Attracted Magnents [+18] [Tonway]

Capítulo 24

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「𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧 - 𝙏𝙤𝙣𝙞 𝙂𝙖𝙢𝙗𝙞𝙣𝙤」

La suave brisa del mar junto a los pájaros cantar y volar en aquel cielo azul el cual extrañamente estaba despejado y sin rastro de nubes con intención de llover: Todo era una maravillosa sinfonía que por una vez podía disfrutar con completa paz y seguridad, sintiéndome feliz como un niño en una tienda de caramelos.

Pero aún así, el miedo a que todo este buen rato termine se posicionaba cada vez más sobre mi espalda y pecho, dejándome un mal sabor de boca.

— J-Joder!.. Gustabo ¡deja de ir tan rápido coño! — Y ahí estaba el causante de mi ahora gran felicidad. La persona que sabía que podía lograr sumergirme bajo varias capas de amor y seguridad.. Todo bajo mi víl mentira..

Y es que para tratar de no pensar en eso: lamí una parte de mi helado mientras el trajeado se ponía a mi lado, así caminando ambos bajo el brillante sol y el olor del mar.

No había palabras para describir lo que yo mismo sentía ahora mismo.. Tantos años.. Tantos años sin poder sentir el calor incondicional de alguien.

Ni siquiera en Marbella había podido sentir estas sensaciones y eso era lo que más intranquilo me dejaba.

— No sabía que te gustara tanto el helado de avellana ¿no que solo comías comida "real food" o algo así? — Torcí levemente mi boca al saber absolutamente nada de lo que estaba hablando, y aún así Conway parecía entender. Se quedó callado mientras asentia levemente a una respuesta fantasma que yo mismo había dado sin darme cuenta.

Seguimos caminando mientras yo seguía comiendo cada vez más mi helado, me resultó raro que Jack no quisiera uno aún que igualmente le acerqué el mio.

Lo giré mostrándole una parte la cual estaba intacta, me moriría de vergüenza si es que llegase a morder o siquiera lamer una parte del helado la cual yo haya probado antes.

— ¿No quieres? Está delicioso — Le dije, el negó apartando la mirada bajo esos lentes oscuros. Podía ver su intento por decir que no, pero me gustaba molestarlo levemente y ya no sólo eso, sino conseguir verlo comer un simple helado — Venga, insisto: seguro que te va a gustar.. Solo una pequeña mordida — Él siguió negando hasta que le acerqué el helado un poco más. Noté como soltaba un suspiro silencioso y me miraba con su expresión seria y molesta de siempre.

— ¿Si pruebo tu helado vas a dejar de tocarme los huevos? — Solté una pequeña risa por ello y le respondí un claro "Si".

Lo que no me esperaba es que él fuera a tomar sutilmente mi mano, sujetandola para poder lamer y darle un pequeño mordisco a mi helado sin importar que parte de este sea.
Lo ví pasar su lengua por la parte mordida para que las zonas las cuales comenzaban a derretirse no marcharán mi mano.. Sentí cómo mi corazón salía de mi pecho al ver ese simple gesto.