atrapados en el vestuario

1K 98 10
                                    

Sirius Black

Inspiro aire.

Cálmate, no hay porque alterarse.

Intento con todas mis fuerzas controlar el impulso de darme vuelta y seguir mirándola con ese bikini puesto que hace resaltar su piel, esa maldita tela no cubre nada y se amolda a ella como una segunda piel.

Ver esos lugares que cubre su ropa me hace sentir tremendamente mal, pero a la vez hace que me endurezca, siento que toda mi sangre se acumula en un lugar y si me giro ella quizás lo note.

—Déjalo a un lado —contesto al chico, con la voz más grave que nunca.

Cuando corrió la cortina para que la mirara, fue como si suspirara por primera vez, también fue la última porque me cortó el aire mirarla, con ese bikini blanco de corazones. No podía pensar en nada que no fueran mis manos ahora mismo sobre ella, porque si me volteaba tendría que reprimir la necesidad de tocarla.

—Mírame Sirius —su voz había sido más intensa, se adentró en mi cerebro y comando mi cuerpo para que hiciera lo que ella quería.

Su cabeza estaba inclinada hacia arriba, sosteniendo mi mirada.

—¿Te gusto? —me preguntó, observé una pequeña sacudida en su cabeza, como si una corriente la hubiera tocado.

Mis ojos condenados dieron una mirada general a su cuerpo, no quería que notara cuan desesperado estaba por devorarla con mis ojos. Una pequeña línea se formaba entre sus pechos, tragué saliva mientras un escenario pasaba por mi cabeza; uno en el que sujetaba ambos con cada mano y los apretaba al desnudo, dejaría mis dedos marcados en ese lugar para que los viera y solo pensara en mí.

—Me gusta como te queda —exhalé un suspiro, y ni siquiera era todo, me encantaba como resaltaba. La hacía parecer una chica recién lanzada al mundo, mostrándole algo tan preciado a un horrible hombre salido de la cárcel.

Su respiración se aceleró más antes de sujetar mi mano, el calor que me envió ese contacto fue inminente. Dio un paso más cerca y dejó mi mano sobre su costado, mi otra mano estaba recelosa, por lo que no tarde en sujetarla con ambas manos de la cintura, podía sentir su piel cálida al desnudo.

—¿Va a necesitar alguna otra cosa? —El chico de la tienda habló detrás de la cortina.

—Que te largues —suelto sin rodeos.

Veo a Michelle ocultar una sonrisa, me duele el pecho cada vez que hace eso, porque me hace sentir no merecedor de ese gesto, y quizás no lo sea, pero quiero disfrutarlo.

Con una mano sostengo su mejilla y ella se hunde, aceptando la caricia— No reprimas una sonrisa.

Sus ojos se vuelven a mi, el marrón brilla, y solo quiero acercarme y besarla, fusionar nuestros labios mientras mi aroma y el suyo se vuelven uno.

—No puedo... —no soy completamente consiente de lo que acabo de decir.

—¿Qué no puedes? —me mira con el ceño fruncido.

—No puedo ceder.

Al principio no lo entiende, pero luego su expresión se relaja— ¿Por qué?

Me es imposible apartar los ojos de sus labios, que se ven perfectos, secos, esperando a que los hidrate.

—Porque eres como mi...

—No. Estoy cansada de que uses esa excusa, es tonto y... ¿Qué más da? —se encoge de hombros y tengo que apartar mi mano de su rostro, porque sé que puedo llegar a besarla.

—¿No te importa? —le pregunto. Quiero saber qué piensa de esto.

—No me importa lo que piensen los demás. Solo me importas tú, Sirius —siento sus palabras adentrarse a mi pecho, escarbando y logrando que mi corazón lata rápido.

—También me importas mucho, Mich. Por esa misma razón no puedo hacerlo, no quiero que te estanques en mi, pudiendo tener a millones atrás de ti —el solo pensamiento que ella pueda llegar a aburrirse de mi, que yo la canse, me destruye. — Se que me va a costar, pero lo que me importa es que seas feliz. Yo no puedo hacer eso.

—No digas eso. Estas siendo egoísta. No me quieres cerca —su voz se rompe, al igual que algo dentro de mi.

—Claro que si —repongo.

—Entonces, ¿Por qué te niegas a ver lo que ambos sentimos?

—Eres joven —concluyo, como si eso realmente fuera algo importante en este momento.

No dejo de pensar que soy poco para Michelle, demasiado viejo para entenderla, tenemos diferentes miradas del mundo y eso nos hace diferentes. También sé que ella me ve como alguien mayor, y esta bien, solo que logra hacer crecer mi inseguridad ¿En qué momento llegue hasta aquí? ¿Sirius Black inseguro? Pues si, todo por... como sea que se le llame a lo que siento por ella.

—Tengo veintitrés, deja de tratarme como si tuviera quince. Y si quieres mi felicidad, tienes que saber que lo único que logras alejándote de mi es lo contrario.

🦆:
me gustaría saber qué piensan de esto, lo que sea, lo primero que se les venga a la mente :)

devour me; sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora