Attracted Magnents [+18] [Tonway]

Capítulo 36

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「𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧 - 𝙅𝙖𝙘𝙠 𝘾𝙤𝙣𝙬𝙖𝙮」

Lo veía todo y a la vez no podía hacer nada. Estaba presente pero a la vez no podía actuar. Estaba consciente pero a la vez estaba dormido...

Aquel espacio tan negro cómo el abismo en el que había vuelto a caer me dejaba ver a través de mis propios ojos cómo un chico de aparentemente menos de 27 años de edad era torturado fríamente por Jacky.
Veía el dolor en los ojos de aquel chico, veía el arrepentimiento de todo lo que había hecho y sabía que él decía la verdad pero cómo siempre: él era un sádico y no se podía hacer nada.

— Dime maldito rubio teñido ¿Dónde está Toni Gambino? — Su voz salió tan áspera cómo ronca, haciendo que el contrario tiemble de miedo ante el simple hecho de ver aquella navaja rozar su rodilla.

— N-No lo sé... Y-Ya lo -he dich-o... N-No s-se dón-nde está-.. — Un grito agonizante de dolor salió por parte de aquel rubio, la navaja fue encajada en su rodilla, con fuerza y precisión para dar justo en el medio del hueso.

*N-No... No ¡mierda!*

— Basta ya Jacky, él no sabe nada — La voz de Gordon se hizo presente y con ello, apartó a Jacky de aquel chico mientras yo sólo podía ver esto con horror... ¿Que rayos acabas de hacer David...?

— ¿Te atreves a empujarme? — Jacky tomó al castaño con fuerza, apretando su cuello y reteniendolo bajo su oscura mirada verde. Los quejidos y sonidos de Gordon al tratar de hacer lo posible por respirar se hacían cada vez más intensos con el paso de los segundos, asustandome más.

*Gordon...*

Susurré su nombre mientras mis manos comenzaban a temblar sin saber que hacer.

*No lo hagas*

Rogaba por el que él me escuchará y parase de ahorcarlo. Gordon cada vez tenía menos aire, poniéndose rojo y ligeramente morado ante la falta de oxígeno.

*¡Basta!...*

Los ojos lagrimeantes de este... Sus pupilas tan diminutas ante el miedo sentido, la fuerza en sus brazos con tal de zafarse y aquel brillo tan singular en sus ojos iban desapareciendo.

*¡P-PARA! ¡MALDITA SEA! ¡PARA!*

Me volví loco y con eso logré soltar a Gordon, viendo cómo se agarraba el cuello pudiendo respirar de una vez por todas el tan ansiado oxígeno que anteriormente él le estaba quitando.