-¿Estás feliz?- me pregunta Max por detrás mía.
-Soy una mujer feliz y agradezco al mundo por ello.
Durante muchísimo tiempo he estado preocupándome del amor, de ser feliz, de como está la gente y no me he dado cuenta de lo maravillosa que es mi vida.
He perdido amigos por el camino, hasta llegar aquí y a veces pienso que habría sido de mí si habría seguido con esas personas. He tomado decisiones malas y buenas. No las sé distinguir unas de otras pero todo me ha llevado a él. Él es mi vida junto con mi pequeña.
-Te quiero.
-Te quiero- le susurro al oído.
Le doy un beso en la mejilla y le miro a los ojos. No he tenido oportunidad de demostrarle mi amor hacia él y tengo la manera perfecta.
-Quiero demostrarte algo.
Le pido a Frida amablemente que se quede con Scarlett unas horas hasta que volvemos y la pobre mujer acepta encantada.
-¿Qué quieres hacer?- me pregunta siguiéndome hasta el coche.
-Quiero que sepas que estoy completamente enamorada de ti y haría lo que fuera para que sepas que te estoy completamente agradecida por los buenos momentos que hemos pasado.
-¿Qué piensas hacer?
Arranco el coche y comienzo a conducir. No tengo ninguna duda de adonde voy y lo hago por él. Conduzco varios minutos hasta llegar al sitio que quería.
-¿Por qué has traído aquí?- pregunta Max saliendo del coche.
Este sitio poca gente lo conoce y a esta hora no hay nadie. La playa es preciosa aquí y ¿por qué no disfrutar de ella cada día?
-Por esto- le agarro de la mano y andamos hasta que nuestras zapatillas están llenas de arena.
-¡Gracias!- comienzo a gritar hacia el mar- ¡Gracias por esta maravillosa vida! ¡Te quiero, te quiero, te quiero y podría repetirlo mil veces más!
Grito como si fuera el último día de mi vida, como si no volviese a poder gritar. Grito porque amo vivir. Amo a Max. Él comienza a reírse y me mira con cariño.
-¡Ahora puedo morir en paz sabiendo que he compartido mi vida con la persona que amo y que me ama!
-No pienses en la muerte ahora- me acaricia la cara con sus suaves dedos y me hace callar.
-Siempre he pensado en ella, la muerte es inevitable.
-No lo es.
Me besa con pasión y me derrito entre sus brazos. Quiero hacer más cosas para demostrarle cuanto le quiero.
¿Nunca has pensado en cuánto quieres a esa persona? ¿Nunca has pensado en demostrarle de mil maneras tu amor? Es lo que quiero hacer hoy. Todo hoy.
-Súbete al coche- le ordeno sonriendo.
-¿En qué estás pensando?
***
-¿Estás segura?- me pregunta una y otra vez.
-No es la primera vez que lo hago.
-No, si ya... Pero ¿y si nos separamos? Esto dura toda la vida.
-¿Estás diciendo que quieres separarte?
-¡No!- alza la voz con miedo- Sólo digo que un tatuaje es para toda la vida.
-Tampoco sabes lo que quiero hacerme.
Se calla y noto que esta batalla la he ganado. No es la primera vez que me tatúo pero es la primera vez que me pongo muy nerviosa. Pienso en la frase perfecta y el sitio perfecto.
Le susurro a mi querido amigo Ryan lo que quiero hacerme y éste asiente con una sonrisa traviesa.
-Da un poco de miedo- me susurra al oído.
-Es la verdad.
Tras cuarenta minutos de sufrimiento, Ryan acaba y llama a mi maridito para que venga conmigo. No he querido que esté aquí porque quería que fuera una sorpresa.
-¿Lo puedo ver?- pregunta sonriendo.
Me giro en su dirección y dejo que eche un vistazo a la obra maestra de Ryan. Debajo del pecho izquierdo se puede leer perfectamente:
Solo la muerte nos separará. Max.
Ahora mismos no sé en qué pensar al ver la cara de Max. Su rostro es pálido como si haya visto un fantasma.
-¿No te gusta?
-¿Por qué últimamente hablas tanto de morir?
-Ya te lo he dicho, Max, es inevitable.
Ryan nos deja un momento solos y le agradezco por ello. Ahora mismo me duele todo pero creo que más me duele el corazón. A Max se le llenan los ojos de lágrimas y no entiendo nada.
-Deja de pensar en eso. Sé lo que pretendes y por favor, no lo hagas.
-¿Hacer el qué?- pregunto confundida.
-Suicidarte, morir por mí. Lo he visto más veces y no pienso que te ocurra a ti. Si alguna vez se te ha pasado esa idea por la cabeza... Te juro que me destruirás.
Me levanto de la camilla y le cojo el rostro entre las manos. Nos juntamos en un beso y le limpio las lágrimas traviesas que han osado salir.
-No pienso morir nunca. A no ser que el destino lo quiera.
***
Lloro de amor... Quiero un novio por favor (stop quejas).
¿Qué os parece el capítulo? Anuncio que quedan exactamente 1 capítulo y el epílogo. Llega el final de mi querida historia y me da tanta pena que hasta me pongo a llorar.
He vivido esta historia a mil, sintiéndolo a tope como si me pasara a mí la historia de Julie. He llorado, he reído (poco pero he reído) y me he emocionado porque gracias a esta historia creo que voy desarrollando mis cualidades de escribir.
No me quiero enrollar más...
Os quiero, besooos. ❤
ESTÁS LEYENDO
Pídeme un beso
Любовные романыNadie conoce mi historia y pocos se atreven a descifrar los misterios de Julie, ¿serás tú quién pueda acabar entenderme? Amor, desamor, sufrimiento y felicidad son las palabras clave para saber qué es vivir. Yo no sé. Me siento desafortunada por ell...