Capítulo 23

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Me levanto antes de que toque la alarma. No puedo dormir, no me puedo concentrar. Las crudas palabras de Jeremy siguen invadiendo mi mente.

Me acerco por la ventana y contemplo el panorama. Se acercan nubes, seguro que llueve.

"Te arruina, te hace ver todo de color rosa cuando no es así."

Una pequeña lágrima brota de mis ojos. En parte, Jeremy tiene razón. Cuando estaba con Liam pensaba que estaba enamorada, que todo iría bien y seríamos felices. Luego, pasó lo que pasó.

Limpio mi mente de cualquier rastro de Liam y me encamino de nuevo a la cama.

Por mucho que intente conciliar el sueño, no puedo. Bajo a la cocina y me hago un café. Recibo un mensaje de Max.

Te recojo a las siete. (:

No le respondo, me limito a sonreír al móvil. ¿Qué puedo hacer hasta las siete?

Me doy una ducha calentita mientras que pienso en las múltiples cosas que pueden suceder hoy.

***

Me miro por décima vez en el espejo. Sonrió ante mi imagen. Vestido celeste muy bien hecho para mi figura. Mi moño con varios mechones sueltos y este maquillaje natural, me queda estupendamente.

Sólo falta una cosa. Corro hasta la habitación de mi madre rezando para que siga aquí. Y sí, aquí está. En la vieja cómoda de mi abuela, el reluciente collar de rubíes de la boda de mi madre.

Me lo pongo llena de alegría junto con los pendiente a juego.

"Perfecta" pensará Max.

Me pongo mis tacones fucsia y espero impaciente a Max. Sólo quedan diez minutos. Suena el timbre y cuento hasta veinte para que no crea que soy una desesperada.

Abro sonriente y me encuentro a mi novio bien vestido. Unos pitillos negros, con una camisa blanca y una americana remangada.  Por no decir de sus convers sin falta.

-Tú con tu estilo- le digo invitandolo a entrar.

-Sabes que no me va el esmoquin.

-Siento que no sea como quieras- le digo refiriéndome a mis padres. La típica foto al buscar a la chica en casa de sus padres, los típicos comentarios de "cuida a mi hija" o "no os desmadreis".

-Quiero que sea diferente.

-Creo que somos los más viejos- le suelto riéndonos. Me coloca una linda flor en la muñeca y me acaricia la palma de la mano.

-Te quiero- susurra.

Salimos y nos adentramos en mi coche. Prefiero que conduzca él y charlar por el camino.

Al entrar en el gimnasio y ver a todos los niños de dieciséis años bailar como si le fueran la vida en ello, me espanta.

-Sólo me quedo hasta que digan quién es el rey del baile- le informo divertida.

La canción de Stay de Riahanna resuena por toda la sala. Las parejas bailan al lento ritmo de la música.

Max me coge de la mano y me lleva hasta la improvisada pista de baile. Me coloca sus manos en la cintura y me da un leve apretón. Le dedico una sonrisa sincera y llena de cariño.

Apoyo la cabeza en su hombro mientras nos movemos al ritmo de la música.

De repente, se cambia la canción a una de Amy Winehouse.

-Te traigo algo de beber, ¿vale?- me susurra al oído.

Asiento y me dirijo hacia la multitud de sillas vacías. Me siento al lado de una chica morena que me mira de arriba abajo.

Pídeme un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora