JEONG [Tk/Vk]

XXIV

Jungkook gimió en la boca ajena, sintiendo sus manos ser apretadas contra el colchón debajo de su cuerpo mientras sentía el caliente miembro del mafioso moverse en su interior, golpeando una y otra vez aquella zona.

Se alejó de la boca ajena y tiró su cabeza hacia atrás, dejando salir un gemido alto.

– Que bien te vez llorando con mi pene adentro – murmuró Taehyung, siseando al sentir las uñas del empresario clavandose en el dorso de sus manos.

Jungkook llevó sus manos de inmediato a la pasar por debajo de la zona axilar del otro en cuanto fue liberado de su agarre. Sus manos sosteniéndose de la espalda ajena mientras Taehyung empujaba con fuerza en su interior y besaba su cuello en el proceso.

Taehyung mordisqueo, lamió y chupó la piel sensible del empresario, llenando sus sentidos con cada gemido que salía de su boca.

Siseo al sentir las uñas del otro clavarse en la piel de su espalda y el líquido espeso de Jeon manchando a ambos.

Jungkook suspiró al haberse liberado por fin, sintiendo segundos después el líquido caliente en su interior llenándolo por completo.

Taehyung realmente no había olvidado lo que había dicho la noche anterior antes de ir a dormir y a él sinceramente no le molestaba en absoluto. Había pasado bastante tiempo desde que tuvo sexo y aquel mafioso no era para nada malo.

Jungkook metió sus manos en los cabellos de Taehyung cuando este se acostó encima suyo con su rostro entre su cuello. Era pesado pero lo podía soportar, no se sentía mal.

– Ahora tengo sueño de nuevo por tu culpa – murmuró Taehyung, escuchando la risa del empresario.

– ¿Es mi culpa que me hayas querido follar en cuanto despertaste? – preguntó con confusión.

– Mmh, es tu culpa porque te ves tan lindo que dan ganas de tocarte por completo.

Jungkook no dijo nada después de ello. No tenía algo que decir en realidad. Pero si puso a su mente a trabajar desde temprano.

¿Qué pasaría con ellos ahora?

– Buenos días señor, llega dos horas tarde – murmuró Minji, haciendo una corta reverencia al ver a Jeon pasar, yendo directamente a su oficina, por lo que lo siguió hasta allá.

– Tuve un percance, dime en que voy atrasado – murmuró Jeon, tomando asiento en su cómoda silla, sin embargo, terminó por sisear y fruncir el entrecejo ante el dolor en el culo.

– ¿Todo bien, señor? – preguntó Minji, viendo a su jefe asentir y mover la mano con desinterés.

– Dime cuál es mi agenda de hoy.

– Tiene una reunión hoy por la tarde en el restaurante chino que está a una cuadra, también me dijo que buscara algún restaurante que se viera adecuado para la reunión con su nuevo socio francés, tengo estas propuestas – Minji se acercó al escritorio de su jefe y dejó su tablet sobre el mueble, pasando las imágenes una por una hasta que Jeon le dijo que se detuviera en una en particular.