unas vacaciones estarían bien

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Sirius Black

Estuve a punto de perderme a mí mismo, observé con dureza sus labios finos, subí a sus ojos completamente oscuros y vi como su pecho temblaba. Quiero devorarla de un bocado, sostener cada parte de ella para que no tuviera que lastimarse. 

Ni siquiera escucho la puerta abrirse, solo me doy cuenta que algo pasa cuando da un salto hacia atrás, alejándose de mí, mientras la observo noto el sonrojo creciendo por todo su rostro y de reojo veo que Harry está abriendo la puerta.

—Ginny acaba de contarme sobre las vacaciones. Sirius, dime que es verdad —suplica, y notó que esta emocionado, pero en este momento quiero que se vaya.

No respondo de inmediato, debido a que lo más probable, es que le pida que nos deje solos, así que lo pienso. Si estamos hablando enserio, Michelle es capaz de ir, conmigo o sin mí, creo que moriría si no tengo mi dosis de ella por veinticuatro horas, entonces queda solo una opción.

—Es verdad —confirmo con seriedad.

Michelle me mira y se le hace imposible no sonreír, sus ojos se iluminan hermosos, como si la noche brillara con intensidad. Intento que no me afecte, pero debo empujar mi puño dentro de mi bolsillo y así calmar la erección, pero con ella delante es imposible.

Harry nos hace salir de la cocina y volver al comedor. No tengo idea cuanto tiempo pasan hablando, pero se me hace eterno, es torturador escuchar hablar a una persona cuando no tienes ganas, porque siento que empieza a dolerme la cabeza.

Quiero volver a estar cerca suyo, tan cerca que pueda sentir su aroma, el calor irradiando de su cuerpo, y ver la necesidad en sus ojos, es tan fuerte que me consume.

Pero a la vez se siente tan mal, como si a pesar del deseo queriéndose desencadenar, cuerdas empiezan a sostenerlo más fuerte, apretando y sofocando.

Me paso la mano por el cabello, desordenándolo y dando un pequeño tirón como castigo... Deja de pensar en eso, no sé a qué me refiero, solo quiero dejar de sentir por un rato, o al menos sentirme en una paz plena y lineal, inmovible para tener esta estabilidad que me falta.

Desvío mis ojos de Harry, quien no deja de sonreír, hablando sobre la genial idea de su esposa, si eso hace feliz a Michelle está bien, no iría en contra de lo que ella quiera. Se me viene a la mente que quizás necesite ropa, no tiene traje de baño, o al menos que yo sepa. Ojalá no tenga, así podría ser una excusa para no ir, me moriría si tengo que verla en uno.

Después de un rato eterno las otras tres personas se fueron, observé como el "chico importante" en un lapso de tiempo sostenía el hombro de Michelle, lo que me hizo enrojecer del enojo, no sé cómo logré recaudar tanto autocontrol para permanecer en mi asiento.

—Que tengan una buena noche —saludó antes de irse.

Jodete.

Ginny y Harry se levantaron para despedirlos, dejándonos de nuevo solos.

Me cruce de brazos sobre la mesa y miré fijo el mantel rojo, tratando de obstaculizar sentimientos no deseados.

—¿Te gusta? —rompí el silencio preguntando entre dientes.

Sentí sus ojos detenerse en mí, pero no era lo suficientemente valiente para girarme— ¿Quién? —preguntó.

—El chiquillo del consejo —contesté con obviedad.

La consumió el silencio mientras asimilaba lo que decía— ¿Por qué iba a gustarme?

—No se, sus manos te tocaron y no las quitaste —volví a decir obvio.

Yo no imagino cosas, intenté tranquilizarme, pero era peor imaginarme las manos asquerosas de él sobre Michelle.

—¿Qué? —escupió— Solo me toco el hombro.

—Y antes la mano... —mi voz fue gélida.

—¿Qué te pasa Sirius? No digas bobadas —escuché rechinar la silla, como si se hubiera inclinado hacia atrás abruptamente.

—Puedes hablar con Harry, quizás él tenga su número —propuse, mi boca está siendo estúpida, pero no podía borrar mis palabras.

—No quiero su número —volví a sentir sus ojos en mí, pero esta vez eran más intensos, como transmitiendo un sentimiento que vería si me girara— No te vuelvas idiota.

—Ahora soy idiota —dije como conclusión— Okey. Pero no lo suficiente para no darme cuenta de ese coqueteo —el corazón me latió tan fuerte, desesperado por salir por mi boca.

—¿Qué coqueteo? —su voz se volvió más aguda, la estaba irritando.

—El que estaba teniendo lugar frente a mis ojos, el chico no es disimulado —susurré.

—Por Merlín, Sirius —suspiró cansada— ¿Es que no lo notas?

Eso me tomo desprevenido y giré mi cabeza, ella tenía los ojos justo en mi rostro, y estaba inclinada hacia mi dirección— ¿Qué cosa? —hablé con mi último aliento.

—Nada, es tonto —se puso algo nerviosa, alejándose de mí y quitando la mirada.

devour me; sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora