"Fe"

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—... Y también seremos auxiliares de clases como castigo.
—Bueno, creo que eso no es mal castigo.

Bakugo la miró como si estuviera loca—No tienes idea de lo que estás hablando.

Estaban en el patio de la academia observando a la multitud haciendo sus asuntos. Esto sucedía ya más a menudo; el hecho de que Bakugo quedara con ella en esta parte del colegio para conversar siempre la asombraba. Lo observó desparramado en su lugar, con un brazo extendido por el banco y sus piernas media cruzadas. Se lo veía completamente indiferente ante lo que ocurría frente a él.

Habían llegado hace cuatro días y ya tenían listo un espacio especial para ella. El director y los profesores tuvieron una reunión extraordinaria para tratar su situación, la de sus impertinentes amigos y el suceso ocurrido en aquella fortaleza por lo que decidieron mantenerla cerca en la academia, a los chicos castigados y analizar otro posible traslado. Katrina esperaba que no lo hicieran, quería quedarse aquí.

—¿Crees que lo hacen para controlarte?
—Eso es obvio. Perfectamente creo que me pusieron a Present Mic como tutor para cabrearme.

Se rió de él y él chistó molesto.

—¿Que estás haciendo tú?
—Lo de siempre. Hawks me está ayudando a controlar mejor mis alas en lo que puede —dijo encogiendose de hombros—. Nada fuera de lo normal.

Bakugo observó su espalda y lo triste que se veía sus alas desplumadas en contraste con lo bien que ella se veía. Hubiera estado bien que pudiera mantener sus alas completas y vivir normal y tranquila.

—¿Te están volviendo a crecer?
—¿Cómo? Ah, sí. Bastante rápido la verdad. Sigo viendo como puedo lidiar con ello —respondió con un risa nerviosa.
—¿Por qué lo odias tanto?
—¿Estás de joda?
—No, a lo que me refiero es que deberías aceptar ya que es parte de ti.
—Ya lo he aceptado.
—Eso dices pero no es así.
—Sí es así.
—Siempre estás incómoda con el tema.
—Y eso es obvio, después de tantas cosas que han pasado — ella se estaba exasperando—. No tienes ni idea. ¿Sabes qué? Mejor cambiemos de tema, no quiero perder los estribos y terminar haciendo que me crezcan más rápido.
—Bueno —susurró condescendiente Bakugo y eso la molestó.

Por un momento Katrina creyó que estaban en la misma página y ahora confirmaba que para él ella no era más que una caprichosa testaruda evitando usar su don. ¿Qué no entendió que es capaz de arrasar toda el área de a la redonda con un movimiento de sus alas?

Bakugo miró otro lado buscando algo con qué distraerse ya que se notaba que ella estaba molesta por lo que había dicho. A su perspectiva ella parecía avergonzada o incómoda por lo que poseía y no quería hablar sobre ello, siempre queriendo encajar cuando no hacía falta forzarlo. Todos aquí la admiraban y hasta envidiaban por su capacidad y allí iba ella sintiéndose inferior. Debería tener un poco de orgullo de sí misma.

Ambos no dijeron nada por unos momentos, pensando qué exactamente decir. Bakugo se rindió en hacerse entender diciéndose que no importaba y Katrina sopesó dolida las situaciones anteriores que habían vivido juntos.

—¡Bakugo-kun! ¿Nos lanzas la pelota?

Despertó de su trance y se fijó en la pelota cerca de él. Caminó hacia ahí, lo tomó y lanzó con precisión a un chico del colegio.

—¿Quieres jugar a algo? —finalmente se dirigió a ella.

Katrina seguía molesta pero asintió.

—Entonces vamos hacia los dormitorios.

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.
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—Ten —le lanzó un control de videojuegos y lo tomó en el aire —jugaremos esto.
—Jamás he tocado algo como esto.

"Alas de la Calamidad" - Bakugo Katsuki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora