"Alas de la Calamidad" - Bakugo Katsuki

"Roce"

-Gracias, All Might.

Cerró la puerta y caminó por el pasillo.

Le habían dicho que en ésta academia la ayudarían, pero al parecer está fuera de sus capacidades.

Observó el aparato electrónico circular que llevaba en sus manos.

"Póntelo en el tobillo - había dicho All Might - esto detendrá el avance de tu tranformacion física y lo revertirá."

Bajó la rodilla derecha al suelo y acercó su tobillo izquierdo. Sólo tenía que colocarlo alrededor y engancharlo.

-Oye, muévete.

Giró y vió a Bakugo detrás de ella.

-Disculpa - y se hizo a un lado.

Bakugo pasó a su lado y observó lo que estaba haciendo. ¿Qué era eso?

-¿Qué pasa? ¿No sabes ponértelo? - ¿era ella peligrosa? Déjense de bromas - Eres una inútil - dijo y prosiguió caminando.

Katrina se quedó de piedra en su lugar, analizó rápidamente el aparato y lo enganchó.

¿A quién llamaba inútil?

Estiró sus manos hacia él y lo hizo levitar.

-¿Qué demonios? - dijo Bakugo y volteó hacia ella furioso - ¡Será mejor que me bajes o te voy a matar! ¡Te haré pedazos!

Katrina lo lanzó con fuerza contra la pared, dejando ver el fuerte impacto en éste.

-Te voy a matar. Te haré cenizas...

Se aproximó a ella y se preparó para golpearla, Katrina se puso en posición para contraatacar.

-¡Ya veremos! - lo retó con una voz suave.

Ambos oyeron el crujido de un hueso quebrarse. Bakugo se detuvo al instante.
En segundos, una descarga eléctrica recorrió todo el cuerpo de ella, dejándola sin fuerzas en el suelo.

¿Era esa cosa en su tobillo lo que hizo esto?

-Bueno, al menos sabemos que funciona - apareció el profesor Aizawa-. Bakugo, vendrás conmigo.

-¡Fue ella la que comenzó y ni siquiera pudo aguantar hasta el final! - ¡Maldición!¡Lo había dejado con ganas de pelear!

-A-Asumo toda la responsabilidad, profesor - susurró ella débil sin levantar el rostro.

Sabía que Bakugo insultaba a las personas sin razón, pero dolió que le haya dicho inútil.

Aizawa miró a ambos y suspiró - Levántese, señorita Katrina.

Lentamente lo hizo y caminó hasta ponerse al lado del profesor. Aizawa advirtió que tenía sangre en la espalda.

-Si no quieres que surga tu quirk, no lo utilices. Ya habías tomado una decisión, no pises tu propia palabra.

-Sí profesor.

-¡Oye! ¡No me ignores!

Katrina volteó hacia él. ¿Por qué este chico lograba que reaccione ante cualquier cosa? Y lo sabía, muy dentro lo sabía.

Bakugo la vió arrastrar los pies hacia su dirección.

-Señorita Katrina - la detuvo el profesor.

Sin embargo cuando estuvo cara a cara con él, se quedó mirándolo.

Él se aguantó las ganas de estampar un golpe en su delicado rostro.

-Nunca lo he hecho - dijo ella con una media sonrisa y se alejó de él.

No entendió. No la entendía.
Demonios, ¡esa chica le sacaba de sus casillas! Tendría un duelo con ella, no importaba cómo.

Le obligaría a usar su quirk cueste lo que cueste.