Prólogo

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Cuando el arcade cerró el sol ya se había puesto, era algo tarde, probablemente recibiría una sermón de mi madre por estar toda el día jugando. Podría calmarla diciéndole que estuve con una amiga, esa era Akira que se tuvo que ir unas horas antes que yo debido a sus obligaciones como Oono, me molestaba verla irse, cuando empezaba a pasarla de lo mejor llegaba Jiiya y se la llevaba con mucha prisa, no me cae mal el viejo de hecho nos ayuda a encontrarnos de vez en cuando, arriesga su trabajo por el capricho de dos niños. No puedo odiarlo sólo cumple con su deber de obedecer a sus superiores y como dije "Arriesga su trabajo".

Hoy fue una buena tarde de juegos, debo admitir que estar con Akira es agradable, demasiado agradable, puede que tenga varias derrotas seguidas pero cuando triunfo es símbolo de que mi entrenamiento sirve de algo. Akira solo se me queda mirando frunciendo el ceño con ojos diabólicos deseando mi muerte, quizás exagere un poco, aún así es raro verla reaccionar de esa forma después de derrotarme unas 30 veces. No le gusta perder, me lo demostró en nuestro primer enfrentamiento. Ahora que lo recuerdo...mierda si que dolió ese derechazo. Debería hacérselo saber cuando seamos novios ¿Que estoy diciendo? ¡Ja!

Haruo no era tonto, hace tiempo que el quería ir más allá en su relación con Akira solo que aún no hallaba la forma de decírselo. Akira era alguien de pocas palabras (xd) y proponerle algo como una relación romántica podría desencadenar lo peor o lo mejor en ella.

Llegaba a ser impredecible, sus palabras no ayudaban mucho, claro, porque no hablaba, sólo podía emitir sonidos de molestia, felicidad y con eso era lo único que se podía comunicar, era lo peculiar de ella y que a Haruo de cierta forma le encantaba.

Leer a Akira era mucho más fácil para él por su fuerte vínculo que tenían. En varias ocasiones lograba descifrar sus pensamientos, en otras solo tenía que preguntarle en qué pensaba y cambiaría su expresión a una mas descifrable para Haruo.

Pasar mucho tiempo con ella le había ayudado a entenderla mejor que cualquier persona, Haruo era feliz al saber eso, si quería ser más feliz tenía que dar el otro paso.

Caminando a casa Haruo pensaba con detenimiento sobre su relación con Akira, recordaba su primer encuentro y el último de esta tarde, veía el cambio que había tenido su relación desde ese entonces, no pudo evitar sonreír. Paso de unos golpes con odio a otros más leves pero con ¿Cariño? en ese instante Haruo cambio la sonrisa que llevaba en su rostro a uno inexpresivo, luego se perdería en sus pensamientos durante el camino.

El estaba seguro de sus sentimientos pero ¿Y sí Akira no sentía lo mismo?
Estaba la posibilidad de que este confundiendo las cosas y terminé arruinando la bonita amistad que tenían ambos como rivales. Haruo no podía tomar ese riesgo "El que no arriesga no gana" pero si toma el riesgo y...

¿Todo se va a la mierda?

Por fin llegué a casa, abrí la puerta con la mayor lentitud posible y la cerré sin emitir ningún rechiñido, trate de ser los más cauteloso posible, camine de puntillas sin emitir ningún ruido alguno, tocaba subir las escaleras, di un paso ligero a él primer escalón, fue en ese entonces que me abandono mi suerte, el ruido emitido por la primera pisada fue lo suficiente para ser escuchado por la guardiana de la casa.

- ¡¡HARUO YAGUCHI!! -escuché gritar a mi madre desde la sala-

Volví para atender al llamado, mi madre estaba esperando, tenía su pijama puesta y por sus ojos decaídos podía deducir que estaba quedándose despierta para verme llegar a casa.

- Debería considerar castigarte sin salir ¡De hecho lo haré! - exclamó apuntando con el dedo a lo que se supone que debería ser yo, la cosa es que estaba algo desviada de mi posición-

Si bien entendí lo que decía, en realidad dijo todo eso en balbuceos por el sueño que la estaba consumiendo, debo liberarme de ese castigó, tenía la esperanza de no encontrarla despierta pero no tengo de otra más que usar mi última carta, tenía que usar mi último recurso así tenga que enfrentar lo que se viniera al hacer eso.

- Estuve con Akira mamá -dije eso con la mejor sonrisa que puedas esperar de alguien que está experimentando la pubertad, la sonrisa más boba que tuve que hacer, sería suficiente para deshacerme de ella-

Juraría que paso menos de un segundo cuando mi madre se deshizo del sueño y empezó a cantar a todo pulmón.

- ¡Mi bebé está creciendo! ¡Mi bebé está creciendo! ¡Con alguien como Akira! ¡Con alguien como Akira! ¡La juventud es maravillosa! ¡La juventud es maravillosa! -mi madre daba saltos de felicidad en toda la sala hasta en la cocina quitandose todo el sueño que llevaba encima-

Dejé a mi madre cantando en la sala, fui directo a mi habitación, me senté en mi cama y mi cuerpo se hundió en el colchón, estaba agotado, no es que haya hecho algo particularmente agotador hoy ¿Quizás esto era lo que la gente llamaba agotamiento mental? durante el camino de regreso había estado repasando todo lo que había pasado con Akira, destacando el incidente del aeropuerto, ese día dónde la perdí y creí que no la vería más.

- Phew...

Nunca había tenido una conversación con mi madre sobre el amor, primer noviazgo y esas cosas que creí que no me tocarían vivir ¿Debería decírselo?, puede faltarle un tornillo en la cabeza pero es mi madre después de todo, está en su derecho ayudarme con estas cosas como el hijo preso de la pubertad que soy.

- Phew...

Justo cuando deje escapar otro suspiro mi cuerpo no dio para más y cayó en sueño profundo. Todavía no decido que hacer con mis sentimientos resguardados, podría arruinarlo todo en tan pocas palabras como es decir "Me gustas" "Te amo" "Se mi novia". El que no arriesga no gana el que no arriesga no gana.

Vaya frase, puedo arriesgar pero...

¿Que me asegura que puedo ganar?

Sólo te quiero a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora