╚»26«╝ Tolerate It

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I ᴡᴀɪᴛ ʙʏ ᴛʜᴇ ᴅᴏᴏʀ ʟɪᴋᴇ I'ᴍ ᴊᴜsᴛ ᴀ ᴋɪᴅ
Usᴇ ᴍʏ ʙᴇsᴛ ᴄᴏʟᴏʀs ғᴏʀ ʏᴏᴜʀ ᴘᴏʀᴛʀᴀɪᴛ

I ᴡᴀɪᴛ ʙʏ ᴛʜᴇ ᴅᴏᴏʀ ʟɪᴋᴇ I'ᴍ ᴊᴜsᴛ ᴀ ᴋɪᴅUsᴇ ᴍʏ ʙᴇsᴛ ᴄᴏʟᴏʀs ғᴏʀ ʏᴏᴜʀ ᴘᴏʀᴛʀᴀɪᴛ

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Melissa

Sigo acariciando el suave pelaje de Mufasa mientras siento como ronronea en mi regazo.

-Mañana lo voy a llevar al veterinario para que me diga si le tienen que poner vacunas-. Digo feliz mientras no despego la vista de mi nuevo bebé.

Veníamos de regreso al rancho luego de la comida, Iván se paso toda la tarde riéndose de mi emoción, y es que cada que llegaba alguien más, no podía evitar enseñárselos, incluso cuando llegaron los Zambada, quienes habían comentado sobre las hienas qué tenían y me habían invitado cordialmente, a conocerlas.

-Esta panzón-. Dice Serafín mientras lo ve y sigue comiéndose su quesadilla.

-Mejor no te digo como estas tu-. Digo bajito medio ofendida, era la tercer persona en el día que le decía gordo a mi gordo, digo, a mi gato.

-¿Ya nos llevamos ladrillo andante?-. Pregunta divertido y me limito a encogerme en hombros mientras lo ignoro.

-Un veterinario viene cada semana a ver a los caballos, qué revise a tu panzón-. Dice con clara intención de molestar.

-¿No te gusto?-. Pregunto sería.

-¿Qué?-. Dice sin despegar la vista de nuestro camino.

-Solo le dije que si a Ovidio porque habías dicho que estaba bien, si quieres lo devuelvo-. Le digo sincera, no quería que pensara que abusaba.

-Mel-. Dice tomando mi mano. -Todo lo mio es tuyo, puedes hacer con ese rancho lo que quieras, solo lo dije porque cuando te pones rojita te ves más bonita-. Dice acariciando uno de mis muslos.

-¿Seguro?-. Asiente. -Y si ¿lo quiero convertir en un refugio para perritos?-. Me ve asombrado.

-Pues hay que ir viendo donde conseguir uno más grande, porque conociéndote cualquier perro que te encuentres lo vas a meter allí-. Me carcajeo y tomo su mano para entrelazarla con la mía.












Entro a nuestra habitación una vez que conseguí qué Mufasa se quedará dormido en la cajita transportadora qué Iván había mandado comprar.

-¿Ya se durmió?-. Asiento y me recuesto junto a él.

-¿Quieres ver una película?-. Me tiende el control de la televisión y empiezo a buscar qué ver.

-Amor-. Me llama y lo volteo a ver.

-Mande-.

-¿Te acuerdas cuando me dijiste que podíamos hablar de lo que quisiéramos?-. Muevo mi cabeza en afirmación mientras me doy la vuelta para quedar frente suyo y apago la televisión.

-Claro-. Lo veo pasar saliva. -¿Esta todo bien Archi?-.

-Si princesa, solo que tu-. Se rasca la nuca medio nervioso pero suspira armándose de valor. -Tu fuiste muy valiente y me contaste todo lo que te paso y por mas de que mi vida parezca muy relevante, solo hay una cosa aparte de que mi apa este en la cárcel que me duele muchísimo-. Asiento y me apoyo en el respaldo de la cama mientras el se apoya en mi pecho y empiezo a acariciar su rostro.

-Mi more-. Confundida trato de ver su expresión pero me topo con que tiene los ojos cerrados con fuerza, como si quisiera evitar recordarlo.

-¿Edgar?-. Asiente.

-Hace 15 años que nos lo mataron-. Sus gestos de tristeza hacen que lo abrace con mas fuerza, tratando de que el dolor desaparezca. -Las cosas estaban muy tensas, mi apa y los Arellano traían broncas, había toque de queda y Edgar no supo, mi apa había dejado que cerrara unos negocios el solo y se suponía que no debía estar allí-. Suspira y niega. -Nunca supimos quien lo mato-.

-Lo siento muchísimo amor-. Digo dejando un beso en su cabeza mientras lo siento acurrucarse mas.

-Lo sigo extrañando igual que el primer día-. Dice bajito.

-Y va a seguir siendo asi Archi-. Le aclaro triste. -¿Por eso me dijiste eso el otro día en la camioneta?-. Pregunto y asiente rápidamente.

-Mi apa tenia miedo de que algo me pasara a mi o mis hermanos, por eso me mando pal otro lado como 3 meses, ya ni me acuerdo bien-. Escucho como su voz se corta pero sigue hablando. -Ni siquiera me pude despedir de el-. Dice casi al punto del llanto y ya quiero llorar con el.

-Estoy segura de que el sabia perfectamente lo mucho que lo querías, no te mortifiques así-. Le pido y se endereza, sus ojos están vidriosos y se me apachurra el corazon.

-Éramos machitos de rancho Meli, nos tuvo que faltar Edgar para que entre nosotros no nos costara decirnos lo mucho que nos queremos-. Lo veo triste. -Ojala lo hubieras conocido, si te llevas bien con los babosos esos, con el te hubieras llevado aun mas-. Baja la cabeza y vuelve a suspirar. -Queria ser doctor, como tu, pero mi apa nos había criado para seguir sus pasos-. Niega. -El día que murió, algo murió con mi apa, pero también lo vimos mas amoroso, incluso nos dijo muy seriamente que estaba bien no seguir en el negocio-.

-¿Y tu no lo haz pensado?-. Pregunto esperanzada.

-Ay mi niña, cuando eso paso yo ya hasta había estado en la cárcel, es casi imposible salir de esto-. Trato de cambiar de tema al verlo un tanto incomodo.

-Me hubiera encantado conocerlo-. Confieso.

-Edgar estaba enamoradísimo de Frida, siempre le echaba carilla por mandil y diario salía con que cuando a mi me pasara el iba a estar allí para restregármelo en la cara, por eso me hubiera encantado que te conociera-. Dice serio.

-¿Frida era su esposa?-. Niega.

-Su prometida-. Suspira. -Iban a casarse, cuando el murió, Frida se entero de que estaba embarazada, mi sobrina es idéntica a el-. Sonríe.

-¿Y donde esta?-.

-Vive en los ángeles con su ama-. Asiento.

-¿Podemos visitarla luego?-. Propongo y asiente sonriente. Nos recostamos para dormir y me encargo de tapar a Iván.

-Gracias por contarme-. Dejo un pequeño beso en sus labios y me devuelve otro.

-Gracias por escucharme-.

𝗞𝗔𝗥𝗠𝗔           ☆𝗜𝘃𝗮́𝗻 𝗔𝗿𝗰𝗵𝗶𝘃𝗮𝗹𝗱𝗼☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora