Sólo te quiero a ti

Despertando a la Realidad del Amor

La suave luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación de hotel con un resplandor cálido. Haruo abrió lentamente los ojos, sintiéndose reconfortado por la presencia de Akira, quien aún dormía profundamente a su lado, aferrada a su brazo como si no quisiera dejarlo ir.

Con cuidado, Haruo movió suavemente su brazo, intentando liberarse sin despertar a Akira. Sin embargo, cada vez que intentaba deslizar su brazo fuera de su agarre, ella se aferraba aún más, como si supiera instintivamente que él estaba tratando de separarse. Una sonrisa tierna se formó en los labios de Haruo mientras admiraba el rostro sereno de su ahora novia.

En ese momento, se dio cuenta de lo afortunado que era de tener a alguien como ella en su vida. Aunque sus formas de comunicarse eran diferentes, su conexión iba más allá de las palabras. Era un lazo que se tejía con miradas, gestos y un profundo entendimiento mutuo. En silencio, se prometió a sí mismo que siempre estaría ahí para Akira, incluso en los momentos más difíciles.

Con delicadeza, deslizó su mano libre hacia el rostro de Akira, acariciando suavemente su mejilla. Se pudo escuchar ligeramente un suspiró en respuesta al tacto, pero no despertó. Haruo se sintió abrumado por una sensación de paz, reconociendo lo afortunado que era de tener a alguien tan especial a su lado.

Después de un momento de contemplación silenciosa, Haruo decidió dejar que Akira descansara un poco más. Con cuidado, se levantó de la cama, asegurándose de no hacer ruido que pudiera perturbar su sueño.

En eso una extraña sensación de inquietud comenzó a invadir su mente. Un recuerdo flotaba en las profundidades de su conciencia, pero no lograba capturarlo por completo. Frunciendo el ceño, se detuvo en seco y cerró los ojos, tratando de enfocarse en desentrañar ese enigma que lo acosaba.

Unos segundos de silencio llenaron el aire mientras Haruo luchaba por recuperar su memoria. De repente, como un destello de luz, la respuesta emergió en su mente. Su trabajo de medio tiempo. ¡Había olvidado por completo su turno! La realidad se estrelló contra él con fuerza, y una mezcla de preocupación y frustración se apoderó de su expresión.

Miró rápidamente el reloj de la mesita de noche y sus ojos se abrieron aún más. Afortunadamente, aún tenía tiempo suficiente para llegar a su trabajo sin llegar tarde, pero dejar a Akira en ese momento le resultaba desagradable. Sabía que si no asistía, podría enfrentar consecuencias graves, incluso la posibilidad de ser despedido.

Un conflicto interno surgió en el corazón de Haruo. Por un lado, no quería abandonar a Akira, especialmente cuando estaban disfrutando de su tiempo juntos. Por otro lado, también valoraba su trabajo y entendía la importancia de cumplir con sus responsabilidades.

Haruo reflexiono sobre sus opciones. Una lucha interna se libraba en su mente mientras evaluaba la importancia de cada aspecto de su vida. Suspiró profundamente, sintiendo la presión aumentar en sus hombros.

Finalmente, tomó una decisión. Sabía que tenía que cumplir con su trabajo y que no podía permitirse perder su empleo. Sin embargo, se prometió a sí mismo que haría todo lo posible para compensar el tiempo perdido con Akira más tarde.

Se acercó a Akira, cuya figura serena todavía reposaba en la cama y le dio un suave beso en la frente. Algo apenado ya que era la primera vez que lo hacia, además de que ella no lo sabría hasta que se lo diga, claro, si es que lo hace.

Con paso firme y la mente llena de ideas, Haruo bajó las escaleras del hotel cuando su atención se vio atraída por la presencia de la recepcionista. Recordó el momento en que ella lo había ayudado a aclarar su abrumada mente y sintió una gratitud especial hacia ella. Decidió que era el momento perfecto para agradecerle y compartir una breve charla, no habría problema, tenia un poco de tiempo antes de ir a su trabajo.