Eres mi realidad...

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Akira desapareció, los deberes que Moemi le ejercía habían llegado al límite y no tuvo otra opción que escapar, Haruo al enterarse de esto inició una búsqueda por su propia cuenta, las calles poco a poco perdían su iluminación y llegaba la oscuridad, los juegos se veían tentadores al entrar en cada arcade pero eso no era lo importante ahora, Akira se fue sin dejar rastro alguno y él era el único que podía encontrarla. Cada lugar al que entraba era un desaliento al ver que no había señal de su presencia. Haruo tuvo que acudir a los Arcade fantasma que eran reconocibles por tener un mal ambiente a primera vista y sobretodo por los jugadores que te podrías encontrar ahí. Sólo personas que llevan un buen tiempo en los Arcade conocerían este tipo de sitios y Haruo era alguien de un nivel considerable así que no se le hacía problemas el encontrar y entrar a estos sitios pero eso no quitaba el hecho de que tenía el riesgo de recibir una apuñalada sorpresa o un cañón de una pistola en la cabeza, eran lugares de mal vivir y eso era sumamente peligroso, a pesar de eso Haruo tomo el valor de recorrer todo estos lugares, Akira debía de estar en algún lugar.

- Maldición ¿Enserio me gustas tanto para llevarme a este punto? -susurro Haruo para si mismo-

Akira era la única chica que sacaba a Haruo de si mismo, no podía negar que le parecía linda y su habilidad en los juegos era bestial sobretodo porque era su rival, la amistad que tenía con ella era muy especial a diferencia de sus otros amigos que podrían contarse con pocos dedos. La consideraba su primera amiga y una que quería demasiado, la quería y no como una amiga, al pensar en eso Haruo tuvo un leve rubor que quitó moviendo bruscamente su cabeza de un lado a otro.

La búsqueda continuaba, Haruo caminaba en busca de alguna señal de Akira que parecía inexistente, sus pies no daban para más, sentía que en cualquier momento se podría derrumbar, lo llego a considerar, no había nadie alrededor así que podría echarse en el suelo sin el problema de ser visto como un loco o mendigo.

- No puedo ma-

-¡No puede ser esa chica lleva 101 victorias seguidas!

Por arte de magia el cansancio de Haruo se esfumó, sus pies dejaron de temblar e hizo un gran esfuerzo por pararse firme, vio por todo el lugar hasta dar con un local que se encontraba en una esquina de un callejón cerrado donde se apreciaba una leve iluminación en el exterior.

- Haruo -se pudo escuchar una voz a las espaldas de Haruo -

La esquizofrenia se hizo presente.

- Haruo.

Y Haruo lo sabía, reconocería esa voz donde sea, era el único que lo reconocería, nadie más podría. El estaba acechando en los momentos claves, en los momentos más importantes de su vida y cuando digo importantes me refiero a batallas de suma importancia como un decisivo 1-1. Pero ahora mismo se había presentado, no en un duelo entre pixeles sobre una pantalla, este momento era diferente.

- Callate Guille.

- HARUO -el llamado resonó en toda la cabeza de Haruo haciendo que suelte un quejido de fastidio por casi destruir sus oídos-

Un Sonic Boom golpeó la espalda de Haruo impulsando con fuerza su cuerpo cerca de la entrada del local, sus manos detuvieron el impacto contra la pared, sintió un leve ardor sobre sus palmas que se tornaron rojas, no paso mucho para que regresarán a la normalidad, se puso al frente de la entrada contemplando el cartel iluminado que parpadeaba cada 6 segundos, al parecer tenía fallos por el desgaste de los cables que veía en los costados.

- No era necesario eso -dijo Haruo sobándose la espalda por el dolor que le provocó Guille-

No hubo respuesta, Guille se había ido.

- Phew...¿Así que 101 victorias?

No había nadie más que Akira para lograr esa hazaña, él lo sabía, estaba un 99% seguro de que la vería sentada moviendo la palanca y presionando los botones con esa elegancia y precisión que tanto estaba acostumbrado a ver. Haruo se encaminaba entre el público, poco a poco visualizaba la figura de su objetivo, unos pasos más y se encontró con el origen del escándalo.

Sólo te quiero a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora