"Rareza"

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¡Qué mierda de agencia le habían dado!

No había logrado lo que quería. Mierda.
Pero al menos ya estaba de vuelta.

Y ahora tenía que ir a la enfermería a entregar su certificado médico apenas llegar. Qué problemático.

Abrió la puerta con fuerza -Hey.

Se quedó de piedra al ver el torso desnudo de una joven frente a él. Recovery Girl se encontraba dando vueltas por su pecho y espalda con una venda mientras descendía más.

-Joven Bakugo - saludó la doctora.

La joven volteó el rostro para verlo y se llevó las manos a su pecho, avergonzada. Pero el gesto sólo logró darle más dolor. Él evitó mirarla.

¿Justo él debía de aparecer ahora? Alguien debia de estarle haciendo una broma. Se limpió las lágrimas a causa del terrible tormento que sentía. No quería que él la viera así.

No quería saber más de él, era el peor de los peores. Ya se había decidido dejarlo atrás. No había oportunidad.

No sería ingenua.

Era la misma chica del comedor de aquella vez, se recordó Bakugo. ¿Estaba llorando? ¿Qué demonios le pasaba?

-V-Vengo a dejarle esto - y le mostró desde allí el certificado.

-Déjalo sobre la mesa.

-Sí.

Se tomó su tiempo mientras observaba a la joven que respiraba agitada. Sus hombros temblaban y las paletas de su espaldan emergian notoriamente de forma anormal de su piel. La venda comenzaba a teñirse de un rojo cobre en esa parte de su anatomía, formaban dos lineas verticales paralelas que descendian hasta un poco de la mitad de su espalda.

-Deberías de dejarlo surgir, Katrina.

-No... no quiero. No lo quiero -dijo tratando de que su voz no le fallara. Dolía un infierno, pero tenía que hacerlo. Al parecer, ahora debía de realizar el extirpado varias veces a la semana, cuando antes era cada dos veces al mes.

La pequeña abuelita suspiró mientras observaba la dolorosa espalda de la niña.

-Voy a pensar en como detener el sangrado. Y también deberías dejar de tratarte sola.

Bakugo se apresuró en salir. ¿Qué demonios era eso? Se rascó un poco la cabeza y cruzó la puerta.

-Odio mi quirk.

Eso lo detuvo al momento de girar a la derecha.

-Yo pienso que es hermoso - dijo dulcemente y de corazón.

-No lo es -la escuchó llorar-. No lo quiero.

¿Qué demonios pasaba con ella? Que se dejara de joder.

"Alas de la Calamidad" - Bakugo Katsuki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora