╚»02«╝ Wildest Dreams

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ʜᴇ sᴀɪᴅ, "ʟᴇᴛ's ɢᴇᴛ ᴏᴜᴛ ᴏғ ᴛʜɪs ᴛᴏᴡɴ
ᴅʀɪᴠᴇ ᴏᴜᴛ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴄɪᴛʏ, ᴀᴡᴀʏ ғʀᴏᴍ ᴛʜᴇ ᴄʀᴏᴡᴅs"

ʜᴇ sᴀɪᴅ, "ʟᴇᴛ's ɢᴇᴛ ᴏᴜᴛ ᴏғ ᴛʜɪs ᴛᴏᴡɴᴅʀɪᴠᴇ ᴏᴜᴛ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴄɪᴛʏ, ᴀᴡᴀʏ ғʀᴏᴍ ᴛʜᴇ ᴄʀᴏᴡᴅs"

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Melissa

Le doy una mordida al taco que sostengo en mi mano mientras siento la mirada verdosa del hombre en el asiento del conductor continuo al mío.

-¿Y? ¿Qué tal?-.

Mis papilas gustativas se deleitan al sentir el delicioso sabor de la comida en mi boca, solo asiento repetitivamente mientras cierro los ojos, no podría mentir probablemente son los mejores tacos que he probado en mi vida.

Iván solo se carcajea mientras sigo comiendo y luego él imita mi acción, hace un rato, luego de subir a su camioneta, me pregunto que me gustaría cenar, me recomendó varios restaurantes pretensiosos, los cuales ya conocía, pero la verdad tenía varios días atrás con antojo de mi comida favorita, así que él prometió que hoy sería el día en que comería los mejores tacos, he allí el porqué de la emoción en su rostro cuando le confirme el cumplimiento de su promesa.

-La neta, la neta, te creía más fresilla, porque sin afán de ofender, pero si te ves medio así.-

-¿Y por qué ya no lo crees?-.

-Pues es nuestra primera salida juntos y en lugar de un restaurante preferiste venir por unos tacos, o ¿te estás dando tus baños de humildad?-.

-No, ¿cuál?, en primer lugar los tacos son mi comida favorita, nunca preferiría otra comida por encima de ellos, pues en todo caso, ya que nos estamos sincerando, yo creo que tú te ves más fresa que yo-.

-¡Nombre! ¿Cuál?-.

-Oye Ivancito, ¿Y como es que conoces tan bien Guadalajara si no eres de aquí?-.

-Me gusta mucho venir, pero justo ahora mucho más-.

-¿Por?-Digo mientras limpio mis manos con una servilleta.

-¿Cómo que porque chula?, resulta que conocí a una cabecilla de zanahoria que hace que no me quiera ir-. Dice con un tonito juguetón para después darle un trago a su refresco.

-¡A mire usted! No sabía que ya nos llevábamos así-.

-Oh pura cura hombre-.

Seguimos cenando entre pláticas muy amenas a decir verdad, me contó sobre sus animales, incluso me dijo que tiene un rancho con varios caballos, lo cual me dejo fascinada, no pude evitar recordar a mi abuelito Chente, su amor por los caballos era inmenso, incluso podría comparar el brillo en los ojos de Iván con el de mi abuelo cuando hablaban de sus hermosos sementales.

También habló sobre su familia, cuando comentó que su papá tuvo 13 hijos me dejó asombrada, no me imagine que tuviera tantos hermanos, como decía él, tienen el mismo padre y comparten sangre así que él no sabía cuál era el punto de decir "hermanastros". Cuando habló de su madre, su voz se llenó de tanta adoración que casi se me derritió el corazón, una diminuta parte de mí sintió envidia, agradecí al cielo internamente que no me cuestionara sobre mí "familia", podrá haber pasado mucho tiempo desde que no hablo de ellos, pero me sigue ardiendo el pecho con solo tenerlos en mi mente.

-Gracias por la cena Iván, estuvo delicioso-. Dije cuando mi edificio ya estaba frente a nosotros.

-No hay de que mi chula, oye mmmm ¿me pasarías tú número? Ya sabes para estar en contacto-.

-Claro, hay que mantenernos en contacto -. Dije burlonamente.

Me extendió su teléfono y apunte mi número en sus contactos.

-Te veo luego entonces, cabecilla de cerillo-. Dijo en tono de broma haciendo que rodara mis ojos, divertida, mientras salía de su camioneta.

-Que simpático es usted, abuelo-. Dije achicando los ojos y el me miro con reproche.

-Ya vete a dormir pañaluda, las 36 horas que estuviste despierta en el hospital ya te están afectando la vista, si yo parezco de 20 añitos mija-.

-¿De 20 añitos de jubilado que no? -. Río y el tuerce los ojos.

-Ja, graciosilla, ¿Qué son los 12 años que nos llevamos?, nombre nada-.

-Bueno pues, ya me voy a dormir, que descanses Iván-.

-Buenas noches, preciosa-.

-Buenas noches, avísame cuando llegues a casa-. Asiente y me dice adiós con la mano cuando volteo en la entrada del edificio.

El hospital parecía ser centro de guerra para mi y mis compañeros internos, la llegada de unos gemelos siameses nos traía vueltos locos tratando de hacer puntos con nuestros superiores para poder participar en tan novedosa cirugía. Personalmente trataba de seguir mi ritmo común, tratando de no exigirme tanto luego de tan pesados días.

Y es que había tenido guardia 3 días de la semana, 2 días que me tocan ordinariamente y uno donde cubrí a Ali para que pudiera ir a una cita con su pretendiente. Y los demás días ni siquiera siento haber dormido, mis pesadillas habían vuelto. Culpaba el haber dejado mis sesiones de terapia gracias al internado.

Odiosas pesadillas.

Después de salirme de casa de mis "padres" habían aparecido, no eran mas que recuerdos, veía su rostro lleno de furia mientras gritaba lo decepcionado que estaba de mi, como confesaba cuanto añoraba que fuera mas como su hijo, mas "normal" según el, también veía la sonrisa burlona en los labios de su adoración, su heredero, como el lo llamaba, no quería llamarlo mi "hermano", no se lo merecía después de todo.

En mis pesadillas también la veía a ella, a mi madre, la mujer que algún día admire tanto, la mujer que había prometido estar siempre para mi, su rostro estaba inundado en lagrimas, mas sin embargo en ningún momento se entrometió en el griterío que mi padre estaba formando.

Me era inevitable no despertar con las mejillas empapadas y la respiración entrecortada, no lo podía controlar, esa sensación de tristeza en mi pecho no se iba y no creía que lo fuese a hacer pronto.






𝗞𝗔𝗥𝗠𝗔           ☆𝗜𝘃𝗮́𝗻 𝗔𝗿𝗰𝗵𝗶𝘃𝗮𝗹𝗱𝗼☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora