╚»30«╝You Would Still Miss Me In Your Bones

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ᴀɴᴅ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ ᴀɪᴍ ꜰᴏʀ ᴍʏ ʜᴇᴀʀᴛ, ɢᴏ ꜰᴏʀ ʙʟᴏᴏᴅ
ʙᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴡᴏᴜʟᴅ ꜱᴛɪʟʟ ᴍɪꜱꜱ ᴍᴇ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ʙᴏɴᴇꜱ
ᴀɴᴅ ɪ ꜱᴛɪʟʟ ᴛᴀʟᴋ ᴛᴏ ʏᴏᴜ (ᴡʜᴇɴ ɪ'ᴍ ꜱᴄʀᴇᴀᴍɪɴɢ ᴀᴛ ᴛʜᴇ ꜱᴋʏ)
ᴀɴᴅ ᴡʜᴇɴ ʏᴏᴜ ᴄᴀɴ'ᴛ ꜱʟᴇᴇᴘ ᴀᴛ ɴɪɢʜᴛ (ʏᴏᴜ ʜᴇᴀʀ ᴍʏ ꜱᴛᴏʜᴇɴ ʟᴜʟʟᴀʙɪᴇꜱ)

Decir que un zombie se veía fresco me sonaba razonable al verme al espejo justo ahora, había tenido qué doblar turno en el hospital y las ojeras ya abarcaban la mitad de mi rostro, sinceramente creo que había sido ocasionado por mi falta de buena ...

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Decir que un zombie se veía fresco me sonaba razonable al verme al espejo justo ahora, había tenido qué doblar turno en el hospital y las ojeras ya abarcaban la mitad de mi rostro, sinceramente creo que había sido ocasionado por mi falta de buena alimentación, casi reí al imaginarme a Iván regañándome.
Saque el teléfono de mi bata una vez que lo sentí vibrar.

-Mel-. Un Ovidio agitado me llama del otro lado, instantáneamente su tono de voz me alerta.

-¿Que pasa cuñis?-. Pregunto rápidamente.

-Mel, Nini esta afuera del hospital, te tienes que venir a la casa ya-. Dice apurado.

-Pero ¿Por qué Ovidio?-. Pregunto ya desesperada mientras corro hacia el ascensor.

-No encontramos a Iván-. Deje de respirar.









-¡Sigue sin contestar!-. Medio grito desesperada cuando marco al número de Iván y por consecutiva ocasión, me manda a buzón. Hacia ya una hora que había llegado a nuestra casa, Néstor no me pudo decir mucho en el trayecto del hospital a la casa, ni siquiera el sabía dónde estaba mi novio. Lo único que sabíamos todos es que había tenido una reunión con unas personas y eso era todo.

Mis manos no dejaban de temblar al igual que mi voz, las piernas me flaqueaban y la cabeza me punzaba, el mismo punzante qué sentía en el pecho. Sentí un par de manos posarse en mis hombros.

-Cálmate Mel-. Me trata de reconfortar Alfredo.

-No puedo-. Digo al borde del llanto mientras Ovidio me inclina sobre su hombro y Néstor acaricia mi espalda.

-Néstor-. Escuchamos el radio de Nini sonar y me enderezó al instante. -Ya encontramos al patrón-.

-¿Donde esta?-. Pregunto al instante mientras le arrebato el radio de la mano.

-Venimos entrando al rancho patrona, pero el patrón esta herido, también dos de los Zambada-. Mi sangre se fue directamente a mis talones, los cuales respondieron por si solos corriendo hacia la entrada del rancho.

Vi a Néstor y a mis cuñados apresurarse a abrir las puertas de la camioneta, dejándome ver a un trio convaleciente. En los pocos años que llevo laborando en los hospitales nunca me identifique con mis compañeros que mencionaban sentir un escalofrió cuando veían mucha sangre, no hasta hoy, no hasta que vi la camisa de Iván empapada de ese rojizo espeso.

-¿Ya le hablaron a un doctor?-. Escuche a lo lejos a un Ovidio desesperado.

La mirada cansada de mi novio se conecto con la mía y casi pude darme cuenta del miedo que yo transmitía, Iván estiro su brazo hacia mi y cerré los ojos con fuerza deseando que no fueran mas que una de mis pesadillas. Sentí mis piernas reaccionar solas corriendo hacia nuestra habitacion y pude escuchar mas de dos voces llamarme desesperadas. El botiquín detrás del espejo de nuestro baño nunca me había parecido tan indispensable.

-Quítale la camisa-. Casi le grite a Alfredo mientras ayudaba a su hermano a recostarse sobre el sillón, el cual enseguida me obedeció.

-Mi amor-. Dijo Iván en un susurro mientras enjuagaba mis manos con alcohol y me colocaba un par de guantes de látex.

-Te va a doler, perdón-. Dije dejando caer una lagrima ante mi desesperación. Prepare mis fórceps y desinfecte el contorno de la herida en el hombro de mi novio mientras lo observaba hacer bastantes muecas por el dolor. Lleve mi vista al par de hermanos también heridos, encontrándomelos claramente en un mejor estado que el de Iván. -Perdón-. Volví a susurrar inundada en llanto mientras trataba de extraer el proyectil que aun yacía en el orificio de su hombro, solo vi como desfalleció sobre el sofá, Ovidio, mas que desesperado empezó a gritar como si estuviese pariendo.

-Solo se desmayo ratón, esta bien-. Dije una vez mas calmada mientras limpiaba la sangre que me había alcanzado a manchar. Me dirigí con los dos Zambada que me veían algo asustados. Luego de revisarlos, descubrí que afortunadamente ambos solo tenían un rozón y con solo limpiar y vendar fue suficiente, claro y un buen analgésico.

-Néstor ¿Puedes mandar a alguien por unos medicamentos para cuándo Iván despierte?-. Asiente de inmediato. -Dexametasona, profenid y gammaglobulina-. Le dicto mientras anota y sale del rancho.

Acaricio el cabello de mi novio mientras dejo las lagrimas salir.

Vaya sustito.











-Gracias Mel-. Me agradece Serafín mientras le tiendo su pastilla y el vaso de agua, le sonrió leve simplemente mientras hago lo mismo con Ismael.

-¿Me podrían contar que paso?-. Pregunto despacio mientras tapo a mi novio con una sabana que me tendió Alfredo.

-Tuvimos una pelea con los ántrax-. Dice serio y lo único que ocasiona en mi es mas confusión. la cual claramente detecta y Ovidio lo interrumpe.

-Yo creo que deberías esperar a que Iván te explique Mel, mejor vamos a dormir fue un mal día para todos-. Asiento no muy convencida.

Fui a nuestra habitacion por un par de cobijas para poder hacer un tendido junto al sillón donde reposaba Iván. No supe en que momento me dormí, solo se que lo hice deseando que un día como este no se repitiera.





𝗞𝗔𝗥𝗠𝗔           ☆𝗜𝘃𝗮́𝗻 𝗔𝗿𝗰𝗵𝗶𝘃𝗮𝗹𝗱𝗼☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora