"Atentado."

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—¿Cómo?

Al voltearla a ver vio cómo las alas comenzaron a surgir e incrementar su tamaño. Tenía que hacer algo porque el pasillo en que se encontraban era muy angosto para ella.
Podrían acabar enterrados si no salían pronto.

—¡Tú! Haz hecho una tontería —le escupió.

—¿Será? ¿Por qué mejor no me la entregas y salimos de este pasillo a salvo?

—¡Bakugo!

Ah, maldición. No le daban un segundo para pensar.

—¿Hay alguna salida cercana? —preguntó y sintió como ella lo soltaba.

La vio correr hacia el lado contrario del pasillo.

—¡Katrina esper— una intensa ráfaga de viento lo empujó haciéndolo colisionar contra la encapuchada y lanzándolos fuera del recinto.

Bakugo aprovechó y la tomó de los hombros, encestando un golpe a su estómago dejándola sin aire. La joven lo agarró de la ropa y acto seguido lo empujó al suelo haciéndolo barrer el suelo. Él se incorporó rápidamente y saltó de vuelta contra ella.

Katrina llegó al final del pasillo y se detuvo. Miró para atrás y observó sus alas extendidas por todo el pasillo detrás de su espalda. ¿Podría cerrarlas? En el intento de atraerlas sus alas golpearon las paredes.

—Demonios.

Bakugo y esa joven se encontraban peleando atrás, no podía retroceder a ciegas hasta donde estaban y el pasillo hacia delante continuaba a la derecha, no había forma de girar sin que sus alas se atoraran. ¿Qué debía hacer?

—¡Katrina!
—¿Midoriya?
Con cuidado, se acercó a observar si había sido él quien la había llamado.
—¡Midoriya! ¡Por aquí!

Midoriya dio un salto y se detuvo frente a ella. De repente, su fuerza se había ido —¿Estás bien?

—¡Sí! Bakugo se encuentra en combate ahora mismo. No puedo moverme.

—Eh... — Sus ojos quedaron anonadados de lo gigante que eran sus alas —No te preocupes, te ayudaré. ¿Intentaste recogerlas?

—¡Sí! Pero... —y al hacerlo, agitó sus alas causando que el establecimiento se agite.

Familia, familia, oh qué gran familia... Todos juntos, todos juntos vamos a jugar.

La piel se le erizó al instante.

—¿Quién está ahí? —antes que Midoriya pudiera ponerse en guardia, Katrina lo abrazó—¿Katrina?

Contrajo sus alas presionando las paredes que en consecuencia retumbó por todo el recinto. Sujetó a Midoriya y él, volteándose de la impresión, quedó estático observándola.

—¡Katrina! ¡Estás destruyendo todo el lugar!

Katriiina...

No había forma que ellos pudieran estar aquí. Tenía que salir de aquí.

Un terror la sacudió por completo y casi se sintió desfallecer. La dejó tan aturdida que no podía oír las advertencias de su amigo a su lado. No iba a pasar de vuelta todo ese sufrimiento, no volvería a vivirlo.

—¡Katrina! ¡Hay que salir de aquí!

Midoriya la vió reaccionar a su voz, pero seguía estando blanca como el papel. Al pestañear varias veces pareció ubicarse a la situación.

—Hazme camino —y diciendo eso lo sujetó de la cintura para proyectarse hacia el techo.

—No puedo.

"Alas de la Calamidad" - Bakugo Katsuki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora