1995

2.3K 109 21
                                    

Querido Diario
Empiezo con escribiendo porque creo que mi cabeza no puede sostener tantos pensamientos, y descubrí que al plasmarlo en papel lo veo desde una perspectiva menos densa.

Día 5
Mamá se suicidó.
Debería escocerme los ojos y sentir un vacío en el pecho, o al menos eso me dijeron, la verdad es que no me pasa nada de eso. Es como si nada en mi vida hubiera cambiado, emocionalmente hablando.

Día 18
Falta una semana para navidad. Mi primera navidad sin las constantes quejas de mi madre, solía reprocharme porque me la pasaba muy feliz en esas fechas "¿De dónde te sale tanta energía?" solía repetir.

Día 19
Dumbledore me llamó a su despacho para decirme que no me preocupara, sus calmadas palabras me hacían pensar que quería algo, porque los adultos siempre hacen algo con amabilidad para después beneficiarte, o al menos eso siempre hacia mi madre.
"¿Hablas con tu padre?" me preguntó, con una seriedad que nunca le había visto.
Se lo negué, claramente. Dumbledore siguió haciendo preguntas insistentes sobre él, pero lo único que sabía era que nos dejó, según mi madre, cuando cumplí los seis años.
Le hablé sobre la última vez que lo vi, fue en mi treceavo cumpleaños, me sorprendí al conocerlo por primera vez, yo no era nada parecida a él; su rostro estaba tan arrugado que no podía ni siquiera aparentar ser su hija, sería más su nieta. Recuerdo que me dio unos galeones para que saliera un rato y se encerró con mi madre en una de las habitaciones. Cuando volví los escuché tener una discusión muy incoherente, con balbuceos tan inentendibles y fuertes.
Lo único que escuche con claridad fue algo sobre un bosque.
"Quien tú sabes, esta sin fuerzas, pero más dispuesto que nunca a volver"
Por alguna razón esa frase se había adherido a las paredes de mi memoria, para mí no tenía el menor sentido hasta que se lo conté con nerviosismo al director.
Mi padre es un mortífago.

Querido Diario
No lo puedo creer...
CONOCÍ A HARRY POTTER.
¡Si! El niño que vivió.
Pero parecía incómodo, no solo el, todos por aquí lo están.
Al principio nadie quiso decirme hacia donde íbamos, ultrasecreto.
Dijo McGonagall que debía esconderme aquí por un tiempo, que cualquier cosa le enviara una lechuza, la verdad es que la profesora a veces me cae bien.
Creo que no necesito nada por ahora.
Al principio todos se comportaron raros conmigo, creo que eso tuvo que ver con el hecho de que pertenezco a Slytherin, pero cuando vio esos comportamientos el ex-profesor Remus Lupin me defendió, haciendo un discurso con palabras muy justas.
Incluso Molly Weasley, la mamá de Ginny que no parece admitir que se equivocó, se disculpó. Por cierto, conozco a Ginny por algunas clases, nunca hablamos, pero parece agradable.

Estoy tan apurada para escribir esto, porque se me ocurrió y necesitaba escribirlo.
Hay algo muy privado de lo que quiero escribir, y es sobre una de las personas de esta casa, la cual no es muy acogedora, pero ese tema es para otro momento. Es el hombre que hace como tres o cuatro años atrás escapó de Azkaban, él también está aquí, y me llevé una gran sorpresa al verlo. Al llegar nos recibió la señora Weasley, Lupin y detrás estaba él, me detuve a mirarlo con la boca entreabierta, pasmada por su cabello más corto y lo limpio que estaba su rostro, incluso su túnica contrastaba con su piel.
Ya no parece el mismo de aquel cartel de se busca, parece estar más nutrido de vida. El ex-profesor se detuvo a explicarme, al menos una parte de lo que pasaba, sé que no me dijo todo porque hubo espacios en blanco que noté.

Querido Diario
Todos aquí tienen permitido salir, al menos a dar una vuelta por la noche, excepto yo. Por alguna razón debería quedarme adentro de la sucia y vieja casa en la que estamos, según ellos porque aquí estoy protegida.
Me consuela ver que Black tampoco decide salir, me hace sentir un poco menos excluida de lo que hay afuera. El silencio debe ser absoluto en el pasillo, todo el tiempo me recuerdan eso, como si la primera vez no lo hubiera entendido con los gritos de la señora loca.
El señor Black habla mucho, no conmigo, pero veo como no le gusta quedarse en silencio mientras comemos. A veces se pelea con la señora Weasley, discuten bastante la verdad, pero no es algo que me interese.
De todas maneras, él me asusta, porque parece que solo a mí me mira amenazante y me hace preguntas, eso logra intimidarme, porque su imagen aún es algo aterradora, con la barba a penas recortada y las ojeras bajo sus ojos, los hace ver más profundos.
A pesar de eso y el incidente del señor Weasley, fue una agradable navidad.

Querido Diario
No puedo creer lo que acabo de ver. Vine corriendo a escribirlo para recordar cada detalle.
Es la mañana, y me levanté muy temprano, tomé un desayuno rápido y como no había nadie despierto indague la mansión. Es tan grande, sombría y polvorienta que la curiosidad me gana, quien sabe lo que se pueda encontrar en un libro sucio, quizás encantamientos que ya no se enseñen.
El caso es que iba subiendo la escalera, cuando llegué al último escalón y asomé solo la cabeza con inseguridad, me detuve sorprendida.
Black estaba saliendo de una de las habitaciones, con solo una toalla roja atada a la cintura. Él no me vio, pero yo sí a él. Vi toda su espalda, pensé que estaba delgado, pero su masa muscular se esconde bien bajo la ropa elegante que usa. Mi corazón se detuvo cuando vi la tinta en su piel blanca, eran tantos que me hubiera gustado saber que significaba uno por uno.
Mi boca se secó y jadee, como si hubiera corrido. Fue raro porque nunca había sentido algo similar.
Era como si lo necesitara.
¿Eso debería tener sentido?
Recuerdo perfectamente las ondulaciones leves de su cabello mojado, el agua le caía acariciando su piel.

Querido Diario
Sirius lo sabe y no sé qué voy a hacer. Creo que se lo dijo Dumbledore.
Estoy tan avergonzada, ahora me mira con pena en los ojos, como si yo fuera una niña que sufre. Que te tengan pena es asqueroso.

Querido Diario
Sirius habló conmigo, A SOLAS.
Creo que en varios momentos se me pasó por la cabeza el recuerdo de él con la toalla en la cintura, mientras estaba parado en mi habitación.
Pero toda distracción se fue cuando me dijo cómo era su familia y la manera en que se comportaron con él.
Estaba sorprendida, porque nunca se me había pasado por la cabeza su familia.
Creo que ese fue un momento muy íntimo, confió en mí y yo en él.

devour me; sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora