JEONG [Tk/Vk]

I

El sonido de un vidrio estrellándose contra el piso se hizo sonar en toda la habitación, se podía ver a Kim Taehyung extremadamente molesto mientras dos hombres yacían de rodillas en medio del lugar, manteniendo pies y manos atados.

– ¡No puedo creer que sean tan imbéciles! ¿¡Tienen una maldita idea de a quien se han llevado bajo sus malditas narices!? – gritó molesto, golpeando ambas manos sobre su escritorio.  

Se podía observar al hombre con su traje desalineado, sudando por la sien y su rostro rojo lleno de ira, las venas de su cuello marcandose ante su molestia.

– ¡Lo sentimos, señor! ¡La niña nos pidió dejarla salir al patio! ¡No sabíamos-

– ¡Claro que no lo sabias! – gritó lanzando aquella taza de porcelana en su escritorio.

La debilidad de Kim Taehyung estaba en manos de alguien que desconocía en ese momento y sus adentros temblaban ante eso.

Pero estaba seguro de algo. No importaba a quien tuviera que asesinar, él traería a su hija sana y salva a su casa, costara lo que fuera.

– Señor, tenemos los rostros de los hombres que se llevaron a su hija – un hombre irrumpió en la oficina, llamando la atención de su jefe – trabajan para Gang, sus rivales en el mercado.

Taehyung cerró los ojos y apretó las manos con frustración, sus nudillos volviéndose blancos ante la presión.

– Señor, vine lo más rápido que pude – una nueva voz se hizo sonar por lo que Taehyung abrió los ojos, encontrándose con su mano derecha en la entrada.

– Se llevaron a mi hija – murmuró en un tono más tranquilo – estos imbéciles dejaron que se llevaran a mi hija, Hoseok.

Hoseok volteó hacia los dos hombres arrodillados en medio de la habitación mientras parecían llorar desconsolados.

– No se preocupe, la encontraré – aseguró Jung – la buscaré por todos lados y la traeré de nuevo.

Taehyung negó.

– Yo iré por ella – dijo con seguridad – mientras tanto, quiero que te encargues del cargamento recibido el día de hoy, volveré por la mañana.

– Pero-  

– Está bien, quiero ver su agonía en persona – dijo sereno, tomando el arma en su cajón, revisando que estuviera cargada antes de disparar en la cabeza de aquellos hombres, salpicando de sangre su alfombra nueva.

Hoseok brincó en su lugar tras oír el detonante, sus ojos en grande viendo a aquellos hombres caer muertos.

– Busca a Namjoon – ordenó a uno de sus hombres – dile que lo quiero en el auto en diez minutos – murmuró sacando su otra arma y metiéndola en la parte trasera de sus pantalones, sujetandola con su cinturón y cubriendola con su saco – y limpien eso.

Hoseok lo vio darle la vuelta al escritorio y mirar hacia abajo una vez pasó a un lado de los cuerpos, saliendo de aquella habitación con suma indiferencia.