Attracted Magnents [+18] [Tonway]

Capítulo 25

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「𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧 - 𝙅𝙖𝙘𝙠 𝘾𝙤𝙣𝙬𝙖𝙮」

Me hacía feliz.. Me sentía feliz después de tantos años en un constante vacío y soledad, me gustaba reír aún que sea mínimamente con él. Nada comparado a hace unos años.

Lo había estado observando de lejos anteriormente en algunas ocasiones y parecía mostrarse más vivo cuando yo estaba a su lado, no podía explicarme la razón pero si yo era quien le daba esa vibra no iba a quitársela por más que alguien o algo quisiera.

*No soy un monstruo*

Él estaba sentado en la arena, completamente calmado y observando las suaves olas del mar moverse, me resultaba tan extraño verlo sin hacer algún escándalo..
Tal vez tenía que acostumbrarme, él parecía haber cambiado más de lo esperado, más de lo que yo creía y todo en él daba indicios de que algo estaba mal pero a la vez bien.

Ví cómo se acercó gateando hacia la arena mojada, ahora me tocaba cargar con la arena de su ropa sobre los asientos de mi coche.. Joder..
Él comenzo a manchar sus manos de arena mojada, no sabía que es lo que estaba haciendo así que decidí acercarme.
Tenía curiosidad, no recordaba esa faceta suya tan infantil, y con decir infantil no me refería a llamar "calvo" a cualquier hombre sin pelo o correr como un lunático y dar vueltas al rededor de un árbol.

Sino: infantil de jugar y observar con atencion pequeñas y simples cosas que a primera vista nadie tomaría en cuenta.
Me quedé a unos metros detrás de él, parecía tan concentrado en lo que hacía que me daba gracia él hecho de que no sintiese mis pisadas en la arena.

Ví con más atención lo que estaba haciendo, estaba cabando un hoyo con ayuda del agua del mar y creando pequeñas estructuras las cuales simulaban las torres de un castillo y las murallas. Una pequeña e inocente sonrisa adornaba su rostro mientras detallaba las torres y tiraba agua a aquel hoyo que había hecho.

— Bonito castillo — Dije, él dio un pequeño saltito para luego mirarme con curiosidad, sus azules ojos brillaban con intensidad gracias a la luz del sol que poco a poco iba escondiéndose.

— Gracias, me gusta jugar con la arena — Me senté lentamente al lado de él, observando cada movimiento que hacia para luego dirigir mi mirada hacia su cara. Sus dedos trataban de crear una puerta elevadiza, fracasando en el intento pues la arena no era lo suficientemente rígida como para no caer a ese agujero.

— Ya lo veo ¿Que intentas hacer? — Pregunté, él gruñó con molestia y mojó su mano en el agua del mar.

— Una puerta de esas, ya sabes, esas que son las únicas por donde puedes pasar al jardín del castillo y todo eso — Me pareció extraño por su parte que se explicara de esa forma, parecía que no sabía como explicarme para que yo le entienda.