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–Buenas tardes, mi nombre es Jennie-su gran sonrisa y mejillas abultadas hicieron a mi corazón saltarse varios latidos, ¿habrán desterrado a otros ángeles como yo? porque estoy segura de que esta chica no puede ser una simple humana–¿Estás bien?-inquirió tocando mi frente, tomé una gran bocanada de aire procesando el cosquilleo que dejó en mi piel cuando se separó–No tienes fiebre pero estás muy roja-se alejó mirándome con la cabeza ladeada, tanteé mi rostro sintiendo altas temperaturas en mis mejillas, y por primera vez en mi vida me sentí avergonzada, cohibida ante la presencia de otra persona y lo peor, algo se apretó en mi pecho y un cosquilleo se formó en mi estómago, creo que estoy muriendo aunque soy inmortal–¿Ella no habla?-le preguntó a mi casera con cautela, nuestra mayor negó con una sonrisa en su rostro; intentó acomodar un mechón detrás de mi oreja pero dí un paso hacia atrás antes de que lo lograra.

–Sí, sí, solo es un poco reservada y bastante complicada para hablar con otras personas-contó con una mueca, fruncí el ceño sintiendo a mis latidos golpear contra mis oídos; los pulmones me ardían al no poder respirar, el oxígeno de la Tierra está demasiado contaminado para mi sistema respiratorio.

–Oh, está bien, supongo-afirmó dudosa, sus ojos se conectaron con los míos; las mejillas volvieron a encenderse y juro que está vez sí estoy enferma, tantos síntomas debe ser por algo, los humanos me enferman–Cada quién puede ser de la forma que quiera-dió un paso cerca de mí y yo dí otro hacia atrás alejándome, ella no me hace bien–Jisoo ¿cierto?-asentí apartando la mirada, tensé los dedos jugando con ellos sin prestarle real atención a lo que tenía por decirme–¿Te gustaría dar un paseo conmigo esta tarde? Tengo entendido que eres nueva en la ciudad y yo podría darte un recorrido-ofreció y moví tan rápido mi cuello que lo escuché crujir, una mueca de dolor transformó mi expresión. La miré fijamente con los ojos bien abiertos, no puedo pasar tiempo con ella, me lo prometí a mí misma y relacionarme con humanos solo le daría a entender que le doy la razón al Señor–conozco todo muy bien, seré una muy buena guía-quería negarme mas las palabras se quedaron atoradas en mi garganta, el aire se detuvo de pronto, ya no circula por mi sistema. Me cuesta enfocar y las voces están como amortiguadas, lejanas.

–Claro que le encantaría, está ansiosa por conocer los hermosos lugares de esta ciudad-la señora Yang aceptó por mi mientras que yo lo único que podía hacer era negar con la cabeza desesperada, no puedo ir con ella, NO quiero ir con ella.

–¡Perfecto! Pasó por ti a la hora de almuerzo, sé de una cafetería que prepara los mejores pasteles de almendras del mundo-chilló despidiéndose rápido de la mayor y corriendo en dirección a la entrada, el golpe seco de la puerta al ser cerrada me regresó a mis sentidos.

–¡No quiero ir!-grité cuando ya era demasiado tarde, no quedaban sus rastros en la casa; clavé mi vista en la señora destilando enojo por los poros.¡¿Cómo se atreve a responder por mi?¿Cómo se atreve a aceptar una idea tan absurda aún sabiendo que yo no quiero tener ningún tipo de interacción con los asquerosos humanos?!–¡No tenía ningún derecho a hacer eso!¡Sabe bien que no quiero salir de esta casa, no quiero ver a ninguno de ellos!¡Se lo dije nada más llegar!-espeté exasperada golpeando la mesa con la palma de la mano. Esto no puede ser posible con puedo salir con ¿Jennie?... Sí Jennie, si la señora Yang no me la presentó como una de los nuestros significa que solo es una vil humana, podrá ser muy hermosa, tener una sonrisa dulce, ojos brillantes, adorables mejillas, voz aterciopelada, piel sua... ¡Nada de eso! Es fea, repugnante, cruel, un ser humano caprichoso y egoísta.

–Puedes hacer todo el berrinche que te de la gana, pero esto lo estoy haciendo por tu bien-habló apretando mi hombro por un momento, me aparté de su tacto resoplando molesta–No puedes pasar todo el año encerrada entre estas cuatro paredes-centenció dándose la vuelta y dejándome sola. Bufé rodando los ojos para encerrarme luego en la habitación. Pasé el resto del día mirando el techo, viendo las formas que creaba la luz del sol a nuestro paso por el universo, escuchando el horrible ruido de los autos, los gritos de las personas y las peleas, las peleas sin sentido absolutamente por cualquier cosa.

Ya al llegar el horario de almuerzo me levanté a mi pesar y entré al baño para darme una ducha, no tengo ni el más mínimo ánimo de salir, pero tampoco la voy a dejar esperando. Me vestí con un pantalón ancho negro y un crop top azul, y salí a esperarla en la cocina.

–Jennie está esperándote en la sala, sé amable con ella, aunque todos los humanos te parezcamos iguales, ella es especial-anunció la casera para luego retirarse sin mirarme a la cara.

–Hola-saludé por cortesía cuando se puso de pié con una enorme y empalagosa sonrisa–Espero que esta salida no tome más tiempo del imprescindible, tengo que hacer... cosas-murmuré sin ganas, la cabeza comenzaba a dolerme, esta será una tarde larga, muy larga.

–¡Estoy muy emocionada, verás que nos divertiremos muchísimo!-dió pequeños saltos en el lugar como una niña; ladeé la cabeza con una media sonrisa sin moverme del lugar–¡Conocerás la ciudad de la forma más bella posible, te lo aseguro!-alegó y caminó varios pasos lejos de mi antes de regresar y pararse encarándome con los brazos cruzados.

–¡Vamos Jisoo!-tiró de mi mano por unos segundos antes de correr frente a mi, me quedé mirándola alejarse y dejé la mano sobre mi pecho sintiendo el golpeteo de mi corazón ¿Qué rayos es esto que estoy sintiendo?¿Acaso realmente voy a morir?

Holis🙋.
No sé si mañana estaré por aquí, así que les deseo un muy feliz 14 de febrero, pásenlo rodeados de amor y de sus amigos, que es lo más importante. Espero que les esté gustando está historia. Los amo😍😘.

Bye bye 🙋.

Vivir sin permiso (Jensoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora