satisfacción mutua

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Michelle Neynet

Nos besamos entre promesas. Sirius no deja de decir que me ama, que se lamenta comportarse como un idiota inseguro, y repite unas simples palabras que aceleran mi pulso. — Hablaré con Harry.

Le respondo que también lo amo, con un deseo que me hace sentir insana, en el que dudo de mi cordura. Porque pienso en él casi todo el tiempo, pienso que no podría respirar si me dejara a un lado. Aunque intente ser fuerte, sé que me rompería en algún momento. Solo puedo pensar en que esto tenía que suceder. Que estemos en este hotel lujoso sentados en el suelo, mientras nos besamos y decimos palabras que acarician al otro, este momento tenía que llegar. Sirius y yo estamos destinados, como las flores están destinadas a marchitarse y los seres humanos a sobrepensar.

Sentada en horcajadas sobre Sirius me hace sentir poderosa. Controlo el roce que tienen nuestros cuerpos, puedo moverme y luego alejarme con facilidad, solo para torturarlo.

—Mich cariño, te amo... mucho, mucho. —me trago cada silaba, sintiendo la vibración en mis labios y el hormigueo en la punta de los pies de la emoción. Me saca una sonrisa cuando empieza besando mi frente, luego rodeando mi rostro con suaves toques de sus labios.

—También te amo, Sirius... Estuve desesperada porque digieras esas palabras... —se detiene, y me observa. — Pensé que nunca lo harías... Estuviste torturándome, Siri.

Él traga saliva nervioso, sus ojos se agitan en direcciones diferentes de mi rostro, su mandíbula me hace saber que está tenso. — No quiero asustarte ni presionarte, pero siento que eres el amor de mi vida. Quiero que lo sepas, porque no puedo seguir besándote sin decirte lo que siento. —le sonrío, las mariposas estallan en mi estómago.

—No hace falta que digas más. Tenemos una vida entera para decirnos todo lo que no se siente seguro ahora. Mantengamos los te amo.

—Eso es definitivo. No es opcional que me dejes —sus brazos a mi alrededor se aprietan y hunde la cabeza en mi cuello. —, ya eres mía tanto como soy tuyo.

Sonrío, estoy perdida en sus ojos, asimilando sus palabras que no dejan de revotar en mi cabeza. Me acerco lento a besarlo. Disfrutamos la boca del otro, abro mis labios para que presione su cálida lengua. Aguanto gemidos, succiono sus labios cuando ambos estamos por quedarnos sin aire, al alejarme su barba deja una comezón alrededor de mis labios, haciendo notoria la perdida.

—Si empezamos con juegos, vas a tener que recibir las consecuencias. —sus palabras resuenan por mí cuerpo.

Vuelvo a sonreír, sin saber que más hacer para demostrarle cuan feliz me hace estar sobre él, tocarlo, besarlo, decirle cuanto lo amo.

Antes que pueda asimilar lo que dice, con ambas manos me sujeta de las caderas y me empuja contra él. Se me escapa un gemido al sentir su miembro presionarse directo contra mi intimidad. Nuestros ojos se conectan cuando hago movimientos de caderas, el roce me hace jadear, Sirius abre levemente la boca.

—Soy consciente, Siri. —respondo, y acaricio su mandíbula firme. — No te preocupes. —niego y me acerco hasta su oreja. — Las consecuencias es a donde quiero llegar.

—Te estas volviendo a comportar como una niña caprichosa. —ese apodo hace que me empuje hacia su miembro, él gime y aumenta su presión en mis caderas.

—¿No recuerdas que prácticamente tú me enseñaste a ser así? —hago un puchero con los labios, generando que sus ojos se posicionan en mí con frustración.

—Te estas metiendo en un juego muy oscuro, caramelito. —advierte con suavidad.

Sonreí porque sé que no me arrepentiría, aunque no deja que conteste, me sujeta y se levanta conmigo en brazos. Algo que me hace pensar en lo fuerte que se ha vuelto, solo me siento más atraída de pensar que puede levantarme sin hacer el más mínimo ruido. Me pone de manera horizontal en la cama.

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⏰ Última actualización: Aug 10 ⏰

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devour me; sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora